CIUDAD › EL INTENDENTE DE ROSARIO ABRIO LAS SESIONES DEL CONCEJO
Lifschitz abordó una multiplicidad de temas, algunos a modo de balance y otros para marcar las principales líneas de trabajo de su gestión durante este año y el 2007. Sorprendió cuando criticó a quienes se desentienden del problema de las migraciones internas que calificó como una "amenaza".
"No vamos a caer en la trampa, no vamos a dejar irresponsablemente caer el sistema a un punto de colapso desde el que luego es difícil retornar", dijo el intendente Miguel Lifschitz al abordar el tema de la situación del transporte urbano de pasajeros y lanzar la argumentación política para un próximo aumento de la tarifa. En el recinto de sesiones del Concejo Municipal, el intendente inauguró el período ordinario con un extenso mensaje en el que abordó los temas que más preocupan a su gestión. En el caso del transporte urbano pareció dirigirse a la oposición y a la campaña de afiches del Frente para la Victoria que se expresa en contra del aumento del pasaje. Lifschitz también pidió que cese la intervención en la Empresa Provincial de la Energía y que el directorio incorpore a representantes de los municipios santafesinos. Hizo un planteó especial hacia los niveles de responsabilidad provincial y nacional que se desentienden del problema de las migraciones internas del norte de la provincia y del Chaco. Calificó a esas migraciones como una "amenaza" y un "compromiso difícil de abordar y de resolver para la ciudad" aunque aclaró que no se trata de "falta de solidaridad para recibir a nuestros compatriotas" sino de que la ciudad no está en condiciones de "brindarles condiciones de vida dignas porque no cuenta con recursos económicos" para dotarlos de vivienda y de infraestructura de servicios, darles salud y asistencia social.
Para el intendente, el cambio en la relación de fuerzas al interior del Concejo "no debiera alterar en lo más mínimo el objetivo de trabajo en común que pudimos concretar en los dos primeros años de mi gestión", para seguir luego con la reflexión por los 30 años del golpe militar que se cumplirá el próximo 24 de marzo. "Quizás sea una buena oportunidad para reflexionar sobre la importancia de fortalecer las instituciones de la democracia, de construir una sólida cultura democrática asentada en la tolerancia, el pluralismo, el diálogo y el consenso", planteó.
Lifschitz habló de algunos temas a los que considera "preocupantes" y a los que calificó como una amenaza para el futuro de la ciudad: el servicio de provisión de aguas y cloacas, el de energía eléctrica y el que tiene que ver con las migraciones internas.
El intendente criticó al gobierno provincial cuando sostuvo que desconoce que "el poder concedente original surge de los municipios. Una estructura pública estatal centralizada sin capacidad de decisión de los gobiernos locales y con una serie de falencias y de debilidades", dijo en referencia a la empresa Aguas Santafesinas Sociedad Anónima y recordó que a pocos días -sólo 12, dijo- "de la fecha establecida para que los municipios decidan su participación en la empresa" se espera una respuesta que permita analizar la participación en ASSA.
Lifschitz señaló que se priorizará "una posición de madurez y de responsabilidad institucional y el interés de la ciudad por sobre cualquier especulación política".
El intendente abordó la situación energética. "Es necesario contar con una representación más directa de los intereses de los usuarios, de las ciudades y de las empresas" y adelantó que en los próximos días se elevará al gobierno la propuesta para que termine la intervención de la EPE, actúe el directorio comprendido en los estatutos y que en ese ámbito se incorpore la representación de dos miembros, de un total de cinco, en representación de los municipios y "se constituya un organismo de control independiente similar al planteado para la empresa de aguas".
Lifschitz preparó ayer el terreno para el anuncio del pedido de aumento en el transporte urbano de pasajeros y a la vez criticó a la oposición y a la campaña de afiches contrarias al incremento en el pasaje firmada por el Frente para la Victoria. "No vamos a caer en la trampa, no vamos a dejar irresponsablemente caer el sistema a un punto de colapso desde el que luego es difícil retornar. Sostener que el transporte puede funcionar permanentemente subfinanciado, como creen algunos, es hacerle el juego a aquellos que deliberadamente y defendiendo otros intereses apuestan a impedir el avance de la ciudad y la mejora del servicio. O hacemos política de transporte en serio y la sostenemos en el tiempo o hacemos demagogia de corto plazo para que todo siga igual o peor".
El intendente había planteado que el tema del transporte se presta "para la crítica fácil y para las posiciones demagógicas e irresponsables" y señaló que como cualquier otro servicio no puede funcionar "por debajo del nivel de equilibrio económico que garantice el cumplimiento de las pautas del contrato, la amortización del capital, la renovación de unidades y el beneficio razonable de los empresarios".
"Ese punto de equilibrio se alcanzó cuando en junio de 2002", dijo en referencia al aumento producido en abril de ese año que llevó la tarifa a los actuales 75 centavos, a la incorporación del fondo compensador municipal y del subsidio nacional para señalar luego que la devaluación y el crecimiento de precios y salarios produjeron un desfasaje.
Tal vez el abordaje del tema de las migraciones internas, sobre todo de las provenientes del norte provincial y en especial del Chaco, fue el tema más novedoso de su discurso en el Concejo. Lifschitz aludió a la responsabilidad de la provincia y de la Nación. Nunca lo había hecho de esa forma: "Estas migraciones que se siguen produciendo en la actualidad constituyen una amenaza y un compromiso complejo de abordar y de resolver por la ciudad para los próximos años". Y aclaró que el problema "no tiene que ver con una falta de solidaridad para recibir a nuestros compatriotas que vienen corridos por las miseria, la desocupación y el hambre desde la hermana provincia del Chaco. Lo que sí nos preocupa es que no estamos en condiciones de brindarles a esos compatriotas condiciones dignas de vida porque la ciudad no cuenta con recursos económicos suficientes para dotarlos de viviendas, de infraestructura, de servicios para darles la salud y la asistencia social que requieren. Pero además porque el grado de exclusión y de marginación y la situación cultural de estas familias hacen casi imposible hoy, incorporarlos rápidamente a la vida urbana en una ciudad como Rosario".
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