CIUDAD › POR EL HOMICIDIO AGRAVADO DEL TAXISTA ALDANA
"Es una exageración y una aberración", dijo la abogada de David Abregó, alias "Toca". "Esto demuestra que los jueces actúan sólo bajo presión", dijo un taxista al celebrar la condena.
› Por José Maggi
El juez de Sentencia Nº 4, Julio Kesuani, condenó ayer a la pena de prisión perpetua a David Ramón Abregó, alias "Toca", por el delito de homicidio agravado en perjuicio del taxista Juan Carlos Aldana, ocurrido el 15 de septiembre de 2003. El condenado "tenía 18 años al momento del hecho y deberá purgar una de las penas más duras previstas en la legislación por un homicidio", según remarcó su abogada defensora Susana Zulkarneinuff. "No podemos condenar a un chico de 20 años a cadena perpetua. Es una exageración y una aberración", dijo. "Abregó es un chivo expiatorio que fue criminalizado, sin dudas la sentencia estuvo atravesada por la opinión pública", opinó. En ese sentido, el titular del Sindicato de Peones de Taxis, Horacio Boix, entendió que la sentencia "demuestra una vez más que los funcionarios y jueces actúan sólo bajo presión".
Para Zulkarneinuff el origen de todo fue el fenómeno generado a partir, del caso Blumberg: "De repente Blumberg fue al Senado a plantear cuestiones de inseguridad y nadie estuvo en contra, pero desde el punto de vista jurídico hay que entender que es delicada la mensuración de la pena por un delito. Hoy existe una controversia que es mucho peor: es la de satisfacer a las víctimas. Es decir que la aplicación de penas más duras, no corresponden porque cada delito tiene su propia pena y aplicar otra que no corresponde, es violar la Constitución. Por supuesto que esto es un hecho aún más grave, pero parece que hay quienes priorizan recibir el aplauso de la ciudadanía por darle perpetua a quien no le corresponde".
Para la abogada "esta condena es aberrante desde lo jurídico porque en principio una condena a perpetuidad exige certeza absoluta y no creo que el juez la haya tenido porque en las pruebas el único elemento, según le reconoció el propio Kesuani a mi defendido, fue el testimonio de los otros dos coimputados. Puntualmente el de Carolina Alegre, que al ser detenida estaba embarazada de Abregó por lo que le correspondían las generales de la ley, ya que era su pareja. Asi Abregó prefirió el silencio y nunca aceptó ser careado con ella, ya que llevaba a su hijo en su vientre".
Zulkarneinuff cuestionó que "después de todos estos movimientos de opinión pública los jueces tienen la obligación de contener el poder punitivo y no buscar el aplauso. Abregó estuvo un año en un 'buzón' (una calabozo individual sin visitas con solo agua y pan) cuando nunca se tiene a un preso más de 15 días y ahora en Coronda lo pusieron en el mismo lugar. Lo están castigando más que rehabilitarlo".
Abregó había protagonizado una nutrida fuga el lunes 27 de febrero de la seccional 13ª y logró ser detenido cuatro días después en un asentamiento de Nuevo Alberdi, luego de protestas y movilizaciones de taxistas y sospechas acerca de su traslado desde la cárcel de Coronda.
Aldana fue asesinado de un balazo en la cabeza. Según la investigación judicial esa madrugada, el chofer "levantó" en Cafferata y Salta a Abregó, en ese entonces de 18 años; Carolina Alegre y a Lucio Galli, estos dos últimos de 16 años. El crimen se desencadenó cuando Aldana llegó con sus pasajeros a Garzón y pasaje Einstein, en barrio Ludueña. De acuerdo a lo establecido por María Luisa Pérez Vara, jueza de Instrucción Nº5, Abregó fue quien efectuó el disparo y por eso lo procesó por homicidio "agravado".
Por su parte, Jorge Cartelle, juez de Menores Nº3 sobreseyó a Galli, pero consideró a Alegre como "penalmente responsable de homicidio calificado", un delito que tiene como pena la prisión perpetua. Esa tipificación fue cuestionada por el defensor de la chica, quien pidió el sobreseimiento ya que ella ya había abandonado el auto cuando Abregó siguió en el auto.
La muerte de Aldana movilizó desde entonces a los gremios de taxistas en busca de justicia y de mayor seguridad para los choferes. Pero la fuga de Abregó fue la gota que derramó el vaso para los taxistas, quienes realizaron manifestaciones de protesta, lo que movilizó a toda la policía, quienes desde la fuga del delincuente tuvieron como "prioridad uno" su detención.
El titular del Sindicato de Peones de Taxis, uno de los impulsores de las protestas, confesó que recibió la noticia de la sentencia a prisión perpetua de Abregó con "mucha satisfacción" pero agregó que "esto demuestra una vez más que los funcionarios y jueces actúan sólo bajo presión".
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