CIUDAD
El proyecto de adhesión a la Ley Provincial Antitabaco, que el Concejo de Rosario votará esta semana, contempla la gestión por una línea gratuita para denunciar lugares que la incumplan.
El Concejo Municipal de Rosario aprobará esta semana un proyecto por el que el municipio adhiere a la ley provincial antitabaco, que prohíbe fumar en todo lugar cerrado de acceso público. El proyecto del concejal Omar Saab (PS), además encomienda al Ejecutico que "gestione ante empresas prestatarias de telefonía la provisión de una línea gratuita a fin de recibir denuncias sobre sitios donde se infrinja la ley". A pesar de lo cual, Saab señaló que desde el municipio "se seguirá haciendo más incapié en la concientización que en las multas". Las penalidades se conocerán recién cuando la Legislatura provincial apruebe un proyecto complementario a la norma. En tanto, algunos empresarios gastronómicos de la ciudad habían estado estudiando en las últimas semanas la posibilidad de presentar recursos de amparo contra la ley. Pero por el momento, "se desistió de la idea porque no están claras las penalidades", dijo el titular de un bar céntrico a Rosario/12 y aclaró que "no queremos incumplir la ley, pero tampoco queremos hacer de policías".
Si bien la adhesión municipal a la ley provincial 12.432/05 -que crea el Programa de Control del Tabaquismo- es casi una formalidad, desde el Concejo destacó Saab que "se continuará con los cursos de abandono del hábito de fumar que actualmente se dictan, haciéndolos extensivos a todos los distritos".
Otro de los puntos que agrega la adhesión a la Ley Provincial, es "que disponga la inclusión de publicidad antitabaco en las tarjetas magnéticas utilizadas en el transporte urbano de pasajeros", y como ya se había anticipado desde el Ejecutivo, se continuará distribuyendo cartelería en bares y restoranes que reemplace a los viejos carteles "Sector Fumadores" y "Sector No Fumadores".
Si bien en la mayoría de los bares y restoranes de Rosario se está cumpliendo con la prohibición de fumar y hasta se ven escenas que sólo se podían ver antes en países del extranjero (gente agrupada un sábado a la noche en la vereda de algún restorán que salieron para fumar); algunos empresarios gastronómicos hicieron notar que "hemos detectado que -por ejemplo- se han acortado las sobremesas o ya no existen. Lo cual por un lado nos puede beneficiar por la rotación cuando hay mucha gente, pero en general nos perjudica porque ya la gente no se queda a tomar una copa de champán, un café o un whisky. Apenas terminan el postre pagan y se van y uno los ve encender el cigarrillo apenas pisan la vereda", confió a este diario un empresario del rubro.
En otros lugares, en cambio, se ha optado por la siguiente modalidad: No hay ceniceros en las mesas, pero si el cliente enciende un cigarrillo se le alcanza uno. Si otro cliente se queja, se le sugiere a éste que apague el pucho, de lo contrario, nadie le dice nada. Pero si el cliente fumador se sienta y pregunta si puede fumar, le dicen que no, que está prohibido por ley. Una receta un poco extraña, pero que por el momento le está permitiendo a los propietarios de algunos bares zafar de ese incómodo "rol de gendarme" que muchos se niegan a cumplir porque "en última instancia, implica reestringir al cliente y eso siempre atenta contra cualquier comercio", dijo otro de los gastronómicos consultados que prefirieron mantener su anonimato.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux