CIUDAD › HIRIERON DE CINCO TIROS A MATíAS PERA, BARRABRAVA DE ÑULS
Fue herido el domingo a la noche y está fuera de peligro. Pera había sido denunciado por el jefe de la barra de Ñuls, el Panadero Ochoa, por una golpiza en el estadio. Después declaró como testigo de otro miembro de la barra baleado.
Matías Leandro Pera, el hincha de Ñuls de 27 años sindicado como uno de los que se disputan el control de la barrabrava de los rojinegros, fue herido con cinco balazos la noche del domingo en la zona sur y tras ser internado su salud evoluciona favorablemente. El ataque ocurrió alrededor de las 21.30 en la intersección de Isola y Pasaje Santafesino cuando el herido caminaba con un amigo de 29 años. Según declaró el compañero de la víctima, ambos caminaban por las inmediaciones cuando aparecieron a unos 50 metros detrás suyo dos personas que les dispararon por la espalda cuando esperaban un colectivo del transporte urbano. Así lo informó el titular de la seccional 11º, comisario Héctor Magliard. Al brindar detalles del hecho, el comisario Magliard dijo que "la víctima recibió cinco disparos de arma de fuego por la espalda". Y agregó: "La agresión se cometió a espaldas de esta persona y de su amigo, por lo que nunca vieron a sus agresores, que se supone, llegaron caminando hasta el lugar", añadió el jefe policial.
Cabe recordar que Pera se vio envuelto en varios episodios relacionados con la interna del club del parque Independencia, el último de los cuales ocurrió en la madrugada del pasado domingo 14 de noviembre en la puerta de un bar del macrocentro rosarino. Sebastián González, patovica del boliche Athipyko II, fue baleado en la pierna desde una motocicleta cuando se encontraba a las puertas de ese local, en Balcarce al 200. González acusó a Luis -El Pollo- Bassi como la persona que conducía la moto y a Ochoa como autor de los disparos.
El juez de esa causa, Jorge Baclini, había ordenado la captura de Ochoa, quien se presentó en Tribunales tres días después del hecho y quedó detenido. Ochoa se declaró inocente, aunque el magistrado sospecha de él al encontrarse en su domicilio dos armas, una de ellas supuestamente del mismo calibre con que fue hecho el disparo contra González. Ochoa aseguró que al momento del ataque a González estaba en su domicilio, no obstante quedó detenido, aunque posteriormente fue excarcelado.
Tras la balacera del domingo, Pera fue trasladado por una ambulancia del Servicio Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) donde fue intervenido quirúrgicamente por las heridas recibidas tras los cinco impactos de bala en la espalda, brazo derecho y muslo izquierdo. En un primer momento se temió por su vida pero con el correr de las horas la evolución satisfactoria de la salud de Pera permitió que fuera trasladado por la mañana a una sala de cuidados comunes.
Según Magliard, "no hay hipótesis de robo, es una agresión directa hacia esta persona", subrayó el comisario, quien no descartó que el ataque tenga relación con el ocurrido el domingo anterior en un boliche rosarino. Por su parte el jefe de Inspección de zona 3ª de la policía rosarina, comisario inspector Daniel Cabrera, dijo que en la pesquisa del hecho ocurrido en la intersección de Isola y pasaje Santafesino "no se descarta ninguna hipótesis". "No estamos en condiciones de decir que tenga o no relación con la barra. Puede haber sido un hecho fortuito, pude ser una rivalidad personal. No podemos arrancar con una sola línea de investigación", dijo Cabrera. "No tenemos todavía el por qué. Hasta el momento no le hemos tomado declaración", dijo el comisario y agregó que Pera será interrogado por la Justicia cuando mejore su estado de salud.
La zona del ataque es manejada por los hermanos Vazquez, dos "pesados" que regentean negocios poco claros, y que por ahora solo ocupan la platea de Ñuls, aunque su interés es "llegar a la popular y manejar todo". "A este pibe lo entregaron, que hacia Pera un domingo a la noche en esa zona, que es re heavy. No se explica si hasta hace unos meses el club le pagaba el alquiler del departamento en el centro, estaba muerto de hambre", opinó una fuente policial consultada, y conocedora de la interna leprosa.
Habida cuenta de su realidad económica hasta hace pocos meses, otra de las dudas planteadas es quien paga los honorarios de su abogado, uno de los más cotizados penalistas de la ciudad: el doctor Carlos Varela, defensor hasta su asesinato de Roberto "Pimpi" Camino, y del "Pillín" Braccamonte, entre otros.
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