El secretario de Seguridad Comunitaria de Santa Fe, Enrique Font, salió ayer al cruce de las declaraciones del juez Juan José Pazos, quien pidió modificar las leyes que permiten excarcelaciones a quienes tienen antecedentes penales. "Huelen a oportunistas algunos de estos comentarios", señaló Font saliendo al cruce de los dichos del juez Pazos, tras el trágico asalto ocurrido el lunes por la noche en la autopista a Córdoba, donde murió Lucas Renna -de 28 años-, y Ricardo Castaño, uno de los ladrones. “Bienvenida la preocupación de un funcionario judicial sobre problemas sociales, pero es curioso que algunos se acuerden ahora del tema. La tasa de homicidios hizo pico en el año 2003 en Rosario y muchos homicidios que no están contados en la estadística eran efectuados por policías. Algunos de estos casos debió investigarlos el juez Pazos, que recibió una observación de la Cámara Penal, que a la vez decidió el cambio de juez. Hay que ser cautos con el tema y tener buena memoria” disparó, ácido, Font.

El funcionario pidió moderación "hasta tanto no tengamos los resultados más precisos de lo que es la dinámica de los hechos", ya que las investigaciones judiciales intentan por estas horas determinar la presencia de una tercer arma en el lugar del crimen. Es que una de las hipótesis que se manejaron ayer indicaba que la bala que mató al joven de 28 años podría ser de su propio padre. De hecho, los informes preliminares de la autopsia planteaban que el disparo mortal salió de una pistola 11.25, como la que tenía Oscar Renna. El juez y la fiscal trabajan sobre la hipótesis de que uno de los delincuentes que intentó asaltar a Lucas Renna podía portar un arma similar.

Sin embargo, el juez Pazos eludió hablar del peligro de la portación de armas por parte de civiles, y en cambio pidió medidas más severas contra la inseguridad y aseguró que sólo se conocen la minoría de los casos delictivos, por lo que reclamó tanto a legisladores como a funcionarios que dejen de hablar de "sensación de inseguridad".

A Font le pareció “poco feliz escuchar hablar al juez como si fuese un espectador. Es cierto que los delitos no necesariamente son todos conocidos, pero no es verdad que los funcionarios del área no los conozcamos, por el contrario los conocemos mucho mejor que el juez, porque estamos realizando trabajos estadísticos sobre delitos registrados”.

El secretario de Seguridad Comunitaria mostró "preocupación que un funcionario judicial responsable de una investigación haga declaraciones casi impropias". Font consideró: "Me parece poco felíz en una situación como ésta hablar casi como si el juez que está interviniendo fuera una víctima más o un espectador". Si bien reconoció que no siempre se denuncian todos los delitos que se producen, "no es cierto que los funcionarios que estamos a cargo del área no los conozcamos, y de hecho le diría que los conocemos bastante mejor de lo que lo conoce el juez", dijo Font.

“Bienvenida la preocupación de un funcionario judicial sobre problemas sociales, pero es curioso que algunos se acuerden ahora del tema. La tasa de homicidios hizo pico en el año 2003 en Rosario y muchos homicidios que no están contados en la estadística, eran efectuados por policías. La investigación de algunos de estos casos estuvo a cargo del juez Pazos que debió recibir una observación de la Cámara Penal que decidió el cambio de juez. Hay que ser cautos con el tema y afortunadamente tenemos buena memoria”. Font fue uno de los investigadores de los casos de violencia policial que se produjeron en esos años en la provincia.

De igual modo, Font recordó que “la tasa de homicidios en Santa Fe creció desde 1991 al 2007 y recién en el 2008 comenzó a amesetarse. Los que desde entonces nos preocupamos por eso, se lo podemos recordar a estos que hoy huelen a oportunismo”.

Font hizo referencia a los dichos que el magistrado expresó el martes por la mañana, a horas del fatal robo. “Hace 20 años que soy juez y nunca tuve algo tan penoso. Que este hecho nos sirva de lección a todos y que alguien no tergiverse la realidad cuando dice que la inseguridad es una sensación”, había dicho el magistrado.

El caso al que hacía referencia de Font es el de David Juárez quien tenía 16 años la mañana del 2 de julio de 2000, cuando volvía de bailar y se encontró con unos amigos que lo invitaron a dar una vuelta en un Dodge 1500 que según la policía era robado. El parte policial sostuvo que el grupo de jóvenes desmantelaba el vehículo en Cavia y Sorrento cuando la patrulla de los agentes Diego Spinelli y Claudio Thedy se acercó al lugar. La llegada del móvil hizo que los pibes se desbandaran. Frente a los uniformados quedó sólo David Juárez. La policía afirma que el chico estaba armado con un revólver calibre 38. Su familia asegura que el joven estaba desarmado. El dermostest lo corroboró, pero la versión oficial señala que el muchacho se tiroteó con los agentes hasta caer herido de un balazo. El proyectil policial ingresó por el costado izquierdo del tórax y salió por el glúteo derecho. La autopsia estableció que la dirección del disparo fue de arriba hacia abajo. Esa trayectoria se corresponde con lo relatado por los vecinos. Una mujer que vive a tres casas del pasillo donde fue baleado David contó que el chico estaba agachado y con los brazos en alto al ser herido de muerte. Otros vecinos señalaron que los policías sacaron del móvil un arma que plantaron en manos del chico. El juez Juan José Pazos los sobreseyó por el vencimiento de los plazos procesales. La resolución fue rechazada por la Sala III de la Cámara Penal al solicitar nuevas pruebas. Tras esa intervención de los camaristas la causa cambió de juzgado, donde un año más tarde llegó al mismo final.