Los taxistas rosarinos realizaron ayer un imprevisto paro de actividades luego de una agresión sufrida por un chofer que fue asaltado en la zona sur. La medida fue tomada por los trabajadores nucleados en el Sindicato de Peones de Taxis, la Asociación de Titulares de Taxis Independientes y la Asociación de Conductores y Titulares de Taxis. La agresión ocurrió a las 20.30 en bulevar Avellaneda y Batlle y Ordoñez, donde Arturo Emilio Raffo, de 49 años, fue golpeado con un revólver en la cabeza al resistirse a ser asaltado. El trabajador fue trasladado al hospital de Emergencias "Clemente Alvarez", donde fue atendido en la guardia y luego de permanecer algunas horas en observación fue dado de alta. Tras las reuniones que se sucedieron en la Secretaría de Servicios Públicos y en Jefatura, los taxistas ratificaron el paro hasta hoy a las 6 de la mañana.

Todo comenzó en la esquina de 24 de Septiembre y Cafferata, cuando una pareja detuvo al taxi Chevrolet Corsa conducido por Arturo Emilio Raffo y le solicitaron que se dirigiera hasta donde se desarrolló el incidente. Al llegar al lugar, los malvivientes amenazaron a Raffo con un arma de fuego y le exigieron que apague las luces y detenga su marcha y tras amenazarlo de muerte le pidieron la recaudación.

El chofer se resistió lo que provocó que los delincuentes le propinaran golpes en la cabeza con el revólver hasta que advirtieron la presencia de algunos vehículos que se dirigían al lugar. Los ladrones frustrados se dieron a la fuga y el taxista agredido fue al Hospital de Emergencia Clemente Alvarez (Heca), donde finalmente fue dado de alta.

La respuesta no se hizo esperar: la protesta comenzó a sentirse en las primeras horas de la madrugada, e incluyó escenas de violencia con algunos taxistas que no se habían plegado a la medida de protesta. Uno de esto hechos tuvo como escenario la Terminal de Omnibus, donde un taxista perdió una de las puertas de su unidad, que fue "arrancada" por un violento grupo de choferes.

Llegado el mediodía, los taxistas fueron recibidos por la secretaria

de Servicios Públicos municipales, Clara García, a quien le reclamaron mayores medidas de seguridad. La funcionaria reconoció que el intendente Miguel Lifschitz se había comunicado con el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, quien al no encontrarse en Rosario delegó cualquier inquietud en la figura de Hermida. "Nos corresponde interceder con las autoridades provinciales", señaló la secretaria de Servicios Públicos y agregó que los choferes no sólo reclaman seguridad sino que la Policía y las autoridades del Poder Judicial tengan el "control de aquellos que han sido juzgados" por delitos contra sus compañeros. "Por el hecho de que ellos no estén en las calles nos pareció correcto dar nuestra presencia activa", lanzó García.

Luego los taxistas se movilizaron a la Jefatura de Policía de la Unidad Regional II, para mantener una reunión con el titular de la fuerza, comisario Héctor Hermida. El jefe policial se comprometió ante los taxistas a reforzar la seguridad durante las 24 horas del día y a incorporar más efectivos para los controles que ya se vienen efectuando en algunas zonas de la ciudad. De todas formas, la medida de fuerza adoptada por los conductores se mantuvo hasta este sábado a las 6 de la mañana, según los confirmó Horacio Boix, titular del Sindicato de Peones de Taxis. Los taxistas que fueron recibidos por las autoridades policiales caratularon el encuentro como "muy positivo" y productivo. "De todas formas, dudamos que se cumpla, no es la primera vez que presentamos un reclamo de este tipo, por eso no levantamos la medida de fuerza todavía", expresó Boix. La promesa de Hermida y el jefe de Orden Público, Eduardo Aucar, fue de sumar 30 móviles más a los controles de las diferentes zonas que los conductores de taxis les señalaron como las más inseguras, implementar estos operativos durante las 24 horas del día y un cambio del personal afectado a esta actividad.