La construcción de 257 viviendas para la comunidad toba asentada en Juan José Paso y avenida Sabin (ex Travesía) se reanudó a partir del convenio por el cual la Fundación Madres de Plaza de Mayo cedió la obra a la Federación de Cooperativas Todos Unidos, por intermedio del Movimiento Evita. Según el dirigente de la agrupación kirchnerista José Luis Berra, el obrador rosarino del proyecto Sueños Compartidos no pasó a la órbita estatal porque la Municipalidad quería continuarlo a través de una licitación con una empresa privada, y porque se temía que esa alternativa excluyera a parte de los 180 trabajadores que se desempeñan allí.

El obrador donde ya se aprecian las primeras 36 viviendas concluidas estuvo inactivo en buena parte del último mes, debido a los retrasos salariales que sobrevinieron desde que la Fundación que preside Hebe de Bonafini desplazó a Sergio Schoklender como apoderado.

Ante esa situación --contó ayer Berra--, el Movimiento Evita acercó al Ministerio de Planificación Federal la predisposición de la Federación de Cooperativas Todos Unidos por hacerse cargo de los trabajadores y del emprendimiento. La visita de los últimos días a Rosario del líder de la agrupación, Emilio Pérsico, se debió a esa posibilidad en gestación. Distinto fue el caso de los obradores del resto del país, donde --a excepción de Ciudad de Buenos Aires-- los proyectos pasaron a ser controlados por las direcciones provinciales de Vivienda.

"Vinimos a proponerles esta posibilidad a los compañeros, y ellos aceptaron", contó el secretario político del Movimiento Evita. El martes se firmó el traspaso y con ello se garantizó la continuidad del proyecto. Ayer, uno de los trabajadores del obrador y miembro de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Horacio Dalmonego, contó que el intendente Miguel Lifschitz propuso luego al Ministerio de Planificación Federal tomar el proyecto y entregarlo, vía licitación pública, a una empresa privada que concluya las viviendas. "Esa posibilidad fue rechazada de plano, porque una constructora habría prescindido de los compañeros que aquí construyen sus viviendas mientras además aprenden un oficio, y lo habría hecho con 50 obreros", imaginó Dalmonego. De todos modos, la Municipalidad --a través del Servicio Público de la Vivienda (SPV)-- seguirá con la supervisión y certificación de los avances de la obra, como hasta ahora.

Desde otro lugar, Berra confirmó la versión de la propuesta municipal: "La idea de la Municipalidad era licitar como si fuera un desarrollo privado, y eso iba a dejar laburantes afuera. Pero esto es un proyecto social", definió. Rosario/12 intentó sin éxito consultar a la directora del SPV, Susana Nader.

Ayer se definía el traspaso en la cartera que conduce Julio De Vido. Los trabajadores cifran expectativas en que la Fundación envíe los telegramas de despido y efectivice la indemnización correspondiente, además de pagar los haberes demorados: sueldo de julio, proporcional de agosto y de aguinaldo. Luego, la federación de cooperativas que se hace cargo del proyecto Sueños Compartidos deberá contratar los 180 trabajadores. A futuro, el grupo que construye el barrio deberá formar su propia cooperativa.