El intendente Miguel Lifschitz presidió la inauguración de obras de restauración en fachada del Colegio La Salle, el edificio número 56 incluido en el programa municipal de recuperación del legado arquitectónico que impulsa la Secretaría de Planeamiento. Ante una masiva y entusiasta presencia de integrantes de la comunidad educativa que colmaron la cuadra de Mendoza al 400, el intendente señaló que si bien "lo más importante de una escuela es lo que ocurre dentro de sus aulas", es igualmente relevante que "mantengamos y cuidemos lo mejor de nuestra historia, cultura y tradición arquitectónica". Los trabajos de restauración se extendieron durante cinco meses.

Lifschitz, junto a la secretaria de Planeamiento Mirta Levin; el director general del Colegio La Salle, Juan Francisco Gironcci y miembros de la comunidad educativa presidió ayer la inauguración de las obras de restauración de la fachada del histórico edificio de Mendoza 444. Las mismas fueron ejecutadas en el marco del programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico que impulsa la Secretaría de Planeamiento a través de una iniciativa que articula esfuerzos públicos y privados.

Lifschitz rescató la tarea que realizan las escuelas rosarinas al calificarlas como "fundamentales para la ciudad y el futuro del país" y mencionó que si bien "lo más importante ocurre en el interior de las aulas" también "los edificios son muy importantes por su calidad arquitectónica, los espacios, la calidad de materiales y proyectos tienen que ver con la importancia que una sociedad le da al hecho educativo".

"Es muy bueno que la ciudad progrese y tenga edificios modernos" continuó el titular del Palacio de los Leones, pero afirmó que "también es muy importante que nosotros mantengamos y cuidemos lo mejor de nuestra historia, nuestra cultura y tradición arquitectónica".

El inmueble recientemente refaccionado tiene características de estilo neocolonial y fue construido por Jaime López entre 1934 y 1935 para alojar las aulas de primaria y secundaria. Acerca del mismo, refirieron los profesionales de la Secretaría de Planeamiento, "al inicio de las obras el estado de deterioro era evidente. A la pérdida de elementos ornamentales y presencia de importantes grietas, fisuras y filtraciones se sumaba además la desaparición casi completa del enlucido original, dejando al descubierto el revoque grueso que daba a la fachada un triste color gris". En la restauración se invirtió un monto total de 234.000 pesos, de los cuales la Municipalidad subsidió 117.000 con aportes provenientes del Fondo de preservación.