El intendente Miguel Lifschitz celebró ayer que la Biblioteca Central del Bicentenario "marcará un hito en la ciudad". Durante el acto de lanzamiento de la primera etapa del proyecto, rescató que "a cien años de la creación de la Biblioteca Argentina, en el siglo XXI Rosario retoma el impulso con esta nueva biblioteca para los próximos cien años". Al mismo tiempo, indicó que la intendenta electa, Mónica Fein, pedirá una audiencia con la presidenta Cristina Fernández para presentarle el proyecto de "la biblioteca más innovadora del país", en busca de una fracción de los fondos necesarios para la construcción del edificio, que en una primera etapa requerirá una inversión cercana a los 14 millones de dólares, mediante un esquema de financiamiento compartido. La idea es comenzar a edificar a mediados de 2012. Por su parte, la coordinadora de la iniciativa, Fernanda González Cortiñas, presentó la página web www.bcb.gob.ar, donde se podrán seguir los avances de la biblioteca, que tiene cuatro premisas para sus visitantes: conocer, descubrir, participar y disfrutar. "Desde el sitio se podrán ver los pasos del proceso de construcción simbólica y del edificio en sí; pero sobre todo, podrán ir descubriendo el alma de la biblioteca", dijo la coordinadora.

Rodeada de más de 150 mil habitantes, la nueva biblioteca estará emplazada en el corazón del distrito Sur, justo al lado de la obra arquitectónica del portugués Alvaro Siza: el Centro Municipal de Distrito Rosa Ziperovich. En esa zona de la ciudad, donde la municipalidad pretende sumar un edificio amable y amigable con el medio ambiente, que se aleja del centro rosarino para darle protagonismo al sur ﷓﷓creando una así una suerte de "ciudad multicéntrica"﷓﷓, se encuentran ubicados populosos y tradicionales barrios como son el Saladillo, relacionado directamente con la industria frigorífica; el barrio de los Hospitales, España, Matheu y también Tiro Suizo, entre otros.

Desde ese lugar, la obra ganadora del concurso latinoamericano de ideas, creada por el estudio cordobés a cargo de Alfredo Tapia, pretende incentivar la visita de niños, jóvenes y adultos a través de diferentes estímulos, que se presentaron como "un desafío". Entonces los profesionales pensaron en las nuevas tecnologías, en recuperar el atractivo público y en lograr llevar adelante la idea de la llamada "biblioteca troyana": utilizar un factor atrayente para lograr que casi sin darse cuenta, la gente esté dentro del edificio. Una nueva biblioteca, que no decore altas paredes con libros en grandes ambientes con sillas y mesones; sino donde confluyan espacios íntimos de lectura, con luz natural y cómodo mobiliario, acorde a las edades de los visitantes y con las características del color, la vista al exterior, y el contacto con el otro a partir el disfrute por los textos plasmados en diferentes formatos.

Para lograr esa conexión de factores estimulantes, Tapia detalló que la idea incluye actividades complementarias para que "más personas sean atraídas a la biblioteca". Con esa premisa, se pensó en un espacio para el área cultural, donde se desarrollarán expresiones artísticas de toda la comunidad; también contará con un microcine, sala de ensayos y un salón de usos múltiples con conexión al exterior para eventos al aire libre. El área de jóvenes y niños contará con los nuevos formatos digitales aplicados a la lectura, el entretenimiento, el descubrimiento y el intercambio; además de un sitio estimulante y seguro para los más pequeños.

Por otro lado, Tapia destacó la sustentabilidad del edificio, que permitirá ahorrar hasta un 30 por ciento de energía eléctrica, y contará con tecnología de reciclaje de aguas, tanto para sistema de riego como para el uso de los sanitarios. Además, resaltó la utilización de la madera en los espacios interiores que permite el almacenamiento de dióxido de carbono. Los árboles jugarán un papel fundamental, ubicados tanto en los alrededores de la biblioteca, como en cada uno de los patios internos, estratégicamente distribuidos.