La Justicia Penal rosarina negó la probation a un hombre que abusó sexualmente de su pequeña hija, y pretendía no ir a juicio por el delito. La decisión de los camaristas Rubén Jukic y Fernando Acosta apunta a dar cumplimiento a tratados internacionales contra la violencia de género. Con el pedido de suspensión del proceso que lleva adelante el juez de Sentencia Nº 7, Carlos Carbone, Hugo Prudencio R. buscaba no llegar a juicio por haber violado reiteradamente a su hija de ocho años. Sin embargo, tras la negativa del magistrado, ahora la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Penal confirmó el rechazo de ese pedido, y el hombre será juzgado por el hecho. Con la resolución del tribunal de alzada se garantiza "establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan entre otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos", tal como lo establece la Convención De Belem Do Para, a la que se hace referencia en el fallo.

En octubre de 2010, la jueza de Instrucción 14º, María Laura Sabatier, procesó al hombre de 48 años por "abuso sexual simple agravado por el vínculo", y ordenó la prisión preventiva del acusado. La magistrada se basó en los dichos de las dos hermanas mayores de la pequeña A.Y.R. La más grande de las hijas de Hugo Prudencio R. quedó embarazada de su padre a los 14 años y tuvo un hijo como fruto de los abusos a los que fue sometida por años, y que tiempo después tuvieron como víctima a su hermana de ocho años.

Pese a que el hombre estuvo preso un año y medio por dejar embarazada a su hija mayor, según indicó la abuela materna y tutora de las dos más chicas, el abusador reincidió con la pequeña durante los horarios de visita permitidos para que las hijas pudieran verlo. Lo más preocupante del caso, es que la esposa del hombre y madre de las hijas negó, durante el proceso de Instrucción, que el hombre haya abusado de la nena. Lo defendió.

El hecho se supo gracias a que la segunda de las tres hermanas "vio a su papá acostado en la cama matrimonial con A.Y.R., tapados con una cobija y hablando en voz baja, con las luces apagadas". Luego de ver esa situación la chica "habló con su hermanita, quien le contó que el papá le hacía chupar su pene". Ante la preocupación de la familia por el grave hecho, la abuela de la nena le preguntó "si el papá le hacía algo con el pito a ella y es ahí cuando la nena contó que se lo metía en la cola".

La pequeña también fue entrevistada durante la etapa de Instrucción. Manifestó que vive con sus abuelos; que la abuela es su tutora desde hace unos tres años y que los fines de semana va junto a su hermana a visitar a sus padres. Dijo que "el fin del 8 de diciembre de 2007, cuando estaba recostada en su habitación que comparte con su hermana, su papá se recostó al lado suyo y comenzó a tocarle sus pechos y el ano por debajo de la ropa, que también le besó la boca, bajándose él su pantalón le dijo que lo tocara; que estas situaciones se venían repitiendo y su padre le decía que no contara nada porque era un secreto". Para la magistrada, los dichos de la niña son "espontáneos y sinceros". El informe forense indica que "la niña refiere que su padre en una oportunidad la llamó, le bajó sus pantalones e hizo lo propio él y le tocó la cola, moviéndose para atrás y adelante; que también la besó en el cuello y que le dijo que no contara nada o le pasaría algo. Continúa relatando que estos hechos se repitieron y que en una de esas oportunidades su hermana los sorprendió en la cama".

Al pedir la suspensión de juicio a prueba, la defensa de Hugo R. manifestó la voluntad del acusado para "cumplir con las reglas de conducta que se le impongan, y realizar las tareas comunitarias que dispusiera el juzgado de sentencia".

Sin embargo, en agosto de este año, el juez Carbone negó la probation, que ahora fue confirmada por la Sala IV de la Cámara Penal. Para el juez, "la prohibición de todo tipo de violencia y discriminación contra la mujer establecidas en documentos internacionales vigentes, ameritan proseguir la tramitación del presente proceso no haciendo lugar a la suspensión solicitada". Y apuntó a que "la suspensión del juicio a prueba es inconciliable con el deber que tiene el estado de investigar, esclarecer los hechos de violencia contra la mujer, y de sancionar a su responsables en un juicio con las debidas garantías".