La salud de los docentes universitarios, en este caso de los de Rosario, es motivo de preocupación para el Area de Salud y Trabajo de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR a partir de los registros de ausencia por enfermedad reunidos entre octubre del 2005 y febrero del 2006. De esos registros surge que entre un 8 y un 10 por ciento de los docentes que se reportaron enfermos, no concurrió a dar clases por distintos malestares producidos por la presencia de tumores malignos. Se trata de datos que reactualizaron la consideración de que se debe investigar y crear registros que den cuenta de la relación de las enfermedades con el ámbito laboral. Jorge Kohen, el director del Area Salud dijo a Rosario/12 que en distintas oportunidades se hizo conocer a la Obra Social de la UNR, a las autoridades universitarias y al gremio que nuclea a los docentes e investigadores universitarios, la Coad, la importancia de buscar mecanismos que investiguen los datos mencionados. Kohen habló de la posibilidad de que el stress crónico actúe como una puerta de entrada del cáncer y marcó que es difícil hacer comparaciones con otras ramas de la actividad laboral porque no hay registros. Por eso señaló que las III Jornadas Argentinas de la Salud y la Seguridad en el Trabajo que convoca la Superintendencia de Riesgos del Trabajo tienen el objetivo de abordar, a partir del miércoles, en Buenos Aires, los aspectos relacionados con el cáncer ocupacional y la necesidad de avanzar en su conocimiento.

Desde el Area de Salud y Trabajo de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR que funciona en el Hospital del Centenario se expresa preocupación por el incremento de patologías relacionadas con la salud mental y con dolencias osteoarticulares entre los docentes universitarios. Pero en otro tramo de esas preocupaciones figuran las que tienen que ver con el incremento de casos de cáncer que para "para la edad y la característica de la población" docente "tienen el significado de un aumento considerable", dice el médico Jorge Kohen, director del ASyT y de la carrera de especialización en Medicina del Trabajo. Este aumento, dice el médico Jorge Kohen, se verifica a partir de la crisis del 2001 y aclara que se trata "de un segmento poblacional que no está expuesto a sustancias y componentes claramente conocidos como cancerígenos, pero en cuyos causalidades podría estar la influencia del stress crónico y su impacto en el sistema inmunológico que abre la puerta a la aparición de este tipo de enfermedades".

"Desde el 2002 empezamos a comprobar este aumento" recuerda. También desde Salud y Trabajo se exhibe el detalle de atenciones a docentes que faltaron a sus clases por enfermedad entre los meses de octubre de 2005 y febrero del 2006 y sobre 171 reportes de ausentismo, entre un 8 y un 10 por ciento de los involucrados lo hicieron por sintomatología relacionada con la existencia de tumores malignos. Kohen recuerda que los datos y las preocupaciones a las que hace referencia se hicieron conocer a la Obra Social de la UNR, al rector Ricardo Suárez y autoridades universitarias y a la Coad, con la recomendación de que se investiguen las causales de los números expuestos.

En las 'Reflexiones sobre el perfil laboral del docente universitario' un trabajo del que participaron los médicos Kohen y Roberto Frenquelli, las licenciadas en enfermería Matha Ballistreri y Dominga Vítola y el psicólogo Germán Canteros, en el 2002, se trabajó sobre la elaboración de un perfil laboral de los docentes universitarios y se utilizó como instrumento una encuesta entre 100 docentes. En esa producción participaron estudiantes que en el 2001 cursaron la materia 'Trabajo de campo-área laboral' y de esos 100 docentes un 31,70 por ciento tenía entre 41 y 50 años, un 27.80 por ciento entre 51 y 60, un 24 por ciento entre 31 y 40, un 8,90 por ciento entre 21 y 30 años y un 7,70 por ciento entre 61 y 70. En ese universo el mayor porcentaje de enfermedades diagnosticada correspondió al stress con un 24.1 por ciento de los encuestados.

El médico y doctor en Psicología Roberto Frenquelli señaló al stress "como una condición general de la vida, ya que no hay vida sin stress a partir de que no se presenta posible la anulación de todas las tensiones", comentó y señala a quien lo padece como 'acorralado en el marco de la cultura' mientras no puede "tener un desarrollo positivo, creativo y reparador". Para Frenquelli, en la docencia en general y en la universitaria en particular "se sufre de esa imposibilidad de tener una salida positiva a las motivaciones".

Las derivaciones del stress pueden ser variables en el área de la salud mental, corporal y de las relaciones interpersonales. "Las instituciones son invivibles- en este caso habla de la universidad- porque en general las condiciones de precarización laboral, del deterioro de los ideales genera frustraciones muy grandes, aumenta la competitividad, disminuye los vínculos solidarios y la creatividad... Es muy difícil tolerar la diferencia entre el ideal y las posibilidades", dice.

El marco del que habla Frenquelli, quien es profesor titular en la Facultad de Psicología "no favorece los procesos de reparación de la salud, por el contrario se transforma en una constante amenaza que además repercute en la baja de la producción y de la calidad docente, de la investigación y de la relación con los alumnos".

Jorge Kohen señala también que no existe en la Argentina una epidemiología del cáncer ocupacional ni datos trabajados de manera de establecer comparaciones entre los diferentes campos del quehacer ocupacional y tanto es así que este año las jornadas organizadas por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo estarán centradas en el tema del 'cáncer ocupacional' con el fin de estimular la investigación y la mejora de los registros que permitan un abordaje del problema.