CIUDAD › INFORME MUNICIPAL QUE DESMIENTE PRONóSTICOS NEGATIVOS.
Planeamiento Municipal elaboró un informe en el que rebate que los nuevos límites al código urbano hayan impactado negativamente en la cantidad de obras que siguen adelante. En 2011 se solicitaron más permisos para construir que en 2010.
› Por Luis Bastús
La Municipalidad otorgó el año pasado 2655 permisos para edificar un total de 752 mil metros cuadrados. Si bien ambas cifras son menores a las registradas en 2008, cuando comenzó a reformarse el Código Urbano, marcan un leve incremento en relación al nivel de construcción en 2010. Estos números componen un informe que la Secretaría de Planeamiento esgrime para demostrar que la aguda merma de actividad que vaticinaban empresarios del negocio inmobiliario y el sindicato de la construcción no ha ocurrido como tal, y que en todo caso dicho comportamiento obedece a variables de la macroeconomía, no al reordenamiento urbanístico de la ciudad. Y desde la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) comparten esa conclusión.
"No hay una caída notoria, ni en cantidad de permisos ni en superficie. Lo que hubo no es adjudicable a la reforma del Código, sino a factores económicos", señaló Pablo Barese, secretario municipal de Planeamiento.
En comparación con 2008, los permisos de obra otorgados son 16 por ciento menos. De 3178 a 2655. Y la superficie solicitada para construir bajó de 1 millón de metros cuadrados a 752 mil (30 por ciento). Mirado sobre los seis distritos que integran el plano rosarino, el Centro experimentó una caída más pronunciada en estos cuatro años: 47%. Aunque hoy está en niveles similares a 2006. Una explicación es la especulación de las constructoras por acumular permisos antes de que cambiaran las reglas. En cambio, en el resto de los distritos la actividad se mantiene en los mismos niveles desde 2005, salvo algún pico experimentado por el Norte en 2009.
Los pronósticos empresarios que avizoraban una construcción herida de muerte quedan en tela de juicio a la luz del comportamiento de la construcción de edificios de altura. El año pasado se otorgaron 872 permisos para levantar torres en toda la ciudad, cifra similar a la de 2007, cuando la economía aún no había capeado crisis alguna y regía la vieja normativa urbanística.
El año en el cual más permisos para torres se otorgaron fue precisamente el 2008 (941 expedientes), aunque hay que considerar aquí la maniobra especulativa apuntada antes. La cifra sólo es 7% menos que hace 4 años, pero mayor que en 2009 (738 permisos) y que en 2010 (750). Lo que sí disminuyó en construcción de torres de viviendas es la superficie: 661000 m2 en 2007, y 435000 m2 en 2011. Aunque contrastado con años anteriores, post crisis 2001, hoy el rubro de edificar torres de departamentos está en niveles parecidos a 2006. El apocalipsis no se cumplió.
Medido por distritos y por permisos de obra, la moderación de la construcción en general desde 2008 tiene en primer lugar al Sudoeste (-37%), Sur (-32%), Centro (-26%), Oeste (-10%), y Noroeste (-6%).
"Pero donde se refleja mejor la evolución -acotó Barese- es en la superficie y no tanto los permisos. En 2009 hubo 248000 m2 en el distrito Norte, pero eso coincide con el inicio de obra de los emprendimientos de Puerto Norte. De los 193 mil m2 que registró el Sudoeste en 2007, 130 mil solos fueron del casino City Center".
Barese explicó que el efecto buscado con la reforma de las normas urbanísticas que tanta polvareda levantó en su momento "no fue el cese de la actividad, sino la reorientación de su desarrollo, en función del interés de la ciudad en general". Con las restricciones impuestas a la construcción en el área central y primer anillo perimetral, ahora el Ejecutivo ya hizo el proyecto para actualizar las reglas en el resto de la ciudad hasta sus límites, para evitar -entre otras cosas- la proliferación desordenada de torres en barrios como Arroyito o Echesortu y reordenar la convivencia de usos residenciales, industriales y comerciales según cada zona. Ahora están consultándolo en comisión con los actores privados interesados en el tema. Barese quiere enviarlo al Concejo ya consensuado, para que se haga ordenanza antes de fin de año.
"Creo que la construcción no decayó por el reordenamiento urbanístico. Estos números están demostrando que el mercado está asimilando la nueva normativa", concluyó el funcionario municipal.
Ricardo Griot, presidente de la CAC, reconoció que "la reforma del Código no incidió en la actividad, como sí lo hacen cuestiones de la economía". El empresario señaló que "en el tiempo se verá cuánto habrá afectado esto, pero mientras tanto el mercado se va acostumbrando y corriendo hacia otros barrios de zona norte y oeste".
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