CIUDAD › CHOFERES DE LA LíNEA K REALIZARON UNA SORPRESIVA MEDIDA DE FUERZA
Los usuarios del trolebus quedaron de a pie ayer, por el paro dispuesto con el argumento de la falta de mantenimiento en los coches y denuncias de inseguridad en La Siberia. Para Fein fue una forma de "tomar de rehén a toda la ciudad".
› Por Luis Bastús
Los choferes de la línea K iban a reanudar el servicio a la 0 hora de hoy, según el acuerdo que sacó la Municipalidad luego de negociar con el sindicato Unión Tranviarios Automotor. Los usuarios del trolebus quedaron de a pie ayer, por el paro dispuesto sin aviso previo y con el argumento de la falta de mantenimiento en los coches, y de la inseguridad que sienten los colectiveros durante el recorrido que une la zona oeste con la Siberia. Lo intempestivo de la huelga enojó a la intendenta Mónica Fein, quien reprochó que fue una forma de "tomar de rehén a toda la ciudad". Desde la UTA, la señal oficial fue el silencio.
Luego de una jornada que le deparó sorpresa al principio, y fastidio después, Gustavo Perrone, presidente de la Sociedad del Estado Municipal para el Transporte Urbano de Rosario (Semtur), anunció al caer la tarde que el servicio de los troles se repondría a la medianoche, como desenlace de la segunda reunión que mantuvo en el día con delegados de la línea y un directivo de la UTA. "No pudimos hacer que repongan el servicio antes. Se comprometieron a reanudarlo a medianoche, pero no dijeron que no lo volverán a hacer. No depende de mí, espero que no ocurra otra vez de este modo", dijo el funcionario al ser consultado por Rosario/12 sobre la huelga que sorprendió a los usuarios del transporte público desde la mañana de ayer.
Perrone, el representante de la patronal más cercano a los colectiveros, aseguró que el paro lo tomó por sorpresa, sobre todo porque "hace casi un mes hubo un paro por motivos similares" en el resto de las líneas de la Semtur. La empresa planteó que el reclamo de seguridad excede su competencia, y desestimó la demanda de mejor mantenimiento de las unidades. "Tenemos una flota más que moderna, con un promedio de antigüedad de cuatro años. Hay coches nuevos, estamos renovando la carrocería de todos paulatinamente y ya hay algunos a los que les instalamos equipos de aire acondicionado y calefacción. Puedo asegurar que estamos mucho más allá del promedio. Y en la parte mecánica estamos invirtiendo todo lo necesario. Hay algunas demoras con la entrada de repuestos por la restricción a la importación, pero se está trabajando igual", afirmó Perrone.
El secretario de Servicios Públicos, Pablo Seghezzo, lamentó "esta modalidad que ya es costumbre, tomar medidas de fuerza sin aviso previo", pero se abstuvo de opinar en segundas lecturas sobre el conflicto que se destrabó luego de una reunión en la que el sindicato no obtuvo nada nuevo ni concreto acerca de los motivos esgrimidos.
Ningún directivo de la UTA atendió los llamados de este diario, y sólo un vocero blanqueó que, pese a todo, la decisión gremial fue no hacer comentarios ni dar explicaciones acerca de la medida. En cambio, un delegado de la línea en huelga, Omar Medina, se refirió a los motivos: "Lo de la inseguridad ya es viejo y conflictivo. Hemos tenido varias reuniones con el jefe de la Policía, y si bien nos prometieron que iban a realizar algunas medidas, como acompañarnos en ciertos sectores, nunca aparecieron y seguimos igual. El chofer está indefenso arriba del coche. Algunos fueron golpeados, y hace poco otro fue apuñalado", explicó. En cuanto al mantenimiento de las veinte unidades que componen la flota de la K, Medina reveló: "Tenemos problemas con los repuestos de los coches, no podemos pasarlos por la Aduana y se nos complica porque los tenemos que reformar. Nuestra intención es que esto siga funcionando bien y darle un buen servicio a la gente", dijo, horas después de iniciada la medida de fuerza. Por la mañana, un delegado que se identificó como Marcelo, en el galpón de la la línea, en barrio Belgrano, alegó que el paro fue sorpresivo "porque tuvimos reuniones anteriores por el tema seguridad y no le encuentran una solución. Pasa en todos lados, pero el problema se acentúa en un chofer que a la madrugada está solo, y en un coche que con sólo bajarle los cables con una soga, queda inmovilizado".
Antes de que el sindicato aceptara levantar la medida, la intendenta no disimuló su malestar por la segunda huelga que la UTA dispone sobre el servicio de la Semtur, la empresa municipal que cuenta con 600 empleados y unas 176 unidades distribuidas en veinte líneas. "Esto es gravísimo para el sistema público; nunca el paro debe hacerse sin ninguna anticipación ni diálogo con nosotros. Es tomar de rehén a toda la ciudad. Argumentan la inseguridad, pero nos asombra, porque este no es el camino. El paro es muy llamativo", deslizó Fein.
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