CIUDAD › LA JUSTICIA TIENE QUE DECIDIR SI VA A JUICIO EL AGENTE DE INTELIGENCIA DEL EJéRCITO FERNANDO CARABAJAL.
En 2003 el cybercafé del actual diputado provincial y militante de HIJOS Eduardo Toniolli, fue atacado con una granada de mano arrojada contra el cristal del local. En ese momento ya había sufrido otras tres amenazas cuando empezaban los juicios.
› Por José Maggi
El Tribunal Oral Federal Nº 2 deberá decidir si el agente de inteligencia del Ejército Fernando Carabajal será sometido a juicio por al atentado que cometió en el 2003 contra el comercio del actual diputado Eduardo Toniolli, o si lo beneficia con una probation. Por lo pronto el último viernes el juez Jorge Venegas Echagüe pudo escuchar el pedido de parte del defensor oficial del hasta hoy servicio de inteligencia, quien pretende purgar su condena en una iglesia de Comodoro Rivadavia, ciudad en donde está asentado prestando servicios. No deja de sorprender que Carabajal siga perteneciendo a la misa división en la que cometió este atentado que tuvo como fin amedrentar a quienes se constituían en querellantes en el primero de los juicios. En rigor frente al TOF 2 también se expresó con un cerrado rechazo la fiscal Adriana Saccone. Tras la audiencia Toniolli reclamó que "se haga el juicio para conocer la trama de complicidades y además sentar un precedente para cualquier otra amenaza a testigos de delitos de lesa humanidad". La decisión se dará a conocer en los próximos días.
"La verdad es que nos enteramos de casualidad de la realización de esta audiencia, en la que la defensa del imputado apostaba a que pase desapercibida y solicitar sin oposición una Probation", explicó Toniolli. "Nosotros junto a los compañeros de HIJOS, entendemos que esto no puede terminarse con un gesto de reparación tal cual propone la probation, porque de esta manera estaríamos echando un manto de impunidad a un intento de amedrentar a testigos, que sentaría un nefasto precedente".
El diputado por el Movimiento Evita, recordó el contexto en que se produjeron aquellos hechos, "cuando recién se iniciaba este proceso tantos años reclamado por los organismos de derechos humanos y los sobrevivientes", y además "en el marco de las definiciones tomadas por el gobierno de Néstor Kirchner, de convertir esos reclamos de justicia, en política de Estado". En ese marco Toniolli recordó "la resistencia que provocó dentro del propio ejército, que llevó al gobierno a realizar una fuerte purga".
Toniolli, sus abogados y compañeros de HIJOS dejaron en claro la necesidad de que se haga el juicio, tanto "para conocer la trama de complicidades que se esconden detrás de la acción de este sargento", como para "sentar fuerte un precedente para evitar cualquier otra amenaza a testigos y querellantes de delitos de lesa humanidad".
Según explicaron los abogados de HIJOS la probation implica la suspensión del juicio a cambio de la realización de tareas comunitarias.
El hecho ocurrió la madrugada del 6 de noviembre de 2003, cuando arrojaron una granada de fabricación militar contra el cristal del cybercafé El Eternauta de Mitre 1187, que era propiedad de Eduardo Toniolli, querellantes de la causa Quinta de Funes, que hacía poco había sido reabierta. El atentado se convirtió en el pico de una escalada de amenazas que había soportado Toniolli en ese tiempo una de las figuras públicas más visibles de la lucha por el juicio y castigo en la ciudad, por su militancia en la agrupación HIJOS Rosario. El local de Toniolli había sido atacado en total en tres oportunidades desde la reapertura de la causa Quinta de Funes, en la que se investigaba la desaparición, entre otros, de su padre, que lleva su mismo nombre.
En diciembre de 2003 el juez de instrucción Osvaldo Barbero ordenó la detención de un miembro activo del Servicio de Inteligencia del Segundo Cuerpo de Ejército, en el marco de la investigación iniciada por uno de los atentados que sufriera Toniolli. La detención se produjo en el Batallón de Comunicaciones 121, que fue allanado por las Tropas de Operaciones Especiales, al igual que el edificio del Comando del Segundo Cuerpo, de Sarmiento al 1300.
Los investigadores habían llegado al detenido por un testigo que identificó a una motocicleta la noche del atentado, a bordo de la cual huyeron quienes arrojaron la granada. Se había tratado de una Yamaha Virago 125 cc, que fue individualizada por su patente CCB 230. El detenido resultó ser un sargento, Fernando Conrado Carabajal, de 30 años, nacido en la provincia de Salta, y quien prestaba servicios en el Departamento de Inteligencia del Segundo Cuerpo de Ejército desde hacía un año.
El momento de la detención de Carabajal también vale la pena remarcarlo: los responsables de las Tropas de Operaciones Especiales llegaron a la guarnición militar vestidos de civil exhibiendo también una orden de requisa de material explosivo similar a la utilizada en el atentado -es decir una granada de Fabricaciones Militares que databa de 1976-. Las tropas de élite también buscaron documentación que pueda servir a la causa, como libros donde figuran horarios de salida y entrada del personal, habida cuenta de que Carabajal habitaba en el propio batallón militar, así como documentos sobre su actividad y la de su división, es decir de Inteligencia.
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