El presidente del Concejo Municipal, Miguel Zamarini se reunirá hoy con los ediles Jorge Boasso y Daniel Peressotti en un último intento para que ambos se retracten públicamente de las acusaciones mutuas que se propinaron -con amenaza de muerte incluida- y que ya investiga la Justicia. Si el entredicho, desatado en el seno de la Comisión de Salud del cuerpo, continúa, el titular del Palacio Vasallo propondrá crear una comisión investigadora que podría derivar en la aplicación de sanciones a los involucrados. No obstante ello, según pudo saber este diario, en la mayoría de las bancadas la idea imperante es "bajarle el tono" al enfrentamiento y evitar su tratamiento político durante la sesión de hoy. "No le sirve a nadie darle más trascendencia a la polémica", dijo un concejal a Rosario/12 quien de todas formas deslizó como hipótesis que el propio peronismo estaría interesado en desprenderse del farmacéutico por no ser orgánico con la conducción del bloque.

Por la mañana en declaraciones radiales, Boasso y Peressotti dieron su propia versión sobre el incidente. El edil justicialista relacionó la disputa con su negativa a impulsar en la comisión que preside un pedido de informes vinculado con supuestas irregularidades en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela que proponía Boasso. El radical relacionó su malestar con la decisión del farmacéutico de cajonear en la comisión de Salud un proyecto de su autoría relacionado con la creación de un Banco para la Criopreservación de Sangre de Cordón Umbilical.

Según Peressotti, Boasso lo provocó públicamente mediante agravios personales en presencia de su propia esposa. De inmediato el farmacéutico negó haber amenazado de muerte a su colega y sólo reconoció haberse defendido verbalmente sin haber hecho alusión a la pistola 9 milímetros que porta con la correspondiente autorización.

Boasso reiteró que el concejal del Frente para la Victoria lo amenazó con el arma -"vas a conocer la nueve milímetros", habría dicho- y con "cortarlo a pedacitos". El verborrágico edil aseguró tener una treintena de testigos dispuestos a corroborar su versión, denunciada en la sección Seguridad Personal de la policía y que investiga el juez correccional Horacio Benvenutto. En ese sentido se pronunció el concejal cavallerista Alfredo Curi.

Consultado por Rosario/12, Zamarini anunció que hoy, antes de la reunión de Labor Parlamentaria de la que participan los presidentes de bloque, dialogará por separado con Boasso y Peressotti. Según confió el presiente del cuerpo, intentará que los protagonistas del enfrentamiento verbal se retracten públicamente y así archivar el incidente.

"Vamos a agotar todas las instancias institucionales para que esto no sea más que un exceso verbal. Si los concejales persisten en sus posturas, corresponde de acuerdo al Reglamento interno, crear por mayoría simple una comisión (investigadora) conformada por tres ediles que deberán elevar al resto del cuerpo una propuesta al respecto. Después, por mayoría especial (con el voto de los dos tercios de los presentes) podría definirse la expulsión de alguno de los involucrados. Pero esa sería una medida extrema que vamos a tratar de evitar por todos los medios", explicó Zamarini.

Para el presidente del Concejo, el Palacio Vasallo "debe ser un ámbito de consenso más allá de las diferencias políticas, lógicas, que existen en cualquier cuerpo. Hay que aprender a conciliar posturas" .

La postura de Zamarini la comparten los titulares de las principales bancadas que buscarán bajarle el tono al conflicto, por entender que deteriora la imagen del cuerpo en su conjunto. Si los protagonistas siguen el mismo camino, el tema no será debatido durante la sesión de hoy.