CIUDAD
Una avioneta se precipitó en una zona de quintas y a pocos metros de Avenida Circunvalación. La pericia del piloto y un poco de suerte, permitió que cuatro personas resultaran ilesas.
La pericia del piloto, y tal vez un poco de suerte, fueron los elementos que, combinados, convirtieron en un éxito el aterrizaje de emergencia de una pequeña aeronave, que había partido ayer desde Ezeiza hacia Rosario, con cuatro ocupantes a bordo, en una zona de quintas, a unos 150 metros de Avenida Circunvalación y Uriburu. De manera increíble, la avioneta solamente sufrió algunos daños y las personas resultaron ilesas, según informó el vicecomodoro Carlos Chandá, jefe del aeropuerto local. El aparato, un Cessna 182 de color blanco, matrícula LV-HZE, sufrió un desperfecto en el motor, que se plantó en pleno vuelo, cuando su piloto realizaba tareas de aproximación hacia el aeropuerto de Fisherton.
El hecho ocurrió a las 4 de la mañana en la zona sudoeste de Rosario, detrás del polideportivo que tiene Ñuls en Bella Vista, muy cerca de las torres de emisión de los canales 3 y 5; quizás las únicas referencias que habrá tenido el piloto cuando decidió aterrizar en plena zona rural.
La avioneta, que quedó milagrosamente incrustada en una zanja, era piloteada por Gabriel Martín Caldeiro, de 25 años, y también viajaban Miguel Dobal, de 29 años, Nicolás Daniel Spinieida, de 23 años, y Sergio Ariel Juanín, de 24, que resultaron ilesos. Como consecuencia del accidente quedó afectada la trompa y el tren de aterrizaje de la parte derecha de la aeronave.
En el momento del accidente, y debido a que el piloto mantenía contacto con la torre de control, se dispuso un operativo de emergencia con equipos de la aeroestación y apoyo de Defensa Civil. Efectivos del aeropuerto de Rosario actuaron luego de ocurrido el hecho, al igual que concurrió una ambulancia del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies).
"La verdad que fue una situación en la que tuvo que tomar decisiones de inmediato y aterrizó de emergencia en un lugar descampado, que no está preparado para tal fin; pero bueno, esto se practica en las distintas habilitaciones que tienen los pilotos. Gracias a Dios fue un accidente con suerte", indicó el vicecomodoro Carlos Chandá.
El piloto tuvo que realizar el aterrizaje en cuestión de segundos, cuando todavía era de noche, y además pasó por encima de los cables de alta tensión que se encuentran en la zona, haciendo impactar la trompa en una zanja. El lugar del accidente se encuentra a unos 10 kilómetros del aeropuerto internacional Islas Malvinas.
Según manifestó Martina Roldán, una vecina del lugar que se convirtió en una inesperada testigo del accidente, cuando llegó hasta el lugar donde cayó la avioneta, a escasos metros de su lugar de residencia, encontró a los ocupantes del Cessna conmovidos por el accidente, pero sanos y salvos.
"Sentimos un ruido espantoso y salimos a ver qué había pasado. El que estaba bastante conmocionado y asustado era el piloto -indicó Martina- y temblaba un poco, quizás por el susto. Mientras que las otras tres personas que viajaban en la avioneta se encontraban bastante bien".
Esto pudo comprobarse, a través de imágenes televisivas, que mostraron a los tripulantes retirarse raudamente de la comisaría, donde les tomaron declaraciones, hasta el aeropuerto desde donde partieron hacia Buenos Aires.
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