CIUDAD › PLANTEO DE UN GRUPO DE TRABAJADORES DE ATENCIóN PRIMARIA
Convertidos en la única presencia estatal efectiva en muchos barrios rosarinos, los centros de salud deben responder a demandas que exceden a la buena voluntad de sus profesionales, que conformaron un espacio para visibilizar los reclamos.
› Por Sonia Tessa
Un grupo de trabajadores de Atención Primaria de la Salud comenzó a reunirse para plantear los problemas que enfrentan en los barrios, donde quedaron como la única presencia estatal efectiva, como admitió la Directora de Salud Mental, Débora Daniele. Este "colectivo", tal como se definen, pide que se respete el anonimato de sus miembros, porque consideran que "está en juego la fuente de trabajo". "Los centros de salud son la única pata del Estado que está doce horas abierta en el territorio", lanzó una de las impulsoras del espacio. "Entonces, como no tienen otra referencia, los vecinos lo consideran la boca del Estado para toda la asistencia. Te vienen a pedir la pocera, la chapa, todo", apuntó. Como médica, su diagnóstico profesional fue, además, que "las heridas de bala se han convertido en la principal epidemia entre los jóvenes". Todos los días, talla otra trabajadora que participa de las reuniones, enfrentan situaciones que corren el límite de su capacidad de respuesta. "Muchas veces vienen a buscarnos familiares de chicos baleados, que no quieren salir de sus casas, por temor a que 'terminen el trabajo que empezaron' (los maten) los integrantes de la otra banda. Vamos a atenderlos a su hogar, pero también cuando pedimos una ambulancia municipal, nos encontramos con que muchas se niegan a ingresar en los barrios", apuntó.
La atención primaria de la salud rosarina es un entramado extendido en toda la ciudad, en lugares estratégicos, que se pensó con un concepto político de la sanidad, bajo las directrices de profesionales como Débora Ferrandini. "Muchas veces recordamos a Débora, cuando decía que la inequidad enferma más que la pobreza", dijo una de las profesionales que participó de la nota, todas bajo el pedido estricto de resguardar la identidad. "Hacemos nuestros planteos en los espacios de la Secretaría, pero no obtenemos respuestas", arguyeron. "Queremos poder hacer nuestro trabajo", dijeron. Es que a diario encuentran demandas que no tienen cómo canalizar. "No existen más los programas, que antes sí había, y entonces caemos en el voluntarismo, en buscar quién te da bola, o por ejemplo en buscar qué amigo tenés en algún área municipal para abordar ese problema puntual. Eso provoca también una mayor precariedad en nuestro trabajo", describieron.
Con respecto a la presencia territorial, si bien denunciaron una retirada persistente desde hace algunos años, afirmaron que el largo conflicto de los trabajadores precarizados de Promoción Social que atendían los antiguos Centros Crecer, a fines de 2010, fue determinante. "Nosotros compartíamos su reclamo, y creemos que a partir de ahí se terminó de vaciar el territorio. Los Centros Territoriales de Referencia, por ejemplo, existen pero no brindan la respuesta integral que daba el programa Crecer. Allí donde antes había 50 chicos y otras tantas madres, hoy van diez pibes, porque se restringió tanto la oferta que tampoco resulta convocante", describió una trabajadora.
Justamente, como se consideran "militantes de la salud pública", señalaron que "la atención primaria de la salud no puede aplicarse si no hay políticas sociales" y fueron más allá: "No hay políticas sociales posibles de realizar sin recursos".
Aunque afirmaron que el sistema de salud es todavía "el más armado" de la estructura municipal, una de las participantes de la reunión consideró que "se viene sosteniendo a costa de trabajadores convencidos". Como una paradoja, señaló que las situaciones límite que afrontan cotidianamente provoca que Atención Primaria de la Salud tenga "altos índices de licencia". "Hay un retroceso de la política en Salud, por ejemplo, no tenés reemplazos para las licencias de médicos o pediatras, y ni hablar de psicólogos o trabajadores sociales, que nadie considera que deban reemplazarse", apuntó una de las médicas que participó de la reunión, en la que también había trabajadoras sociales. "Y ni hablar cuando tenemos que pedir un turno con especialistas, demoran dos o tres meses", apuntó otra de las integrantes del colectivo.
Que la única presencia estatal visible sea el centro de salud es sólo la punta del iceberg. Cuando los "dispensarios" (como aún los llama la gente) reciben situaciones que requieren de programas o políticas sociales, no tienen con quién resolverlas. "Existen equipos, pero están centralizados, tenés que convocarlos para que vayan al barrio. No existe hoy una política de salir a caminar el barrio. Lo hacemos nosotros, y hasta cierto punto, en la medida de nuestras posibilidades, porque estamos desbordados", dijo otra autoconvocada. "Te dicen que tenés que articular, ¿pero con quién?, si no hay nadie", sintetizó una de ellas.
"Desde este colectivo, venimos denunciando hace unos años los conflictos en diferentes espacios, ya sea en las reuniones de gestión como en los equipos de trabajo. Denuncia que tiene que ver con un paulatino e ininterrumpido desmantelamiento de las políticas sociales de anclaje territorial", dice un documento elaborado en los últimos días. Para los trabajadores de Atención Primaria de la Salud, "urge dar respuestas con políticas sociales acordes a las problemáticas emergentes lo cual implica, entre otras cuestiones, invertir en recursos humanos con programas y proyectos sostenidos en el tiempo".
El documento también señala: "Los Centros de Salud constituyen el único actor estatal distribuido equitativamente en la ciudad. Y entonces nos preguntamos: ¿puede un centro de salud ser 'lo local del Estado'? ¿No se trata de una mirada acotada de lo social que lleva a una sobreexigencia de los trabajadores de la salud? Y con esto queremos decir que los equipos de salud se ven cotidianamente excedidos, ya que la demanda que llega es de una dimensión imposible de ser resuelta desde el propio sector".
Aunque la reunión, y la conformación del colectivo, excede el simple apoyo a las afirmaciones de Daniele, también develaron que el aval recibido por la funcionaria de parte de trabajadores de salud de toda la ciudad fue masivo. "A muchos nos pareció sentir que por fin había alguien que se hacía cargo de expresar lo que nosotros venimos diciendo desde hace tiempo", apuntó una de las integrantes del colectivo.
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