CIUDAD › EXTORSIóN EN EL ROBO A LA FISCAL
› Por Luis Bastús
Tres policías de la comisaría 8ª fueron detenidos ayer en esa seccional del barrio Refinería, involucrados en un pedido de coima realizado a un detenido para dejarlo en libertad, luego de haberlo apresado cinco días antes por averiguación de antecedentes, al encontrarlo en poder de una moto cuya propiedad no pudo acreditar. Personal de la Dirección de Asuntos Internos secuestró el libro de guardia en el que detectaron una posible adulteración de datos para justificar el prolongado encierro del detenido más allá de las 12 horas reglamentarias que la ley contempla para la "averiguación de antecedentes".
La situación quedó expuesta a partir de escuchas telefónicas realizadas sobre el teléfono celular robado la semana pasada a la fiscal penal Nora Marull (foto). Tras el allanamiento que la jueza Alejandra Rodenas dispuso ayer en la comisaría, Asuntos Internos requisó la casa del motociclista arrestado, en la zona sur, y encontró el teléfono sustraído a la fiscal, junto con otros objetos que los llevaron a presumir que se trataría de un arrebatador. El hombre y un vecino con el que estaba demorado en la comisaría desde el viernes pasado, además de los tres policías sospechados quedaron detenidos en la Alcaidía de la Unidad Regional II, y ayer fueron indagados por la jueza.
La investigación que tuvo este desenlace no previsto empezó a partir del robo callejero que sufrió Marull a bordo de su auto, el miércoles 23 a la noche, cuando salió de Tribunales. La fiscal avanzaba por esos días con los primeros pasos de la investigación sobre el enfrentamiento entre hinchas de Ñuls y la policía en el estadio del Parque de la Independencia, el domingo en el que se frustró el clásico con Central. La funcionaria conducía por avenida Pellegrini, y a la altura de Pueyrredón percibió que dos personas en una moto la seguían. Cuando llegó a Iriondo y Tres de Febrero, ella frenó porque un auto se había detenido adelante, y entonces apareció un joven que le rompió la ventanilla del lado del acompañante y le arrebató la cartera con apuntes de las causas que le tocan investigar en la feria, y el teléfono celular de la fiscalía en turno, entre otras pertenencias. En el arrebato también perdió documentación personal y del vehículo, dinero y tarjetas de crédito.
El robo despertó conjeturas acerca de una posible relación con los recientes sucesos ocurridos aquel domingo en Ñuls, y ahora, a partir de lo descubierto, es uno de los caminos que la jueza Rodenas deberá transitar para descartarlas o no.
Desde ese miércoles, la magistrada ordenó la intervención de la línea telefónica del aparato robado. Y de allí surgió que en las últimas horas el teléfono móvil estaba en poder de una mujer. En especial, hubo dos llamadas de esa mujer que activó la atención de los sabuesos. Una fuente del Ministerio de Seguridad reveló que la mujer llamó a un pariente y le comentó que su concubino estaba detenido en la seccional 8ª y que tenía que juntar un dinero --el monto no trascendió-- para que los policías lo liberaran.
El detenido en cuestión había sido apresado junto con un vecino el viernes a las 2 de la tarde, cuando conducía una moto sin la documentación de rigor. El motivo con el que ambos fueron demorados en la comisaría de Ingeniero Thedy 375 fue "averiguación de antecedentes", hasta que se esclareciera el origen de la moto. Pero como el hombre se encontraba en ese momento en libertad condicional por la condena de un delito anterior, ahora vivía una situación delicada que lo regresaría a prisión. De allí habría surgido el pedido de coima. El motociclista, cuya identidad no fue suministrada, y su acompañante, llevaban ayer cinco días presos, cuando no deberían haber estado más de doce horas retenidos.
Asuntos Internos secuestró el libro de guardia en el que interpretaron que se falseó la situación de esos dos reclusos. Por esa situación, fueron detenidos el oficial inspector y el cabo que realizaron la detención, y una agente que ayer en ese momento se encontraba a cargo de la guardia de la seccional. Las fuentes consultadas no revelaron las identidades de los funcionarios imputados.
La jueza Rodenas ordenó luego el allanamiento de los domicilios de los detenidos, en Lamadrid al 400. Allí los agentes encontraron telefónos celulares, cámaras fotográficas, carteras y otros objetos que representarían el botín de robos sucesivos. A media mañana, la fiscal Marull reconoció como propios parte de los elementos secuestrados, entre ellos, el teléfono móvil cuya línea estaba siendo intervenida.
Los dos hombres detenidos por averiguación de antecedentes ahora siguen en esa condición, pero involucrados en el robo a la fiscal, junto con la mujer que usó el telefóno robado. Los policías fueron pasados a disponibilidad y arrestados como imputados de un delito que la jueza definirá entre la extorsión y el cohecho.
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