Por tercera vez en una semana el Monumento fue el escenario de las expresiones populares rosarinas, y la de ayer dejó de lado celebraciones deportivas y juntó por una vez a todo el arco político local, de izquierda a derecha, en un pronunciamiento conjunto de condena al narcotráfico y a su penetración en la vida cotidiana de la ciudad. La iniciativa no contó con representantes de la Justicia, provincial ni federal, pero sí de los poderes ejecutivos y legislativos.

El valor de la convocatoria fue menos la del número de participantes que concitó que la diversidad de partidos políticos y agrupaciones estudiantiles, gremiales y organizaciones de base que se sumaron. La manifestación quebró la postal habitual de un martes por la tarde en la peatonal Córdoba, y desde la plaza Pringles avanzó hasta el mástil mayor del Monumento en una caravana que ocupó tres cuadras de extensión, con múltiples banderas que denotaron la heterogeneidad de la cita, y consignas impregnadas también del clima preelectoral que se coló a lo largo de la marcha.

El documento elaborado por los dirigentes políticos que organizaron la convocatoria reclamó que "el estado de derecho actúe con todas las herramientas a su disposición para perseguir a quienes aprovechan las desigualdades sociales para transformar la vida y la muerte de cientos de miles de ciudadanos en un macabro negocio". Instó a "redoblar esfuerzos para que el peso de la ley recaiga sobre aquellos que encabezan este accionar mafioso y su red de complicidades, y no sólo sobre los últimos eslabones de la cadena". Esta distinción mereció el aplauso de organizaciones que dieron el presente y que abogan por una nueva ley de drogas que despenalice el consumo.

"Mientras se tolere la impunidad, no habrá paz", se indicó en el documento cuya lectura recayó en la periodista Alicia Simeoni, del Sindicato de Prensa, para evitar recelos de cartel entre los distintos dirigentes que encabezaron la marcha. "Ese objetivo común sólo podrá hacerse realidad desde la unidad en la acción y en la organización de todos los sectores políticos y sociales, dejando las diferencias en un segundo plano para confluir en las coincidencias sobre un tema crucial para nuestra comunidad", finalizó el texto.

La caravana se compuso en su mayoría de militantes, tanto de partidos como de organizaciones sociales y estudiantiles. El público de la peatonal le abrió paso con una actitud más cercana a la indiferencia. Al frente de la columna avanzó una pancarta que declamaba "todos contra el narcotráfico", en manos de quienes impulsaron la movida, entre concejales de todos los partidos, legisladores nacionales y provinciales, la intendenta Mónica Fein y el periodista Carlos Del Frade. También fueron de la partida los candidatos a diputados del Frente Progresista Hermes Binner y Mario Barletta.

Sobre el final de la marcha, jóvenes de la agrupación Cuba MTR tomaron la vanguardia cantando "ni con Bonfatti, ni con los K, este es el pueblo que se planta de verdad". Intentaron por la fuerza tapar con su cartel la pancarta central de la manifestación y, tras calificarla como "una puesta en escena", abandonaron el acto antes de escuchar la lectura del documento. En tanto, la Juventud Peronista volvía con su estribillo: "Ni socialista, ni popular, es la derecha que gobierna la ciudad". Y de pronto los militantes socialistas contestaron con la misma melodía: "Ni peronista, ni popular, sos la derecha del gobierno nacional".

"Para luchar contra las mafias hay que ser más y demostrarlo en la calle. Ahora el desafío es seguir después de esta marcha y armar una agenda que escape a lo electoral", planteó Del Frade.

Fein marchó con todo su equipo. "Tenemos diferencias, pero en la ciudad de la convivencia, al respeto lo construimos entre todos. Juntos contra el narcotráfico, la trata de personas y las economías delictivas que generan situaciones de violencia en la sociedad. Esto es un mensaje de unidad de todos los sectores políticos y sociales contra los violentos", dijo. Consideró que "poner a Rosario como único lugar del problema es una decisión política errónea que lleva a desconocer que estamos en una provincia, en un país que tiene un problema con el narcotráfico y que debe hacer lo que hoy manifestamos aquí en Rosario".

El ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, valoró "esta muestra de unidad al margen de las diferencias de pensamiento, que sirve para generar acciones unidos frente a las bandas de la narcocriminalidad".