Norma Hilda Herrera tenía 66 años, trabajaba en la Facultad de Medicina de la UNR y era hostigada por su ex pareja, Guillermo Escolari, de la misma edad. Habían mantenido una relación de un año, que se terminó por la violencia que él ejercía, pero una vez separados, él no se conformó: la siguió hostigando y amenazando. Ayer, antes de las 7.30, él llegó con un revólver calibre 38 a la puerta de la casa de Norma, en Córdoba 2438 y disparó tres veces. Según las primeras pericias, un disparo la mató a ella, dos fueron para él mismo. Apenas más tarde, en el sur de la provincia, en Amenábar, un pueblo de 2000 habitantes a 30 kilómetros de Rufino, Griselda Calo de Caminos, de 38 años, murió acuchillada por Claro Díaz, de 74, que también se suicidó tras el crimen.

El lunes a la madrugada, el servicio 911 recibió un llamado y concurrió a una vivienda de Ayacucho y Biedma, donde Verónica, de 25 años, y embarazada de nueve meses, tenía quemaduras en el 20 por ciento de su cuerpo. En el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, la chica dio a luz a su bebé, que se encuentra bien y que fue derivado a la Maternidad Martin. Ella, en tanto, ayer peleaba por su vida, en estado reservado y en el Hospital Provincial. Ayer detuvieron a Marcos, su pareja, acusado de prenderle fuego. La violencia contra las mujeres sumó ayer tres víctimas: dos muertas, y una en estado grave.

El homicidio de Córdoba 2438 conmovió la mañana. El agresor, de 66 años, aguardó a Norma hasta que salió y le disparó en la puerta de su casa, un pasillo donde también viven la hija y el yerno de la víctima. La mujer tenía las llaves en la mano, como si hubiera sido sorprendida al salir. Su yerno contó que a las 7.30 escuchó tres detonaciones, y al asomarse a la vereda encontró un tumulto. Norma y Escolari fueron pareja durante un año, y ella decidió distanciarse por los maltratos que él le infligía. La separación fue conflictiva. El agresor no se quedó tranquilo: hostigaba a Norma en su lugar de trabajo y la amenazaba. Ayer cumplió con sus promesas.

En Amenábar, el fiscal Pablo Busaniche y la jueza Lorena Garini investigan por qué Claro Díaz, de 74 años, acuchilló a Griselda Caló de Caminos, de 38. El hombre, luego de asesinar a la mujer, se colgó de una planta en el patio de su casa. "No tenían una relación de pareja, ella era una mujer de familia, que tenía hijos adolescentes y chicos. Hay varias hipótesis pero no estamos autorizados a difundir ninguna", expresó el subcomisario Silvio Risso, de Amenábar, quien subrayó que nunca desde que está a cargo de la subcomisaría 14 se vio un crimen semejante en ese pueblo del sur provincial.

Con quemaduras en el 20 por ciento de su cuerpo, Verónica continuaba ayer internada en el Hospital Provincial. El director, Federico Fiorini, detalló que su estado "es crítico, con un 20 por ciento de la superficie corporal afectado, fundamentalmente el tórax, el cuello, la cara, parte de mano y antebrazo. Esto le ocasiona un cuadro sistémico por la quemadura de vía aérea, con necesidad de respiración artificial con drogas para mantener la presión arterial y un estado absolutamente reservado, por lo menos, las primeras 48 horas", dijo el médico en declaraciones a distintas radios por la mañana. Durante la tarde, dijo a Rosario/12 que el cuadro no es de evolución inmediata y subrayó que las quemaduras en la cara son de mayor riesgo. Ayer, Marcos --pareja de Verónica-- quedó detenido como sospechoso de haber quemado a la joven, embarazada de 35 semanas. El bebé estaba en buen estado, en la Maternidad Martin.

En Rosario está vigente una ley de emergencia en violencia de género, y a partir de entonces, el teléfono verde 0800 444 0420, funciona las 24 horas.