Como sucedió la semana pasada, tras el temporal, vecinos del barrio llamado Ciudad Oculta, en el extremo norte del municipio, volvieron a ocupar las viviendas aún en obra del complejo llamado Zona Cero, en Salvat y Polledo. El argumento que esgrimieron los protagonistas de la toma fue el agua que volvió a inundar sus viviendas. La situación se descomprimió al caer la tarde, y los ocupantes regresaron a sus hogares tras dialogar con funcionarios de gobierno.

El grupo que avanzó ayer al mediodía por segunda vez en pocos días sobre los dúplex casi terminados estuvo compuesto por mujeres en su mayoría, que reclamaban "vivienda digna" para sus familias. La lluvia caída ayer anegó sus hogares, a escasos metros del nuevo barrio. Los vecinos aseguraron que tras la ocupación de la semana pasada hubo funcionarios que les habían prometido realizar obras para evitar ese trastorno. Pero el problema se reiteró de la misma forma, y los damnificados repitieron su protesta y se instalaron por algunas horas en las viviendas a estrenar.

"Las obras que hicieron fueron un desastre, para hacer zanjones dejaron montañas de tierra que ahora se hicieron barro y estamos peor que la semana pasada", explicó Juan Verón, uno de los portavoces de la toma.

Por la tarde, miembros de la Secretaría de Hábitat provincial y de la Municipalidad arribaron a la escena del conflicto y negociaron. Los manifestantes entregaron las viviendas que habían tomado, a cambio de una nueva promesa de solución a la inundabilidad de sus hogares, en el último arrabal rosarino, cercano a Ibarlucea.