CIUDAD › REPRESENTANTES DE AUTOSERVICIOS CHINOS SE REUNIERON CON EL MINISTRO LAMBERTO.
Los comerciantes asiáticos manifestaron su preocupación tras el ataque al super chino de Villa Gobernador Gálvez. El ministro les garantizó vigilancia y seguridad en la zona de los comercios. Desde la cámara siguen sospenchando de elementos políticos.
› Por Luis Bastús
Los comerciantes chinos llevaron ayer su preocupación al ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, luego del saqueo perpetrado contra un supermercado de su comunidad, en Villa Gobernador Gálvez, y mientras persisten en el temor de volver a ser blanco de un fenómeno amplificado como ocurrió en diciembre de 2012. Lamberto les reiteró la certeza del gobierno en considerar que los sucesos del miércoles fueron ataques vandálicos de origen delictivo, ajenos a una demanda social, y por lo tanto limitables al control de la policía y el apoyo de Gendarmería. El director de la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas de Argentina, Miguel Calvete, no estuvo en la reunión, pero opinó que el ataque al negocio Hua Ding estuvo condimentado por factores singulares que explican porqué en otras ciudades los rumores eran los mismos pero aquí pasaron a los hechos. En su lectura vinculó a algunos de los que participaron del pillaje con el intendente villagalvense Pedro González. Una decena de comerciantes de origen asiático, en representación de los alrededor de 200 autoservicios chinos que funcionan en Rosario y alrededores, se reunieron al mediodía con Lamberto. El abogado Pablo Barello, que los representa desde la Federación y desde la Cámara de Autoservicios y Supermercados Propiedad de Residentes Chinos en Argentina (Casrech), valoró el hecho de que "el ministro abrió un canal directo con el gobierno y con los jefes policiales e inspectores de zona para que cada supermercadista pueda hablar con ellos directamente por esta situación que nos tiene muy preocupados". Agregó que "estas familias que hay detrás de cada supermercado tiene mucho en riesgo como para decir que se van tranquilas de la reunión, pero se nos dijo que lo ocurrido no obedece a una crisis social sino a delincuentes, y que la gente no se sumó como sí ocurrió el año pasado. El año pasado muchos comerciantes perdieron su negocio, sus ahorros, sus bienes, y muchos eligieron irse. Hoy ellos quieren seguir en Rosario, pero no quieren volver a perderlo todo", analizó Barello.
El titular de Seguridad les confirmó que el Ejecutivo manejaba información sobre la probabilidad de que ocurrieran ataques como los sucedidos en zona sur, pero que lo esperaban para mediados de diciembre. El representante del colectivo de supermercadistas chinos coincidió en que "hoy la situación es distinta a la de 2012, porque esta vez parecen haber actuado personas con antecedentes penales, soldados de bunkers de drogas. No consideramos que haya sido un saqueo, sino una situación puntual de delincuencia". Y reveló que le pidieron a Lamberto que "la seguridad que deben garantizar para poder trabajar no nos signifique un costo extra, adicional al que ya afronta cada negocio", en alusión a los posibles argumentos que la policía pueda llegar a esgrimir en los barrios a la hora de reforzar la vigilancia sobre estos comercios, más vulnerables que de costumbre en este contexto. "Y además, para que esta gente desista de armarse para defenderse por mano propia", acotó para explicar las balas que los dueños del Hua Ding dispararon contra la horda que los atacaba, y que causó heridas en cuatro personas.
Desde Buenos Aires, Calvete contextualizó lo ocurrido con "rumores similares que también circulan en el conurbano, en San Martín, en Mar del Plata, pero que en Rosario pasaron a los hechos".
-Por qué en Rosario sí y en otros conglomerados no?, preguntó Rosario/12.
--Creo que tienen que ver las particularidades propias del ambiente político local, que todos conocemos, y la sumatoria de otros condimentos que no existen en otros lugares, como cierto malestar policial, con ex policías desplazados, barrabravas y delincuentes comunes", respondió. Calvete sumó a su análisis "la actitud del intendente de Villa Gobernador Gálvez, de color político diferente al de la provincia, que justificó el saqueo al decir el disparate de que el comerciante había prometido regalar mercadería". En rigor, quien lanzó esa hipótesis no fue Pedro González sino su secretario de Gobierno, Rodolfo Cavalieri. Calvete cerró: "Seguramente hay una vinculación entre el intendente y los que saquearon ese supermercado". Este diario intentó comunicarse con González, quien no atendió los llamados.
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