Mar 10.12.2013
rosario

CIUDAD › LA FISCALíA Y LA QUERELLA PIDIERON RECLUSIóN PERPETUA PARA EL IMPUTADO

La crueldad del verdulero Santoro

El fiscal Franicevich aseguró que la autoría de Santoro quedó "probada en los tres casos". El jueves se conoce el fallo.

› Por Lorena Panzerini

Fiscalía y querella pidieron la pena de "reclusión perpetua" para Martín Santoro, el mayor de los hermanos verduleros de barrio Parque, acusado de tres homicidios criminis causa. A esa figura, que contempla como máximo una pena de 50 años, el fiscal Esteban Franicevich le agregó la solicitud de condena por haber actuado con "ánimo de lucro". En tanto, el defensor del imputado, Raúl Superti, aseguró que la pena solicitada "ya no existe" y que hay "compromisos firmados" contra esa figura. Además, planteó una serie de nulidades con respecto a las pruebas planteadas, y consideró que su cliente debería ser "absuelto". El jueves, los jueces María Isabel Más Varela, Roxana Bernardelli y Juan José Tutau, darán a conocer la resolución.

Tras cinco días de juicio oral y público contra Santoro, ayer las partes alegaron durante cinco horas. El fiscal Franicevich llegó a la sala con una pizarra en la que apuntó las diferentes cuestiones y aseguró que la autoría de Santoro quedó "redondamente probada en los tres casos". Durante varios momentos de su extenso alegato, el funcionario habló de una "gavilla" como responsable de los crímenes de Concepción Lavore, Susana García (ambas de barrio Parque) y de José Savini, de Zavalla. Según consideró, Martín "es parte" de la misma, pero aclaró que para él deberían haber llegado más personas a juicio. "Sería más justicia si hubiera más imputados", planteó. En ese sentido, dijo que el acusado junto con las personas que recuperaron la libertad (entre quienes están sus hermanos) formaron "un colectivo despreciable" para cometer los hechos.

El fiscal destacó la "valentía de muchos testigos que hablaron con seguridad". También mencionó el "miedo que plantearon otros". En cuanto a los policías que declararon, dijo tener "impresión de desidia, desgano, el no recordar, y la caradurez de otros de no saber qué hacían en el puesto"; pero valoró "la corrección" de policías que "hicieron lo que tenían que hacer".

Más adelante habló de denominadores comunes. "Las escenas de los crímenes eran parecidas, con todo revuelto, desordenado y los cuerpos tremendamente violentados", dijo. Mencionó también el "franqueo de la entrada" en los tres domicilios donde "no se forzó el ingreso". Para el fiscal, había "conocimiento de la persona que pedía la entrada". Y apuntó al secuestro de objetos de las víctimas en la casa y la camioneta de Martín.

Sobre el crimen de García, a fines de mayo de 2010, Franicevich recordó que hubo llamados anónimos a la policía, que apuntaban a Martín y a la verdulería. Y recordó cómo los testimonios de personas que estuvieron involucradas en los hechos apuntaron al acusado. También planteó que el imputado "usaba el celular" que le fue robado a la mujer; incluso para ofrecer los productor robados.

Sobre el crimen de Sabini, del 13 de mayo de 2010, en Zavalla, recordó que los vecinos del pueblo dijeron que habían visto una traffic blanca abollada estacionada en la puerta del domicilio de la víctima. Uno de los testigos mencionó que vio salir a un hombre "alto, de pelo corto y con mochila". Además, allí se encontró una huella de zapatilla, que fue peritada y arrojó resultados positivos con un calzado de Santoro, aunque la defensa cuestionó la prueba. También la empresa Telecom localizó el teléfono de Martín en esa localidad.

Sobre el crimen de Lavore, de febrero de 2010, Franicevich recordó que el comisario Silvio Marciani, que estaba a cargo de la seccional 5 declaró que al ver las verduras en la casa de García le recordaron a las que vio en la casa de Lavore, tres meses antes, en bolsas "anudadas de la misma manera". Y aclaró que un testigo, familiar de la víctima, confirmó que la mujer hacía pedidos a la verdulería.

El fiscal recordó que la pericia psiquiátrica de Santoro arrojó que tiene "una personalidad perversa y egosintónica, que pone la culpa en el otro". También comentó que el acusado está en un "proceso de conversión religiosa".

El abogado querellante por los familiares de García, Ignacio Carbone, coincidió con el relato del fiscal y agregó que "la coartada del acusado -quien durante la instrucción refirió que era fletero de mercadería robada- se cayó por su propio peso; aunque intentó que se prolongara la investigación con un robo hormiga a una fábrica, que no tuvo nada que ver con estos hechos", dijo. Lamentó la "crueldad y desprecio a la vida".

La defensa, en tanto, planteó cuestionamientos a los relatos de la fiscalía y la querella, y aseguró que hubo "diferencias entre los tres crímenes" de los que se acusa a Santoro. Superti cuestionó puntos y pidió nulidades: dijo que en dos de los tres lugares se encontraron huellas que "no corresponden a Martín ni a ninguno de los Santoro"; que el accionar policial tras los llamados anónimos derivó en un "pedido de allanamientos no fundamentado"; que no se incorporaron datos sobre dónde estaba Martín el día del crimen de Giménez; que la policía "esperó a la traffic" de Martín para secuestrar las cosas; que el allanamiento "no estuvo bien registrado" en la filmación; que no se presentó como prueba el arma del crimen de Sabini, apuñalado, cuando se secuestraron varios cuchillos; y que no se acreditó cómo se provocaron las muertes. Por todo ello, la defensa consideró que es "imposible sostener que haya prueba condenatoria".

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