El Concejo Municipal reeligió ayer al edil Miguel Zamarini (PS) como presidente del cuerpo en una jornada marcada por las intensas negociaciones entre los diferentes bloques. El actual presidente, referenciado con el sector del senador Rubén Giustiniani, contó con los votos necesarios para revalidar su mandato por noveno año consecutivo, a pesar de los intentos de los otros sectores del socialismo que intentaron imponer al concejal electo Miguel Cappiello (PS). Pero como Zamarini contaba con el apoyo de los concejales frentistas Aldo Poy (PDP) y Martín Rosúa (UCR), además de los votos del interbloque compuesto por justicialistas, el PPS, el bloque radical, a quienes se sumó el edil electo Carlos Cossia (Uníte), torció la votación a su favor. Al cierre de esta edición, se perfilaban para completar la nómina de autoridades la concejala Norma López (FpV) para la vicepresidencia 1, y María Julia Bonifacio (Pro) para la vicepresidencia 2, mientras se evaluaba pasar a un cuarto intermedio para definir la composición de las futuras comisiones de trabajo.

La sesión para elegir a las autoridades del Concejo Municipal comenzó recién pasadas las 22. Allí, los concejales Carlos Comi (ARI-CC), Jorge Boasso (UCR), y Héctor Cavallero (PPS) propusieron la candidatura de Zamarini, de quien destacaron sus cualidades para presidir el cuerpo. El concejal Diego Giuliano (Rosario Federal), en tanto, propuso la candidatura del concejal electo del Pro, Carlos Cardozo. En la votación, Zamarini cosechó 19 votos contra cinco de Cardozo.

Tras la jura de los concejales electos (ver aparte) se intensificaron las reuniones y negociaciones entre los bloques para definir las autoridades y la composición de las 10 comisiones de trabajo -con sus respectivas presidencias-, especialmente las que tienen un mayor peso legislativo. El Frente Progresista deliberaba en la oficina de Zamarini, quien contaba con los votos de Poy y Rosúa para presidir el cuerpo por noveno año consecutivo. De esa reunión participaban los concejales Manuel Sciutto y Viviana Foresi (PS), Daniela León (UCR), Comi y Cappiello.

La sesión para la elección de autoridades y de la composición de las 10 comisiones de trabajo había sido convocada a las 17, pero a esa hora casi no se registraban movimientos en el Palacio Vasallo. En la oficina de Cavallero el interbloque que apoyaba la candidatura de Zamarini -María Fernanda Gigliani y Lorena Giménez (PPS), López y Roberto Sukerman (FpV), Osvaldo Miatello (Compromiso por Rosario), Boasso, María Eugenia Schmuck y Sebastián Chale (UCR), y Cossia- propuso de movida mantener lo que se manejó habitualmente como criterio para estos casos: Presidencia y mayoría para el oficialismo en las estratégicas comisiones de Presupuesto y Servicios Públicos; y la presidencia y mayoría para la oposición en las comisiones de Planeamiento y Gobierno.

En una de las oficinas del Pro, los ediles que integran este bloque -Roy López Molina, Alejandro Roselló, Anita Martínez, Bonifacio, Giuliano y Cardozo- esperaban nuevas propuestas para definir cuál iba a ser el destino de sus votos. En este contexto, y según trascendió, una de las trabas para arribar a un acuerdo pasaba por la definición de la presidencia de la comisión de Gobierno, cuya titular hasta ayer era la concejala León, una aliada del socialismo que siempre tuvo un alto perfil a la hora de defender los proyectos del oficialismo. El nombre que sonaba para presidir la comisión era el de Jorge Boasso.

"Pusimos 19.30 como límite. Nosotros ya presentamos un esquema, prioricemos la institucionalidad", señaló disgustada Gigliani, quien junto al resto de los integrantes del interbloque bajó al recinto una vez que sonó el timbre, mientras esperaban el final de las deliberaciones en el bloque oficialista. Pasadas tres horas de la convocatoria, las versiones sobre marchas y contramarchas en el Frente Progresista presagiaban que la jornada iba a ser larga y con pronóstico reservado. "Salga lo que salga, esto está todo mal", dijo al pasar un asesor del oficialismo, cuando las caras ya no podían ocultar el cansancio y los tiempos apremiaban.