La División Judiciales de la Unidad Regional II pasó en pocas semanas de ser una de las secciones elegidas para intervenir en las causas más sensibles a sumar episodios que le hacen pagar costo político al gobierno. Ayer el Ministerio de Seguridad ordenó el pase a disponibilidad del suboficial que tenía a su cargo la custodia de Juan Domingo Ramírez, presunto lugarteniente de la banda Los Monos y que se fugó de manera insólita de Jefatura, el miércoles por la mañana y a pocas horas de haber sido detenido en la zona sur.

En un comunicado, la cartera que dirige Raúl Lamberto informó el apartamiento de funciones del sargento Rubén Z., "a los fines de investigar lo sucedido y deslindar responsabilidades". Mientras tanto, el superior inmediato del policía sancionado, el comisario Cristian Romero, continúa de vacaciones, iniciadas después del agitado comienzo de la investigación del homicidio mafioso del empresario Luis Medina y su pareja, Justina Pérez Castelli, y a pesar de haber sido citado a prestar declaración informativa por la jueza del caso, Alejandra Rodenas.

Ramírez era buscado desde hacía meses. Está involucrado en el homicidio de un joven frente a un bunker de drogas de zona sur, y sospechado de regentear otros kioscos de estupefacientes atribuidos a la organización armada por Ariel Cantero y sus hijos. Ramírez fue capturado el miércoles de madrugada en el barrio de la Carne, cuando visitaba a su padre. A media mañana se encontraba junto a una oficial de guardia y al sargento Z. El suboficial declaró que el detenido zafó de las esposas, le pegó una trompada y huyó a la carrera. Atravesó un patio de Jefatura, trepó al techo de un jardín maternal y de allí saltó el cerco perimetral para perderse de vista.

Dos días después, el Ministerio ordenó el pase a disponibilidad del sargento. "Es una medida provisoria mientras se desenvuelve la investigación judicial y se realiza el respectivo sumario administrativo", explicó un vocero. La sanción obliga al efectivo a entregar el arma reglamentaria y su credencial, además de ver afectado su salario.

Antes de esta fuga que despertó sospechas adentro mismo de la fuerza, tres agentes de Judiciales habían sido detenidos por la Policía Bonaerense, cuando intentaban ingresar en el country de Pilar donde residía Medina con el fin de entrar a la casa en compañía del suegro de la víctima sin orden judicial. Esta situación fue calificada por la magistrada Rodenas como "una falta muy grave".