Sáb 18.01.2014
rosario

CIUDAD › EL MINISTERIO DE SEGURIDAD LANZó A LA CALLE LA POLICíA COMUNITARIA

El regreso del vigilante al barrio

La intención del gobierno es instalar agentes de a pie en contacto cotidiano con vecinos e instituciones. Hoy empiezan en el barrio Barranquitas, de Santa Fe. En Rosario el proyecto comenzará en marzo por Las Flores; luego, Tablada y Ludueña.

El gobierno lanzó ayer la Policía Comunitaria, un organismo nuevo dentro de los cambios preanunciados en la fuerza, como lo hizo días atrás con la Dirección de Investigaciones. Con esta unidad se propone instalar en algunas zonas que registran altos índices de conflictos y delitos comunes agentes de a pie, en contacto estrecho con los vecinos y las instituciones del barrio. La experiencia comenzará hoy en el barrio Barranquitas, de la ciudad de Santa Fe. La intendenta Mónica Fein, en tanto, señaló que esta policía de proximidad arrancará en Rosario en el mes de marzo, y lo hará primero en el barrio Las Flores.

La presentación se hizo en la sede santafesina del nuevo organismo que estará a cargo de Juan Manuel Neffen y Daniel Pintos. El ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, definió este cuerpo como un capítulo "del proceso que se da en el marco del plan Bases para una Seguridad Democrática, que anunciamos en noviembre de 2012, y del Gabinete Social, para darle a la nueva policía integrado al sentimiento y la realidad de los ciudadanos".

El plan pretende recrear de algún modo la figura del viejo "vigilante de ronda", en contacto directo con los vecinos de las cuadras que le asignen y reportando a una estructura ajena a la comisaría de jurisdicción. La idea es que trabaje de a pie en un número acotado de cuadras, cuyos frentistas tendrán la tarjeta personal de su vigilante con sus datos principales: foto, nombre y apellido, número de identificación policial, número de celular y correo electrónico.

El funcionamiento contempla que el policía tenga su teléfono móvil abierto a los llamados del vecindario. Y tendrá el equipamiento necesario --explicaron-- como para tomar denuncias en el propio domicilio del vecino que lo convoque. Para ello, llevará consigo un formulario de denuncias. El mismo vecindario consensuará el horario en el que el agente asignado realice su patrullaje.

Para el caso del territorio donde debutará esta experiencia, el barrio santafesino de Barranquitas, se destinan 25 agentes comunitarios para tomar a su cargo unas 44 manzanas, a razón de casi un policía cada dos manzanas.

En Rosario empezará por el barrio Las Flores, estigmatizado en materia de violencia por una fama acreditada en buena parte por ser el territorio de origen del clan Los Monos. La Policía Comunitaria aquí se instalará en marzo, desde tres puntos fijos y con 45 agentes ya seleccionados y capacitados, según destacó ayer la intendenta Fein. Esos puntos serán "inmuebles modulares: dos funcionarán como centros de operaciones y uno como centro de diálogo", añadió. La formación de estos agentes incluyó un taller sobre mediación como "facilitadotes comunitarios para la resolución de conflictos", una de las premisas fundantes de este proyecto.

"Será un cuerpo que circunscribirá su actuación a territorios específicos, con agentes que rotarán pero que siempre desempeñarán funciones dentro del barrio, para mayor interrelación con los vecinos, y conocer sus hábitos y dinámica del lugar para prestar servicios de seguridad más eficientes", dijo la jefa municipal. En un segundo momento, estos equipos policiales replicarán la intervención en los barrios Tablada y Ludueña. En la capital provincial, el plan se extenderá luego a los barrios Chaqueño y Alto Verde. La Policía Comunitaria, en la planificación gubernamental, integra un eje de trabajo llamado "Redes de convivencia", junto con otros programas de inclusión social como el "Vuelvo a estudiar", que promueve la reescolarización de adolescentes, y el proyecto de fortalecimiento de clubes barriales. Sus mentores proponen involucrar en la coordinación de este cuerpo a los referentes de las escuelas de cada barrio, asociaciones vecinales, bancos, clubes y comercios, explicaron.

Para anticiparse a posibles críticas, Lamberto planteó: "Estos no son planes enlatados, exigen una preparación previa, un análisis muy particular de cada lugar, porque tratamos que cada policía sea un vehículo de diálogo con el vecino". A su lado, el vicegobernador Jorge Henn acotó: "Esto es un proceso que no tiene que ver con una respuesta espasmódica al problema de la seguridad, sino con pensar en una política a mediano y largo plazo, con pensar al policía no como un uniformado desconocido sino como una persona cercana con la cual se pueda hablar y se involucre en procesos como el de resolver los conflictos de manera pacífica".

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