Lun 10.10.2005
rosario

CIUDAD

"Nos tratan como si fuéramos gente que llegó de otro planeta"

Lo dijo un interno del psiquiátrico "Agudo Avila" para graficar
cuál es la situación por la que pasan a la hora de conseguir
trabajo quienes estuvieron un tiempo alojados en el hospital.

Cuando se habla de racismo o de cualquier tipo de discriminación, la población suele indignarse. Pero en el hospital psiquiátrico Agudo Avila, más conocido como "El Suipacha", viven unas 80 personas, de las cuales alrededor de la mitad no padecen patologías graves, pero no consiguen trabajo ni un lugar adonde vivir por haber necesitado habitar durante un tiempo en "el loquero". Un grupo de internos, a partir del taller de derechos humanos del que participan dentro de la institución, decidió que era hora de hacerse escuchar y fueron a exponer sus problemas a la Dirección de Salud Mental de la Provincia. En primera instancia se planteó la necesidad de tener una vivienda fuera de la institución, a lo cual les dijeron que en dos meses tendrían una respuesta, y acordaron la posibilidad de que se les otorgue alguna casa de FONAVI "porque hay muchas casas del FONAVI que no se habitan, por eso podría ser una de esas", informó Claudio, uno de los internos. Pero teniendo en cuenta que se trata de unas 30 personas, también barajó que "la otra solución sería 5 o 6 casas, adonde podríamos estar 4 o 5 por casa".

En segunda instancia, quedó pendiente el tratamiento de la reglamentación de la Ley de Salud Mental -aprobada en 1991- que contempla esta problemática y la del trabajo. "Cuando buscamos alguna casa, y nos preguntan cuál es el domicilio anterior, les decimos que es el loquero y entonces no nos quieren alquilar, en pensiones, en casas, o en hoteles. A parte de eso está el problema del trabajo, que cuando decimos –también- que vivimos en el manicomio, no nos aceptan en ningún trabajo", explicó Claudio.

Además, Hugo, otro de los internos, relató que cuando visitaron la Dirección de Salud Mental, les preguntaron "por qué sacamos esos temas, y yo le dije que sacamos esos temas porque -ellos mismos se podrían dar cuenta- que muchos pacientes de acá tenemos oficios de ciertas cosas, pero que también tenemos el problema de la enfermedad, y cuando vamos (a pedir trabajo) con la dirección del Agudo Avila nos miran... Vemos los carteles que dicen "necesitamos gente" pero cuando ven el documento con la dirección de acá se pone a pensar la gente de afuera, y piensan no... son unos enfermos, unos locos... entonces dicen que no. Nos tratan como si fuéramos gente de otro planeta".

Por su parte, el psicólogo Eduardo Mutassi, informó que "lo que permitiría que la ley se reglamente -entre otras cosas- es especificar más y armar un buen presupuesto para la salud mental en la Provincia de Santa Fe porque, si bien en el art. 18 dice que no pueden abrirse más instituciones psiquiátricas al estilo manicomial, no especifica qué servicios sustitutivos hay que hacer. Entonces -continuó- reglamentarla implicaría poder pautar esos servicios sustitutivos, a su vez que queden presupuestados, y a su vez que se banquen, y se puedan pedir recursos humanos y todo lo que hace falta para poder cumplirla".

Así, también relató que el taller de derechos humanos surgió de una asamblea que se lleva a cabo desde el año 2003, como "un espacio para darle un lugar a estar personas para que puedan, no como los grupos operativos, charlar sus problemáticas, sino aquellas que son comunes y que los tenían dentro de esta lógica manicomial, que eran los principales temas que surgían, el trabajo, la vivienda, y los problemas de convivencia acá adentro", explicó, y agregó: "En este trabajo de asamblea el objetivo era que pudieran hacer ejercicio de sus derechos de ciudadanos que iban perdiendo con los largos años de internación. Con el tiempo surge la cooperativa de trabajo Busca Vidas, con la cual tienen elementos de venta, y por otro lado esta cuestión retomada en un taller de derechos humanos, de empezar a pensar como usuarios en cómo tiene que ser la salud mental".

En la actualidad "no hay servicios sustitutivos, como por ejemplo casas de convivencia, que permitan a personas que llevan muchos años de internación y que su problemática hoy es la falta de un techo, tener un lugar para vivir, por ejemplo centros de día, centros de atención comunitaria de salud mental, que permitan descentralizar el eje de la salud mental centrada en la cuestión psiquiátrica de la institución clásica. Entonces la idea fue - yo le llamo así- generar espacios para la producción de subjetividad, que no implica sólo el estar bien, sino el estar en contacto con el resto de la cultura", continuó Mutassi.

En este contexto, Claudio explicó: "Nosotros tenemos aquí una cooperativa de trabajo adonde nos vamos haciendo como vendedores ambulantes, y hay algunos que se las rebuscan bastante bien. Conseguimos material en la calle San Luis al por mayor, y después nosotros lo vendemos al por menor en los semáforos, y también vendemos el diario El Eslabón, por una subvención del café La Virginia, que compra el costo de los diarios y a nosotros nos dan entero el valor del diario que son $2.50".

Informe: Paula Kearney

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