CIUDAD › FESTIVAL EN EL BODEGóN CASA DE POCHO PARA RECAUDAR FONDOS PARA REFORMAS
Con la presencia de Raly Barrionuevo, la organización social convoca para mañana al mediodía al club Libertad (Mendoza al 4100), con el objetivo de ampliar el local donde instalarán radio y estudio de grabación para los pibes.
› Por Marilé Di Filippo
A una cuadra de la avenida Junín, en el corazón de Ludueña, se encuentra la Plaza Pocho Lepratti. Un camino de hormigas dibujado sobre la calle Liniers marca el paso hacia el Bodegón Cultural Casa de Pocho, ubicado en Gorriti 5559. Se pintaron en el último carnaval para señalizar el camino que realizó durante esas jornadas la gran cantidad de visitantes que llegó a esta fiesta popular que sacude el barrio desde hace doce años. Otras hormigas estampadas en las paredes y las pintadas de "El Angel de la bicicleta" y "Pocho Vive!" develan una profunda historia de luchas populares.
El Bodegón, tal como se lo conoce, funciona en la precaria vivienda que habitó el militante Claudio "Pocho" Lepratti hasta su asesinato el 19 de diciembre de 2001 por parte de la policía de Santa Fe. La vivienda fue cedida por la familia de Lepratti y remodelada e inaugurada oficialmente el 1 de mayo de 2004. Los jóvenes que impulsan este movimiento social integraban el grupo La Vagancia, formado a inicios de la década del noventa en el marco de una potente red de comunidades eclesiales de base que en aquel período resistía las trágicas consecuencias impuestas por el neoliberalismo. El tenaz Padre Edgardo Montaldo es una figura fundamental en la construcción de ese entramado comunitario que se despliega hace más de cuarenta años a través de los comedores, las escuelas, los centros culturales y los grupos juveniles.
Desde sus comienzos, el Bodegón de Pocho ha tenido una marcada impronta política cultural. Los destinatarios de sus acciones son principalmente los niños y los jóvenes, la población más vulnerable en un barrio en donde a pesar del crecimiento económico de la última década todavía hace estragos la pobreza y avanza la violencia que impone el narcotráfico. En la Casa se organizan talleres artísticos, educativos, lúdicos y se publican las revistas "La Notita" y "La Nota y la Marencoche". Recientemente han conformado un espacio de mujeres para trabajar problemáticas acuciantes como la violencia de género. Allí funciona también una biblioteca y la mítica "Murga de Los Trapos", pionera del movimiento murguero local. Desde el 2002 organizan junto a múltiples agrupaciones sociales el CarnavalCumple de Pocho con el objetivo de conmemorar el cumpleaños de Lepratti y renovar el pedido de justicia para el esclarecimiento de su homicidio. Se trata de una de las fiestas populares más relevantes y masivas de la ciudad.
Pero el avance de los conflictos sociales ha requerido nuevos desafíos. Un sueño que lleva años de demora como consecuencia de las dificultades económicas es la construcción de una planta alta que les permita instalar una sala de grabación y un estudio de radio. Para tal fin se han organizado en los últimos años recitales, jornadas de trabajo y se logró el apoyo de la Universidad a través de dos proyectos de voluntariado presentados por la Cátedra de Derechos Humanos y Memoria de la Facultad de Arquitectura. Sin embargo, a pesar de los impedimentos materiales, se logró construir en ese primer piso una estructura que todavía no se pudo completar de manera definitiva.
En este marco, se realizará mañana, desde las 12 del mediodía, un festival en el Club Libertad (Mendoza 5100) para recaudar fondos que se destinarán a la finalización de esa obra indispensable para el trabajo con los jóvenes. La jornada fue bautizada Enchapando al hormiguero y contará con la presencia del cantante Raly Barrionuevo y artistas de la escena folclórica local. "Empieza al mediodía porque aparte de la música está la posibilidad también de comprar una entrada que incluye el almuerzo. Toca Raly y grupos de acá como La Semilla y sus narices, Ayem Nohuet, Marcelito, Lolo y Martín Reinoso, Varón, Lucas y BBV. Nuestra idea es compartir una jornada de arte popular en donde se pueda comer, escuchar y bailar con los músicos en vivo", dice Varón Fernández, integrante de esta agrupación social.
"Necesitamos terminar el primer piso porque queremos un espacio digno de trabajo, desde el piso hasta el techo. Así podemos seguir mostrándole a los pibes que ellos pueden tener otra opción de vida. Queremos que puedan tener su programa de radio o ensayar y grabar su propio disco", afirma Alejandra Zorzoli y reitera las dificultades económicas que han tenido para avanzar con la concreción de las obras. "Hay bandas de rock integrada por jóvenes como La Posilga u otras bandas de cumbia que hace mucho tiempo que escriben sus canciones, dan recitales pero todavía no pudieron grabar un disco. En esa planta alta queremos que ellos puedan cumplir con ese sueño y también que se puedan acercar los pibitos más vulnerables para hacer sus programas de radio y hablar de sus vidas y sus deseos con sus propias palabras", agrega Varón Fernández.
Los integrantes de la Casa de Pocho junto al resto de las comunidades eclesiales de base son quienes se encargan día a día de contener y asistir a jóvenes con problemas de adicción o que padecen la represión policial. "Los pibes tienen muchas capacidades creativas, artísticas, pero lo que faltan son opciones para que puedan desplegarlas. En el barrio queda siempre todo medio trunco, lejos desde un punto de vista geográfico pero también económico", afirma Lucas Villca y resalta el trabajo que se lleva a cabo con las mujeres de la zona. Mientras sube unas maderas a ese primer piso todavía en ciernes pero que ya se diferencia de la clásica fisonomía horizontal de las viviendas en Ludueña, Varón Fernández relata: "Nos falta bastante para terminar esta obra. Pero cada jornada que se organiza, cada taller que se da, es un acto de construcción. A nosotros nos importa que los pibes del barrio puedan llegar a espacios como la Casa de Pocho o el comedor San Cayetano, Sagrada Familia o el comedor de Edgardo Montaldo. Para que tengan opciones para sus vidas".
En medio del avance de operativos coercitivos en los principales barrios de la ciudad y el uso de manuales disciplinarios rancios, sigue vigente el trabajo de las organizaciones de base que luchan como hormigas para crear nuevas tramas comunitarias que colaboren en concretar los deseos de los más jóvenes.
La entrada con comida incluida se ofrece a un costo de 90 pesos, mientras que serán 70 si es para el recital solamente. Para comprar las anticipadas se puede concurrir a la Galería Melipal (Córdoba 1369) o al Bodegón Cultural Casa de Pocho (Gorriti 5559).
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