CIUDAD › FESTEJARON EL 25 DE MAYO EN UN "ESPACIO PúBLICO RECUPERADO"
El emblemático barrio Las Flores fue el escenario de un acto del que participaron Berni y Fein, después de la ceremonia oficial frente al municipio. "Le devolvimos la paz y tranquilidad que merecían los vecinos" dijo el funcionario nacional.
› Por Lorena Panzerini
Los vecinos de Las Flores, barrio emblemático del sur de la ciudad, vivieron ayer un domingo diferente, con chocolatada caliente, facturas, mate, bizcochos y música de la banda de Gendarmería Nacional, para festejar el 204 aniversario de la Revolución de Mayo. Se sacaron fotos con el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni y la intendenta Mónica Fein, que organizaron la celebración, en la plaza Nuestra Señora de Itati, adonde se acercaron familias enteras. El momento más divertido del mediodía fue cuando, tras cantar viejas canciones infantiles con los niños, Berni sacó a bailar el chamamé a la intendenta, y los vecinos armaron una ronda. Los aplausos y silbidos los acompañaron. "Este es el barrio donde comenzaron su tarea los hombres y mujeres de nuestras fuerza de seguridad, hace 60 días, para devolverle a los vecinos la paz y tranquilidad que merecían. Ahora comienza a funcionar la Policía Comunitaria, una experiencia inédita que estará donde hace dos meses el espacio público estaba dominado por la violencia", dijo Berni para dar cuenta del cambio favorable que transita la barriada.
Luego del acto formal que convocó a las autoridades en la plaza 25 de Mayo, frente al Municipio, las comitivas se desplazaron hasta Las Flores. A las 11 de la mañana, la banda musical de la Gendarmería ya estaba formada sobre calle 25 de Mayo y España, a la par de la Circunvalación que divide esa zona de casas humildes, con el casino de Rosario. Berni fue el primero en llegar y pidió esperar a la intendenta para que comenzara el desfile.
A las 11.30 la banda empezó a avanzar por calle España al ritmo de marchas patrias, que hicieron salir a los vecinos de sus casas y atravesar pasillos de tierra con sus celulares en función de video. Los más chiquitos agitaban sus manos a los músicos para saludarlos. El desfile atravesó unas tres cuadras hasta llegar a la plaza donde decenas de niños corrieron a la par de la caravana musical, escoltada por Berni, Fein, el secretario de Gobierno, Fernando Asegurado, la ministra de Desarrollo Social, Mónica Bifarello, la concejala justicialista Norma López, y otros funcionarios municipales. Sobre un costado de los aros de básquet, una columna de humo salía de la enorme cocina de campaña de los gendarmes, que prepararon 160 litros de chocolatada caliente.
Tras cantar el Himno Nacional, musicalizado por la banda, los chicos agitaron sus banderitas celestes y blancas. "Aquí la violencia y los criminales eran dueño de este espacio público, en el que hoy están los vecinos y vecinas, los chicos, con la Gendarmería Nacional trabajando todos juntos para crear las condiciones para un barrio mejor, como veníamos charlando recién con la intendenta de la ciudad, y estamos muy felices. Feliz día de la patria para todos", dijo Berni a la gente que se amontonó para escucharlo.
La intendenta se refirió al "querido barrio Las Flores" para agradecer a los vecinos que se convocaron en la plaza Itatí "para seguir soñando juntos". Y manifestó "un profundo agradecimiento al secretario de la Nación, Berni, que en nombre de gobierno nacional puso a Gendarmería y que están trabajando codo a codo con el gobierno provincial para devolvernos la paz. Ustedes conocen mejor que nadie este barrio y sabemos que llegamos con el centro de salud, el centro de convivencia y el polideportivo, además de las instituciones del barrio como organizaciones sociales y centros comunitarios que son un ejemplo de lo que quieren todos ustedes: vivir en paz y comunidad. Para ello, tenemos que darnos las manos entre todos, como lo hacemos el gobierno municipal, con el provincial y el nacional, para vivir en la mejor ciudad que queremos".
En diálogo con la prensa, Berni agregó que "es un día muy importante en un barrio tan simbólico, donde los violentos ganaron el espacio, la gente vivía encerrada en su casa. Hoy, a casi dos meses de nuestro intenso trabajo con la Gendarmería Nacional, la Prefectura y la Policía Federal, estamos en el corazón emblemático de la violencia en Rosario y devolvimos el espacio público. Nos da mucha alegría, porque entendemos que lo que hemos hecho dio un resultado impresionante, no solo por las estadísticas, sino por lo que nos dice la gente". Además, dijo que la presencia de las fuerzas "continúa en otros barrios, con más superficies de trabajo para ir relevándolo con el que comienza a hacer la nueva Policía Comunitaria de la provincia de Santa Fe".
La música de la banda comenzó a sonar con melodías populares y la mayoría de los niños se amontonó delante de ellos para ver de cerca los instrumentos. La chocolatada se repartió bajo el sol pleno del mediodía y los chicos salían de la zona donde se acomodaron los tablones con las manos cargadas, soplando el vaso. El momento más distendido fue cuando los vecinos se acercaron a tomarse fotos con Berni, darle la mano, o charlar con él. Cristina fue a la plaza con sus dos nenas y tras saludar al funcionario nacional, le dijo a este diario que "sin dudas hay más tranquilidad. Antes no podíamos salir. Esto es muy distinto a lo que vivimos a diario. Estamos muy contentos y el barrio cambió un montón. Teníamos miedo de los tiros, y ya no se escuchan. Los chicos no podían venir a la plaza", recordó. Cerca de ella, Estefanía, Dalton y Bairon, tomaban la leche "contentos". Otros vecinos aseguraron que aunque en la zona se tumbaron búnkers, quedan algunos que "venden (estupefacientes) en las esquinas". Justamente, Berni apuntó también a atacar esa suerte de "delivery".
Los vecinos fueron entrando en calor con el sol, la chocolatada y los mates. "Cumbia", pedían; y sonaba El bombón asesino, de Los Palmeras. Berni se acercó a un grupo de nenes y nenas. Comenzaron a sonar La gallina turuleca, y canciones de Piñón Fijo, que todos bailaron. La intendenta Fein levantó en brazos a un chiquitín de poco más de un año; pero apenas empezaron a tocar de nuevo chamamé, Berni se acercó a ella y la tomó de la mano para bailar. Las risas y silbidos antecedieron a los aplausos que los acompañaron. A unas cuadras del festejo, humeaban varias parrillas improvisadas en las veredas, otros jóvenes jugaban al fútbol y los mayores aprovechaban el sol, sentados en la vereda.
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