La catástrofe de Salta 2141, un año atrás, estableció una bisagra en la gestión de Litoral Gas que desde entonces ciñó sus inspecciones y la rigurosidad del control, y así detectó falencias en las instalaciones domiciliarias. La consecuencia es que hoy en la ciudad hay 178 torres con el suministro interrumpido desde hace meses por parte de la concesionaria, según la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros). El segundo efecto es que quienes residen en esos inmuebles viraron a la electricidad como fuente de energía que antes le brindaba el gas. Hay ya unos 50 consorcios que piensan en despedirse del servicio en forma definitiva debido a los costos de las obras de adecuación que Litoral Gas les exige para reconectar sus edificios, según reveló el titular de la entidad empresaria, Carlos Rovitti. También por una cuestión de costos es que algunas empresas constructoras proyectan desarrollos inmobiliarios alimentados por electricidad al ciento por ciento, para prescindir del gas. El dato preocupa a directivos de la Empresa Provincial de la Energía, ya que representa un plus al incremento sostenido de la demanda energética: en los últimos 15 años, Rosario aumentó su consumo 110 por ciento, reveló el presidente de la distribuidora estatal, Daniel Cantalejo. Litoral Gas, en tanto, les ha planteado a los constructores que no otorga factibilidad de obra si eso amerita inversiones en la red a su cargo. Se escuda en que padece un "atraso tarifario".

"Desde la catástrofe de calle Salta se puso de relieve la falta de seguridad que había en muchos inmuebles. Así tenemos relevados 178 edificios a los que se les cortó el gas, varios con 5 meses o más sin servicio. Hay edificios muy viejos que no resisten una inspección, y está bien que Litoral Gas se haya puesto a inespeccionar como debe, por una cuestión de seguridad", expuso Rovitti.

En Cadeiros llegan a esa cifra a partir de las consultas que reciben por inmuebles que tienen en alquiler, cuyos dueños rehuyen la inversión requerida por Litoral Gas, y por edificios que administran sus distintas inmobiliarias adheridas. De esa manera también saben que "hay aproximadamente unas 50 torres antiguas, con inconvenientes complejos, cuya adecuación es muy onerosa para vecinos que no están en condiciones de afrontar esos costos", puntualizó. Y reveló que en esos casos la alternativa que barajan es resignar la reconexión ﷓y el precio que Litoral Gas les exige por ello﷓ y enchufar todo a la red eléctrica. Desde entonces, la cocción de alimentos, la calefacción y el agua caliente corre por cuenta de artefactos eléctricos allí.

Vale como ejemplo el caso de una torre de departamentos en Mitre al 900, desconectada desde noviembre. Luego de una inspección de rigor, la prestadora ordenó la adecuación de instalaciones internas por valores que crisparon al consorcio. Al titular un monoambiente de 34 metros cuadrados, por ejemplo, le toca pagar 5.000 pesos.

Autoridades de la EPE visitaron ayer a referentes de la Asociación Empresaria de Rosario (AER) para explicarles la renovación de la infraestructura de media y baja tensión en el microcentro. Allí comentaron que durante el verano en la guardia de la empresa de energía notaron que algunos cables distribuidores del centro duplicaron sus niveles de carga en relación al promedio de otras temporadas estivales. Y recién se explicaron esa variación de la demanda cuando averiguaron que esas líneas subterráneas alimentaban a lo largo de su trazado a edificios que tenían el suministro de gas interrumpido. Por lo tanto, esos usuarios no tuvieron otro remedio que suplir la falta con electricidad. "Si ese es el rumbo, vamos mal. El gas, donde hay disponibilidad, es más eficiente que la electricidad. Un horno eléctrico lleva a duplicar el consumo domiciliario, y si esto se hace tendencia, la instalación misma se deteriora más rápido", anticipó Cantalejo.

Por otra parte, el gerente de la Cámara Argentina de la Construcción en Rosario, Rubén Llenas, señaló a Rosario/12 que "algunas empresas constructoras evalúan desarrollar sus proyectos en base a la electricidad como fuente de energía, en reemplazo del gas". Y fundó esa actitud en el aviso que Litoral Gas comunicó al sector a principios del año pasado. "La compañía dice que no tiene recursos para invertir debido al atraso de su tarifa que no pueden actualizar, entonces dicen que no pueden ampliar la red, que va quedando obsoleta frente al desarrollo urbano", contó.

La salida que encontraron los constructores para no sumar un escollo a su actividad ha sido la creación de un fideicomiso administrado por Mandatos & Negocios, del Banco Municipal, que aglutinó 22 millones de pesos en aportes privados para realizar la inversión que Litoral Gas no hace. "Ese fondo financia obras para darle fluido a 6.200 nuevas conexiones futuras en Rosario", precisó Llenas.