Unos 500 vecinos de barrio Belgrano confluyeron ayer frente a la casa de Luciano Drovandi, el joven de 18 años asesinado de un disparo en el pecho el último viernes tras robarle la moto en la que se desplazaba, en avenida Pellegrini y Provincias Unidas. Los manifestantes llegaron minutos después de las 18 hasta esa esquina y terminaron su derrotero frente a la seccional 14º ubicada en Marcos Paz al 6600, donde exigieron justicia asi como avances en la investigación del crimen que no tiene detenido alguno hasta el momento.

Los vecinos se dieron cita a las 18 la casa de la familia Drovandi, en Ecuador al 1800, para marchar hacia el lugar del homicidio, en Pellegrini y Provincias Unidas donde media hora después realizaron un corte de calle. En el lugar -donde quedan aun rastros de sangre- los vecinos dejaron flores y prendieron velas. Más tarde, la marcha siguió hasta las puertas de la comisaría 14ª, donde el inspector de zona le aseguró a los padres, que ingresaron al lugar con la diputada del ARI Verónica Benas, que la investigación estaba avanzando.

Según trató de explicar el jefe policial, hay tres menores demorados (dos de 15 años y uno de 17) que podrían aportar información sobre quiénes participaron del homicidio de Drovandi.

Por su parte Diana -la madre del chico asesinado- habló con Radio 2 y afirmó que "hay que denunciar para que haya una mejoría", aunque se mostró escéptica de que la Justicia vaya esclarcer el crimen de su hijo: "Creo en la Justicia de Dios", afirmó. "Hoy es Luciano y mañana puede ser cualquier otro, porque no nos lleva el apunte nadie", enfatizó, y luego se preguntó: "Si querían la moto, ¿por qué no se la llevaron y listo? ¿por qué lo mataron?".

La familia Drovandi hace décadas que vive en el barrio, a metros del lugar del brutal asesinato. Según confiaron sus vecinos Luciano "era un chico muy querido". El afecto se nota en la carta que escribieron: "Escribimos aturdidos por tanto dolor. La familia Drovandi vive desde siempre en el barrio, acá nos conocemos todos, gente de laburo, todos alguna vez fuimos a la granjita que tenía la mamá de Luciano. Pero el viernes se nos congeló la sangre, el sábado lloramos desde el alma. Decir 'basta', ese es el objetivo de la reunión de esta tarde", concluía el texto leído por los vecinos.