El gobierno provincial recibió de la Secretaría de Seguridad de la Nación un informe que encuadra el piquete que un grupo de taxistas montó y sostuvo durante todo el día de ayer frente al domicilio del ministro Raúl Lamberto como una secuela de la inseguridad que todo el sector acusa, pero vinculada esta vez a episodios de violencia originada en la distribución de drogas, con anuencia policial. Entre el lunes y la madrugada de ayer hubo tres ataques contra coches de alquiler que, según datos de Gendarmería, estuvieron relacionados con esas actividades. El secretario del Sindicato de Peones de Taxis, Horacio Boix, convalidó el paro pero se despegó del pedido de renuncia de Lamberto elevada al Ejecutivo por los llamados "taxistas autoconvocados". En el análisis macro que hacen en el Ministerio de Seguridad sobre el conflicto que eclosionó ayer incluyen contactos entre los taxistas de la protesta con un sector de la policía en pie de rebeldía. Y lo conectan con declaraciones de Alberto Martínez, titular de la agrupación no reconocida oficialmente como sindicato, Apropol, que preanuncian para antes de fin de año una nueva sublevación como la ocurrida en diciembre pasado.

Los hechos que ocuparon el relato de los medios ayer empiezan a las 20.30 en Ayacucho y Uriburu, donde el taxista Jorge D. H. fue atacado por un joven -﷓al parecer, menor de edad-﷓ que lo asaltó para robarle y que lo apuñaló en un brazo. Compañeros del herido acudieron en su auxilio y más tarde contaron que la policía estuvo ausente. En cambio, fue una patrulla de Gendarmería la que acudió a la escena y de oficio sus agentes tomaron la denuncia de lo ocurrido.

La agresión al chofer disparó una súbita reacción de compañeros que de madrugada bloquearon con sus autos las calles en derredor de Mendoza al 2600, y encendieron una fogata de protesta en esa cuadra donde Lamberto vive con su familia. A fuego y bombazos expresaron su malestar con toda vehemencia por la inseguridad, al día siguiente de que el funcionario afirmara que la ocurrencia de delitos había disminuido.

"La situación no da para más. Anoche tuve que llevar al Heca a una chica herida de bala con su bebé llorando, desde Rioja y Cafferata para que la atiendan. Esto pasa todos los días. Venimos a la casa de Lamberto para hacernos sentir, para que vea que nos sentimos inseguros a la noche y no podemos trabajar. El no hace nada por nosotros y la policía no existe", resaltó Gastón Paz, de los autoconvocados. Los manifestantes resolvieron en una asamblea celebrada en la calle que sostendrían la protesta y promoverían un paro del sector. En tanto, la custodia del ministro aprovechó ese intervalo para sacarlo de su casa y de la escena caliente. La circulación se interrumpió durante la jornada.

El secretario de Control y Convivencia Ciudadana municipal, Pablo Seghezzo, interpuso una denuncia ante la Fiscalía de Flagrancia y Turno contra los taxistas que bloquearon las calles. La fiscal Marisol Fabbro tomó la denuncia pero se abstuvo de disponer ninguna medida en tanto no se cometa un delito. En cambio, encomendó a la jefatura de la Unidad Regional II a que asigne personal en la zona y dialogue con los manifestantes para que liberen la circulación, más allá de continuar con la protesta.

La denuncia municipal enojó a los autoconvocados. "Una citación judicial a un grupo de trabajadores llega en seis horas, y la inseguridad no se puede resolver", repuso Paz.

A media mañana, desde el mitín proclamado como "espontáneo" emergió una nota redactada e impresa para el gobernador Antonio Bonfatti: "Debido a que después del asesinato de Sergio Quinteros (taxista asesinado en marzo, en Casilda y Larrea) seguimos padeciendo la impotencia de compañeros heridos, maltratados y agredidos en ocasiones de robo, y nadie hace nada por solucionar la situación, exigimos la renuncia del ministro Raúl Lamberto, por su incapacidad para luchar por la seguridad de la población", decía el texto.

Luego de eso, sobrevino el llamado al paro, que continuó hasta las 6 de hoy. El titular del Sindicato de Peones de Taxis (SPT), Horacio Boix, recogió el reclamo y convalidó la medida de fuerza, pero se despegó del pedido de renuncia al ministro. "No, eso no ayuda en nada. Hacemos el paro, pero no somos parte del piquete", dijo. Y también relativizó algún vínculo con la elección inminente que habrá en el SPT. "Esos muchachos no pertenecen al sindicato, alguna vez intentaron presentarse pero ni siquiera son afiliados", se corrió.

En el Ministerio de Seguridad ayer revisaban una información proporcionada desde la cartera nacional que conduce Sergio Berni y que relacionó tres episodios de violencia suscitados en las últimas horas con la distribución de drogas, según reveló una fuente oficial a este diario: el referido en Ayacucho y Uriburu, otro ocurrido cerca de la terminal de ómnibus, y un tercero el lunes, cuando un taxi fue blanco de cuatro disparos mientras circulaba por Camino de los Granaderos y Baigorria, en La Cerámica. El chofer resultó ileso.

La fuente provincial consultada reveló que el sistema municipal de monitoreo del transporte público por GPS ubicó un taxi, que estaba en servicio, detenido entre las 18 y las 19.30, en la avenida Dante Alighieri, detrás del hipódromo. Ese coche resultó el mismo en el que una hora más tarde su conductor sufrió la puñalada en aquella esquina de barrio Tablada.

En la delegación local de Gobernación ayer abrieron un informe de Seguridad nacional que alertó sobre el recrudecimiento de reclamos policiales en Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y el norte bonaerense, según reveló un funcionario. En ese marco, afirmaron que hay relación familiar de dos taxistas del piquete con policías de la Unidad Regional II. Y entonces recordaron lo que días atrás advirtió Martínez, titular de la organización Apropol, en una entrevista que le realizaron en FM Horizonte, de San Lorenzo: "El gobierno provincial nos empuja a una medida gremial antes de diciembre".