La Justicia rechazó el pedido de prisión domiciliaria de Mario Toledo, el ex marido de Rosalía Benítez (foto), la mujer que sobrevivió a los ocho balazos que el detenido le disparó en septiembre de 2012. Ahora, deberá esperar el juicio oral tras las rejas. Así lo resolvió ayer la camarista Carina Luratti, en una audiencia oral y pública a la que no asistió el acusado, luego de que el lunes pasado Rosalía y sus compañeras nucleadas en Amas de Casa Villa Gobernador Gálvez, se manifestaran en las puertas de Tribunales a exigir que no le dieran el beneficio, porque aseguraron que "Cacho" --como se lo conoce al hombre-- volvería a buscarla. En diciembre, Toledo enfrentará el juicio oral por el delito de tentativa de homicidio agravado por alevosía y premeditación.

En la audiencia realizada ayer en Tribunales, la defensora General de Cámara, Marcela De Luca, planteó que el pedido de morigeración de la prisión tuvo que ver con el estado de salud del acusado, que desde 2010 cursa una patología de diabetes y algunos problemas cardíacos. El pedido se basó en que Toledo estuviera detenido en la vivienda de un amigo, cuya esposa es enfermera matriculada, para que esté cuidado en su salud. Además, indicó que el médico forense solicitó varios estudios que hasta el momento no se realizaron.

Sin embargo, el fiscal Guillermo Corbella atacó ese pedido indicando que "las dolencias de Toledo son de vieja data y eso no le dificultó cometer el hecho que cometió" en 2012. Y aclaró que los presos con patologías como la del imputado "son atendidos en el lugar de detención".

Corbella recordó a la jueza de Cámara que Toledo está acusado de "haber llegado al domicilio de Rosalía, el 22 de septiembre de 2012, romper la puerta (con tres armas en su poder) y dispararle a la mujer para causarle la muerte, cosa que no logró. Ya detenido, la llamó a su casa, la intimidó y amenazó", como había hecho tres días antes de dispararle.

El imputado fue procesado por tentativa de homicidio agravado por el uso y portación de armas de fuego y amenazas; pero ahora, la fiscal de primera instancia, Cristina Herrera, busca que sea condenado por tentativa de homicidio agravado por ensañamiento y premeditación. "Deben tenerse en cuenta convenciones, a las que adhirió Argentina, contra la violencia de género", reclamó el fiscal; quien finalmente pidió que se ponga en la balanza la enfermedad de Toledo, la cual "no se agravaría por estar encerrado sino por la misma patología", expresó tomando en cuenta los informes del forense; y del otro lado pidió poner "la protección de la víctima que sufrió una reiteración de hechos de violencia".

Finalmente, la jueza Lurati consideró que "no están dadas las condiciones" para otorgarle a Toledo una prisión domiciliaria. Al mismo tiempo, instó a que los estudios médicos que resta realizarle a Toledo no paralicen el juicio oral, ya que no son estudios sobre su capacidad para entender el acto del que se lo acusa. La defensa dejó planteada la medida recursiva, porque insistió con que se ven agravadas las condiciones de detención del imputado.

El día que Toledo la atacó, Rosalía había quedado sola en la casa con su hija de 9 años. El agresor entró por el patio trasero, trepando los techos, armado con una escopeta y otras dos armas. La mujer y la nena corrieron hasta la pieza, levantaron las persianas y gritaron pidiendo ayuda a los vecinos. El rompió la puerta, entró y le dio cuatro tiros a su ex mujer. La nena corrió a buscar la llave para irse de la casa, y su padre volvió a dispararle dos veces a Rosalía. Ella estuvo 15 días internada en terapia intensiva, sin conocimiento. El hombre estuvo prófugo, y fue detenido cuando fue a buscar sus medicamentos a un centro de salud, y las enfermeras del lugar alertaron al personal policial.