CIUDAD › CADA MIéRCOLES SALE AL AIRE UNA PROPUESTA CONDUCIDA POR CHICOS DE ENTRE 11 Y 14 AñOS
Chicos del barrio Nuevo Alberdi hacen radio; toman el micrófono para compartir intereses y preocupaciones. Entrevistan a los vecinos e interpelan a quienes se enganchan con su espontánea propuesta. Son Pequeños Gigantes que salen al aire.
› Por Betiana Spadillero
"Desde este momento, para toda la comunidad, hacemos radio en vivo". Son las 14.30 del miércoles y en el estudio un grupo de chicos del barrio Nuevo Alberdi espera ansioso que el cartel de "aire" se encienda. Agustina, desde los controles, pasa la presentación de Pequeños Gigantes: "Somos chicos y chicas que nos gusta charlar, chamuyar y chismotear. Somos chicos pero nuestras ideas son grandes". Tienen entre 11 y 14 años, y cada siete días toman el micrófono de FM Abril (91.5) para contar sobre las cosas que pasan en el barrio, sobre sus preocupaciones e intereses. Hablan en primera persona, sin representantes ni intermediarios.
Esta semana los conductores son Margarita, Yazmin, Oriana, Patricio y Franco, quienes se organizan con naturalidad a lo largo de los 30 minutos que dura el programa; se van dando indicaciones entre risas y cargadas, no tienen filtro y son pura espontaneidad. Proponen como tema del día la discriminación y relatan que armaron un diccionario con las palabras que suelen escuchar en la escuela, la calle o en sus propias casas. "¿Vos alguna vez discriminaste", preguntan. "Cuando era chico, sí", responden. Pero el entrevistador sigue indagando: "¿Y ahora que sos grande?".
El debate se arma entre ellos sin problemas. La programación sigue su curso con canciones y entrevistas a docentes y amigos. Llegan mensajes de los oyentes y cada tanto repiten las líneas de comunicación (Peques Gigantes en Facebook es una de ellas). Mientras charlan permanecen atentos a la computadora y a las señales de la operadora. Los adultos quedan afuera de la pecera del estudio hasta que se los invita, claro está, porque el espacio es de ellos.
Afuera de la radio el primer encuentro con los chicos fue en el barrio Nuevo Alberdi, en la zona norte de Rosario, donde viven y realizan todas sus actividades cotidianas, como ir al Centro de Convivencia Barrial. Justamente fue en ese espacio donde nació la iniciativa.
-¿Cómo deciden el contenido del programa?
-Algunas veces hablamos de cosas que están pasando en el barrio, otras pensamos en las fechas, por ejemplo en agosto dijimos que era el Mes de Niño- responden con mucha autoridad sobre el tema.
-¿Al nombre cómo lo eligieron?
Se miran entre ellos y repasan los hechos, no hay acuerdo pero deciden contestar con un simple "lo elegimos entre todos". Santo remedio.
Acompañándolos está Amalia Fragapane, una de las comunicadoras sociales a cargo del proyecto. "La propuesta surgió en 2011, en ese momento había una radio comunitaria en el barrio y nos habilitaron un micro dentro de un programa infantil. En 2012 le pudimos dar más forma y salir en otra radio una vez por mes. Y este año con la otra educadora, que es Cecilia Moneta, decidimos trabajar con la edad intermedia", relata.
En diálogo con Rosario/12, remarca que el espacio "habilita la palabra y sobre todo a muchos chicos que tienen vergüenza", además "es barato y es algo posible de hacer" con los recursos materiales que tienen a su alcance. De hecho, para armar cada programa cuentan con dos grabadores donados, el resto es ganas y creatividad por parte de los integrantes del equipo. "En la reunión de los lunes van saliendo los temas a tratar, qué les interesa del barrio como el problema de la basura, cosas que ellos escuchan en su casa. También si vienen con alguna problemática de la escuela o algo que por ahí nosotras escuchamos y retomamos luego; por ejemplo, la otra vez hablaban de las "rochas" (el término "chorras" pero al revés), nosotras no sabíamos qué eran y surgió la idea de trabajar la discriminación".
En la actualidad son 14 los chicos que acuden al taller; sin embargo, sostener el grupo de trabajo tiene sus dificultades "porque hay muchos chicos a los que les cuesta acercarse, por ahí están con alguna otra problemática y no le pueden dar una continuidad". Por lo general, las educadoras van a buscarlos a sus casas para que no pierdan el lugar: "Nos parece que además de divertirse y pasarla bien, es una herramienta para plantear algunas cuestiones, para trabajar desde algo que es artístico", subraya.
Un dato llamativo es la participación de mujeres, que son mayoría en el taller. Al respecto, Fragapane señala que "siempre lo que sea poner en palabras en las chicas pega bastante, en los varones cuesta un poco más porque es mostrar un lado del que ellos reniegan a veces, lo más sensible, estar más vinculados a la gente, acercarse, por ahí les cuesta un poco por el prejuicio básicamente".
De todos modos, día a día los chicos "se van dando cuenta de lo que pueden hacer con la radio", como conocer otros grupos, hacer nuevos amigos y empezar a contar las cosas del barrio. "Cuando ven que llega un mensaje es la emoción plena, porque sienten que hay alguien que los está siguiendo. A veces cuesta poder dimensionar lo que está pasando", resalta la educadora.
Es miércoles y el reloj marca las 15. Los chicos no tienen ganas de cortar la transmisión, sueltan la respuesta al colmo del día y cierran el programa con una ronda de saludos: amigos, vecinos, familiares y oyentes conforman una larga lista. "¡Chauuu!" gritan al unísono y sus voces se funden con la música de despedida.
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