CIUDAD › SATISFACCIóN DE FAMILIARES, MILITANTES, QUERELLANTES Y FISCALES
Pedro "Pitu" Salinas aún tenía lágrimas en sus ojos cuando salió a calle Balcarce, mientras sus compañeros cantaban: "Vamos a vengar a Jere, Mono Patóm". En la carpa, luego de los abrazos, dijo: "Se dieron las penas que esperábamos. Estos jueces acaban de dar un mensaje importantísimo a la sociedad. Acaban de validar que estas luchas son necesarias y efectivas. Es un mensaje por demás de alentador y ojalá esta experiencia sea recogida por un montón de familiares de víctimas para que realmente sea justicia para todos". Además, se animó a pedir tres calles de Villa Moreno con los nombres de los pibes.
La querellante Jessica Venturi no pudo contener el llanto durante la audiencia. Es que además de ser abogada de los familiares de los imputados, es militante del M26. "Yo era compañera de Jere, Mono y Patóm. Estamos satisfechos con esta sentencia. Lo importante es que las condenas demuestran no solo la autoría de los acusados, sino también el entramado que permitió que se hiciera como se hizo. Es una confirmación de que se puede luchar por justicia. Vale la pena no elegir el camino de la venganza".
Antes de salir a saludar a los militantes --quienes le cantaron especialmente "la fiscal, la fiscal, vamos la fiscal"--, Nora Marull destacó el trabajo de su equipo, junto a su colega Luis Schiappa Pietra. "Hubo mucho compromiso, y se probó que nosotros no inventamos nada; esto fue así. A nivel humano, esperamos que los familiares puedan tener un poco más de paz y tranquilidad. Que sirva como mensaje a la sociedad: una muerte, en cualquier circunstancia que sea, es terrible y esto es una demostración de que cuesta caro".
"Jere, Mono y Patóm, presentes; ahora y siempre", gritaron los militantes, cuando "Killer", el padre de "Patóm", bajó las escalinatas con los brazos en alto, y una sonrisa grande. "Yo le prometí a mi hijo que no iba a parar hasta que se hiciera justicia; y se hizo", dijo el hombre de pocas palabras, que ayer se abrazó y habló al oído con quienes se acercaban a saludarlo. El secretario de Seguridad Comunitaria, Angel Ruani, fue uno de ellos. En el lugar, también estaban los concejales Norma López y Roberto Sukerman, del Frente Para la Victoria; y el diputado Eduardo Toniolli.
En la carpa, todo eran abrazos, saltos, alegría. El calor de la una de la tarde apretaba y Lita estaba empapada, porque las botellitas de agua sirvieron de alivio para los que saltaban. Era inevitable ser mojado. "Estoy feliz, porque ahora mi hijo va a poder descansar en paz con sus amigos. Nos costó 35 meses de caminar en la calle. Salir es la mejor forma de organizarse por justicia. Ojalá esto sirva para otros casos".
Cerca de ella, Trasante, con uno de sus hijos, habló de un "resultado que costó; pero demuestra que el esfuerzo dio frutos. El resultado de esta dedicación es el que muchos van a tener que hacer, salir a la calle, gritar, llorar y buscar justicia por sus hijos. Que se mueva cada una de las causas que hoy están detenidas. Nunca hay que quedarse".
Norberto Olivares, abogado querellante, habló de "un hecho integral, donde hubo mantenimiento del reclamo popular, y desde el 1º de enero para acá, la saga de la narcocriminalidad lejos de menguarse, se fue ensanchando. Hay que poner sobre el tapete lo que se denunciaba hace mucho tiempo como la connivencia de la policía".
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