Mié 10.12.2014
rosario

CIUDAD › A 25 AñOS DE SU ASUNCIóN COMO INTENDENTE, HéCTOR CAVALLERO REMEMORA SU GESTIóN

"Creo que hubo un antes y un después"

El Tigre recordó que su primera preocupación fue si se podía gobernar la ciudad, algo que logró, enumeró las políticas que lo enorgullecen y habló del peronismo. Y dijo: "El socialismo pasó de ser un partido de militantes a uno de funcionarios".

› Por Claudio Socolsky

"Mi proyecto, cuando llegué, era poder gobernar esta ciudad, que lo veía muy difícil", dijo ayer Héctor Cavallero, al cumplirse 25 años de su asunción como intendente, el primero socialista de la ciudad. Su repaso de gestión está avalado por los cambios que le imprimió a áreas muy castigadas, principalmente Salud y Obra Pública. "La gente se acuerda, y mi mayor placer es poder andar solo, y los que no me votan me saludan con respeto y afecto", subraya el Tigre en diálogo con Rosario/12. "Cuando se está muchos años en el poder se confunde lo privado con lo público, esto le pasa absolutamente a todos. La alternancia, en el buen sentido de la palabra, que vengan otros, me parece mucho más sano", consideró Cavallero. quien dijo que esperará hasta el mes que viene, en función de lo que decida su partido, para hablar de eventuales candidaturas en el 2015. De todos modos, adelantó que podría apoyar la candidatura a intendente del concejal kirchnerista Roberto Sukerman (ver aparte).

En mayo de 1989, Horacio Usandizaga renunció a su cargo de intendente. El 26 de noviembre, la ciudad eligió a Cavallero para completar el mandato hasta el 9 de diciembre de 1991. "Yo estaba atravesando por una enfermedad muy mala, entonces me costó unos meses la situación porque no sabía si estaba en las condiciones físicas y psíquicas como para asumir, pero tenía la premonición que íbamos a triunfar. Estaba convencido porque habíamos recorrido mucho la ciudad, fui cuatro años concejal, y en mi último día asumí como intendente", recuerda Cavallero.

El Tigre dijo que por entonces contaba con un proyecto de ciudad: "Hablábamos de Rosario, nudo de comunicaciones. Ni gente que estaba en la política entendía eso. Hablaba de la Hidrovía y me cargaban, pero hoy existe, como el Puente Rosario-Victoria. Además, como socialista, aplicamos fundamentalmente el concepto de justicia social, que es igualar las condiciones de vida".

El repaso en la gestión durante los seis años al frente de la intendencia incluyen seis mil cuadras de pavimento, 1450 manzanas de cloacas; los grandes desagües pluviales, el emisario 11, el secundario Formosa, entre otros. "Por 15 años la ciudad no se volvió a inundar", refuerza Cavallero. "La gente ya se olvidó que el Parque Urquiza era de la Nación y que recuperamos todas las tierras ribereñas", agregó.

Su vasta experiencia en el sector Salud, tras su paso por los hospitales Carrasco y Clemente Alvarez, le permitió conformar un ambicioso Programa. "Pasamos de un 12 por ciento de inversión en Salud a un 32 por ciento real. Lo que figuraba en el Presupuesto era un poco menos, pero nosotros ingresábamos toda la obra pública que hacíamos en los hospitales, hicimos un Plan Director para cada hospital, llegamos a superar a la actividad privada. Sinceramente, creo que hay un antes y un después", destacó Cavallero.

"Fue la primera vez que existió promoción cultural, creándose las Casas de la Cultura en los barrios. En la plaza Santa Isabel de Hungría, en barrio Alvear, había 17 talleres de cultura y trabajo, lo mismo en el Parque Oeste. Creamos los grandes espacios polideportivos; es decir, se empezó a crear una infraestructura que igualaba las condiciones de vida", continuó el actual titular del Partido del Progreso Social (PPS). El ex intendente señaló que su principal preocupación era poder gobernar, y que el momento más crítico que vivió fue cuando anunció por cadena que la Municipalidad "tenía que hacer una especie de convocatoria de acreedores porque si no, no podíamos gobernar". También recordó que fue uno de los pocos intendentes que fue interpelado en el Concejo: "La acepté y vine con todos mis secretarios y los directores políticos de áreas, eso no es muy común porque además fue con temario libre. Me acuerdo que las radios transmitían como si fuera un partido de fútbol: `Cavallero va ganado 6 a 1`".

Durante su gestión como intendente, el Tigre siempre revalorizó la tarea de los concejales. "Pude gobernar primero con cuatro concejales sobre 36, con seis sobre 38, y con 9 sobre 42, precisamente por entender que en definitiva es un co-gobierno entre la Intendencia y el Concejo. A los bloques que me pedían reunión se las daba. Después todo se empezó a sectarizar y en el 95 no me votaron el Presupuesto, es una marca que todavía llevo", recuerda Cavallero.

-Mucha gente reconoce que su intendencia fue una de las mejores. En ese marco, ¿cómo decidió entonces su proyección política?

-Nunca pensé en seguir, siempre pensé que todos los cargos deberían ser por dos mandatos. El Municipio de Rosario tiene una limitación muy grande, es prácticamente una Ciudad-Estado, y los problemas de infraestructura productiva, de infraestructura social básica, y de equipamiento colectivo fundamental no puede resolverlo por sí sola. Entonces me planteé como proyecto ir a la gobernación, porque ampliaba el problema de saneamiento, el de la electricidad, la seguridad y la educación, todos dependen de la provincia. Y si llegábamos a la gobernación, que perdimos en esa famosa elección del 95, creo que nos ubicábamos muy bien para pelear la presidencia de la Nación.

-Cuando lanza críticas a sus ex compañeros de ruta, también aprovecha para reivindicar el papel de la militancia...

-El Partido Socialista pasó a ser de un partido de militantes a uno de funcionarios. Eso marca una diferencia. Yo hago el análisis desde el punto de vista del materialismo dialéctico, no lo puedo obviar. Si cada vez se tiene menos contacto militante con la gente es evidente que se va perdiendo la sensibilidad social, con la consecuente pérdida de la vocación de servicio y el sentido de la igualdad.

-Siempre se refirió a que sus acercamientos al peronismo, por lo que fue muy criticado, iban más allá de los nombres...

-Tienen un carácter ideológico, ya que para mí la fuerza del cambio la tienen los más humildes, los trabajadores, y los sectores medios que viven de su trabajo, más en un país dependiente. Son los que tienen necesidad de producir el cambio para vivir mejor. ¿Quiénes van a defender los hospitales públicos, la escuela pública?, los que los usan. Si vuelve el neoliberalismo va a haber una batalla para mantener todo esto. Es un contenido ideológico. Creo que un socialismo sin trabajadores no puede transformar nada en forma irreversible. Apoyo la orientación general del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, pero creo que debería concentrarse en tener un apoyo mayor del movimiento obrero organizado. La clase trabajadora tiene que ser un instrumento de cambio positivo, y no tampoco regalar la clase trabajadora que la utilicen los sectores de la derecha para producir retroceso.

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