El Banco Municipal sumó ayer su segundo asalto en menos de 30 días, y esta vez el botín fue mucho más que el medio millón de la primera: 1.800.000 pesos se llevaron cuatro hombres de la sucursal Empalme Graneros, luego de reducir con violencia a los custodios y amenazar a clientes y empleados. Abrieron el Tesoro del banco a mazazos y escaparon en dos motos. Uno vestía lo que parecía el uniforme policial, y otro tenía indumentaria del servicio de recolección de residuos. El asunto preocupó a la Fiscalía Regional, que decidió unificar en una sola megainvestigación los últimos atracos contra bancos y financieras de la ciudad.

El trajín de viernes en la filial del BMR en Juan José Paso al 5700 afloja durante el mediodía, acaso por tratarse de un barrio donde la hora del almuerzo no se vulnera. Ese momento parecen haber aprovechado ayer cuatro hombres armados -uno de ellos, con una ametralladora- para irrumpir en el salón y controlar la situación. El vigilador privado quedó fuera de combate con un culatazos en la cabeza. Eso bastó para amedrentar a todos, incluido el policía contratado en servicio adicional de vigilancia.

Con los clientes arrinconados, y el falso policía como campana en la vereda, la banda arremetió a mazazos contra la puerta del Tesoro hasta que cedió. Y la vaciaron de billetes. Había 1,8 millón de pesos.

Un vecino que desde el frente advirtió el ajetreo inusual de un banco en pleno asalto contó que los ladrones disimulaban sus rostros con distintas gorras, e incluso uno de ellos entró al banco con un pañuelo sobre la boca. Se marcharon a bordo de dos motos que habían dejado estacionadas cerca de la esquina con calle Cabal. Fuentes de la pesquisa sospecharon que habría un tercer vehículo, con un quinto cómplice, como apoyo y cortina de la banda.

El martes 14 de abril, en la sucursal del BMR en la sede del Distrito Centro, dos hombres dieron un golpe breve y rendidor: 500.000 pesos sonsacados un rato antes de que pasara el transporte de caudales a recoger el dinero.