El concejal Jorge Boasso precisó ayer que en el bar La Tienda, el boliche donde fue visto por última vez con vida el joven Gerardo Escobar, se realizaron 127 actas pero sólo en dos se detectó que pasaban música y gente bailando. Además, en una de las actas consta que personal del staff presiona un botón de la entrada para que cese la música. Los resultados de las inspecciones marcan un claro contraste con los operativos realizados en el lugar por la Guardia Urbana Municipal (GUM), que realizó ocho inspecciones y en cinco encontró irregularidades. El concejal dijo que existen muchos bares que tergiversan el rubro convirtiendo el lugar en locales bailables. "Es curioso que locales habilitados como bares funcionen, a la vista de todos, como boliches, se realicen inspecciones que lo corroboran y sin embargo sigan funcionando normalmente, no hay otra conclusión que hay connivencias", planteó Boasso.

La Tienda se encontraba habilitado bajo el rubro de bar, con expendio de bebidas con servicio de mesa. De acuerdo al expediente enviado por la intendencia al Concejo, desde el 18 de noviembre de 2013 hasta la actualidad se labraron 127 actas de inspección por parte de la Dirección General de Inspecciones de Comercios e Industrias, 124 fueron realizadas en horario nocturno. "No tengo las pruebas exactas, pero por el resultado de las inspecciones no hay otra conclusión que connivencia. Cómo puede ser que en un año y medio se realizaron 127 actas y sólo en dos detectaron irregularidades, cuando todos los vecinos sabían que funcionaba como boliche", dijo Boasso a Rosario/12.

"Esto motiva una explicación oficial", agregó el edil, titular de la comisión de Gobierno, donde se otorgó despacho a un proyecto, luego aprobado por el cuerpo, de los concejales Roberto Sukerman y Norma López (FpV), quienes solicitaron que Fernando Asegurado y Pablo Seghezzo, secretarios de Gobierno y de Control y Convivencia Ciudadana, respectivamente, concurran al Concejo para que den explicaciones sobre lo ocurrido en La Tienda, cuyo personal de seguridad fue imputado por la desaparición y posterior muerte de Escobar.

En referencia a los días y horarios en los que el lugar se encuentra abierto al público, Boasso destacó que conforme el rubro habilitado (Bar), "la citada norma no establece un horario obligatorio para su funcionamiento, sin embargo las inspecciones fueron siempre de madrugada, como si se sospechara que en ese local se tergiversaba el rubro para el cual fue habilitado".

En cuanto a las inspecciones realizadas por la GUM, del relevamiento de las actas surge que de 8 ocho controles por denuncias de vecinos, quienes aseguraron que era vox populi que La Tienda funcionaba como boliche, en cinco oportunidades se detectaron irregularidades. En dos casos se detectó falta de la faja de clausura, en otros tres se comprobó la existencia de personas bailando e ingresando al bar con las mismas modalidades del rubro confitería bailable, pasando por boletería, y con presencia de personal policial y de seguridad privada. En una de las actas el personal de la GUM refiere textual: "Nos quedamos visualizando todo movimiento y comportamiento del mencionado bar. Continúan con la actividad ya pasadas las 6.30".

La semana pasada, Boasso había recibido un llamado del subsecretario de Gobierno municipal, Claudio Díaz, para concurrir esta semana a la Comisión de Gobierno para brindar precisiones sobre el proyecto del Departamento Ejecutivo para modificar la ordenanza que regula el funcionamiento de los locales nocturnos. "La comisión resolvió que no había inconvenientes, pero antes debían enviar el proyecto al Concejo, cuando lo envíen fijaremos el día", dijo el edil radical.