La postal que exhibió el salón de fiestas de Francia y Brown confundió al desprevenido que acudió a un acto de campaña presidencial. Nada de escenario, tampoco banderas ni cantitos ni consignas. El público estaba dispuesto como en un anfiteatro, menos la prensa, restringida en un corralito, entre guardias con handies. El candidato del PRO, Mauricio Macri, ocupó el centro y entregó un discurso exento de argumentación política pero abundante en apelaciones a la autoconfianza de quienes lo escuchaban. Lo vivaron cuando entre sus tres ejes prometió "terminar con el narcotráfico", y también lo aplaudieron cuando hizo un desagravio por Fernando Niembro, que era su primer candidato a diputado nacional por Buenos Aires pero que ayer lo hizo bajar de la lista por las denuncias de contratos en su provecho.

Abrió el acto la candidata a diputada nacional Anita Martínez, con su oficio de animadora: "Hola, hola", apareció micrófono en mano como en un set de televisión. Exhortó a "los jóvenes que llevo en el corazón" a fiscalizar la elección de octubre. Apostó por "combatir el flagelo del narcotráfico que (los gobiernos actuales) no tuvieron el coraje ni la capacidad de solucionar". Y analizó: "Vamos a salir adelante. Se puede. Podemos vivir mejor con un gobierno que nos represente. Tendremos la Argentina que soñamos muchos años, cuando quede en mejores manos". El prólogo le abrió la pasarela a Macri que avanzó, sonriente, hasta el centro de la escena con el primer y único coro: "Se siente, se siente, Mauricio presidente".

"Tengo tres invitaciones para hacerle, tres desafíos, tres sueños, y en base a eso quiero que evalúen mi presidencia", introdujo. "Pobreza cero en Argentina", fue la primera promesa. "Unir a los argentinos, dejar de pegarse y empezar a escucharse", fue la segunda. Y lanzó la tercera sin vacilar: "Terminar con el narcotráfico en Argentina".

Macri asentó su breve presentación sobre el tópico de la inseguridad, desde el narcotráfico como génesis del fenómeno. "Están envenenando a nuestros jóvenes. Corrompen instituciones, la política, la justicia. Hay que pararlo ahora. Rosario está enrejada, el país está enrejado, no podemos vivir entre rejas nosotros, los que cumplimos con la ley", dijo mirando a los presentes en derredor, sin fondo de escenario, micrófono en mano y sin exclamaciones, siempre en tono persuasivo. Parecía un predicador en su gestualidad, allí, en medio de sus fieles que parecían devorar sus palabras con silenciosa aprobación.

Lo más específico fue su idea de crear una "agencia nacional de lucha contra el crimen organizado", y prometió "reequipar las fuerzas de seguridad, detener a los jefes de las bandas, bajar el consumo de drogas y aumentar los decomisos y terminar con el paco". Sí brindó una cifra, cuando agregó que recapturará "a los 3 mil delincuentes peligrosos que se escaparon de la cárcel".

Hacía unas horas que se había anunciado la dimisión de Niembro a su candidatura a diputado, luego de la difusión de sus negocios privados con el Estado porteño y los de la época en la que fue secretario de Medios durante el menemismo. Macri aludió así sobre la situación de quien la Procelac ha pedido que se lo investigue por lavado de dinero: "Algo que me ha dolido mucho en esta Argentina que se está terminando: una persona de bien, impecable en 50 años de trabajo como periodista que quiso dar su testimonio pero recibió una catarata de insultos e injurias, como si fuéramos como ellos. Si lo fuéramos, vamos al juez y lo denunciamos. Mi querido Fernando quiso dar testimonio de este cambio, por eso renunció a su cargo", dijo Macri.

"Vos podés más y no te dejan, te cobran impuestos todos los días, ganancias que no corresponden, y si pensás distinto como Carlitos Tevez te agreden", agregó. Y exhortó: "Decile a tus amigos, a tus compañeros de club que este cambio viene a crear oportunidades para todos". Aplauso, selfie de recuerdo, beso y telón.