--Usted siempre ha sido muy crítica de la gestión de Miguel Lifschitz en la intendencia de Rosario, ¿cómo imagina la provincia a partir de su asunción como gobernador?

--No conozco a este nuevo Lifschitz, yo conozco al Lifschitz intendente, con quién no he tenido coincidencias. Y me parece que el resultado de Rosario no es el resultado de la gestión de Mónica Fein. La matriz de la ciudad, ese sello está puesto en la gestión de Lifschitz. Cuando yo estuve en el Concejo no coincidí con muchas cuestiones del planteo de modelo de ciudad al que se apuntaba y que hoy tenemos. Me parecería injusto hacer una valoración de alguien que todavía no se pudo desempeñar en su cargo. Fue elegido por la ciudadanía...

--¿Usted dice que el clima de violencia e inseguridad que marca a Rosario lo tiene como responsable político?

--Digo que cuando la política decide no poner un trazo grueso en el manejo de la relación entre la policía y el delito, esto sucede. No es excluyente de Lifschitz, también lo abarca al gobernador Bonfatti. De hecho uno de los motivos de mi renuncia, que se consolidó en los dos años y medio que no estuve en la Cámara... Lo que está pasando con Tognoli era lo que nosotros planteábamos en su momento, me acuerdo que no solo el gobierno, sino también los medios, decían que esto era una operación para intervenir la provincia. Nada de eso sucedió, tuvieron la Ley de Emergencia en Seguridad, que fue uno de los motivos de la renuncia. Era una ley virtuosa que había salido de la Cámara de Senadores, de un grupo de senadores peronistas. El gobernador ahí innovó, creó ahí algo que no existía, que era el veto propositivo, que en vez de vetar o aprobar, veta pero te escribe la ley, te la manda de vuelta para que vos la votes como la letra del gobernador. O sea, lo que escribe el Ejecutivo se vota en el Legislativo. Y le sacó el capítulo social. El gobernador no podría volver a nombrar nunca más como jefe de policía alguien que estuviera sospechado o imputado por enriquecimiento ilícito, lo sacó. Tanto es así que lo sacó e inmediatamente nombró a (Cristian) Sola, que también ahora está imputado y procesado. Esto marcó su gobierno, como la policía entiende las señales muy claramente, y es mucho más sensible a las señales de la política que lo que los políticos creen, se entendió perfectamente el mensaje, y este es el resultado que tenemos.