La intendenta Mónica Fein había tirado el guante, a ver si alguno de los presidenciables lo recogía: ¿Daniel Scioli o Mauricio Macri? Y en cuestión de horas, ambos le ocuparon la agenda el mismo día, por las dudas. La candidata a vicepresidenta de Cambiemos, Gabriela Michetti, visitó a la jefa municipal por la mañana, y el candidato del Frente para la Victoria lo hizo por la tarde, junto a su compañero de fórmula, Carlos Zannini, y al secretario de Seguridad, Sergio Berni. Encuentros breves, ambos, apenas para la foto y poco más, como para que Fein le entregara a ambos los diez ejes temáticos que trabaja el Consejo Económico y Social y ambos visitantes se comprometieran a considerarlo, y a revalorizar el rol de los municipios en caso de acceder al gobierno. Pero ahora que tanto unos como otros acudieron a su convite, la intendenta se guardó cualquier alusión a su voto personal. "Por respeto al gesto que tuvieron ambos candidatos. No es momento de que hable de mi voto, porque aquí represento a toda la ciudad, y la ciudad debe decirle gracias a ambos. Tomaron un compromiso con los rosarinos y, gane quien gane, se lo voy a hacer cumplir", señaló Fein.

Por lo que dijo Michetti luego del encuentro, la seguridad fue tema primordial en el café que compartieron en el Palacio de los Leones, pese a que la hora pintaba más para el almuerzo. "Tenemos un eje que es el que Mauricio ha presentado a la ciudadanía, que es un eje bien concreto y es el de terminar con el narcotráfico ", dijo la senadora nacional en rueda de prensa, junto a varios dirigentes propios como Roy López Molina y Anita Martínez, y sin la intendenta, que se cuidó de no aparecer en las conferencias de prensas ni de una ni en la de los otros, quizás para esquivar preguntas de campaña que podían pegarla en una foto con cada candidato. Michetti reiteró la propuesta de crear "una Agencia contra el Crimen Organizado, moderna, sofisticada desde el punto de vista técnico, de especialización, de profesionalismo, que no sólo luche contra el narcotráfico sino contra los delitos asociados como el lavado del dinero, la corrupción, la trata de personas, el tráfico de armas", dijo.

El arribo de Scioli, por la tarde y a la hora del té, se hizo al calor de unos 300 militantes apostados frente al edificio municipal para saludarlo. El gobernador bonaerense, junto a Berni, y más atrás, Zannini, subieron como pudieron hasta la Intendencia. El desfile de fotógrafos y camarógrafos duró más que la reunión en sí misma.

Además de los tópicos ya conocidos de su plataforma electoral (100 mil nuevos agentes federales, 82% móvil de jubilación, 1 millón de viviendas, exención de impuesto a las Ganancias debajo de los 30.000 pesos de sueldo, "tolerancia cero al narcotráfico", etc), Scioli contó a la prensa que le prometió a Fein la implementación de un fondo para aglomerados metropolitanos, lo que sería un aggiornamiento del viejo Fondo del Conurbano que se congeló en el tiempo y del que Rosario y Santa Fe quedaron presos y sin participar de la ley provincial del Fondo de Obras Menores.

Scioli rechazó la acusación del macrismo sobre el desarrollo de "una campaña sucia" y retrucó: "Si hay un espacio destinatario de difamaciones ese es el mío, empezando por la presidenta misma y su familia. No me distraigo en esa victimización que hace el candidato de la alianza porque yo debato proyectos de país", refractó. Y no se aguantó la ocasión de meterse en la polémica: "No es meter miedo sino tener memoria sobre las posiciones del candidato de la alianza. Sin ir más lejos, la semana pasada se opusieron a la gratuidad de la Universidad, tampoco adhirieron a la ley de fertilización asistida y gratuita, y a la recuperación de YPF. Ellos quieren cambiar el eje del debate, yo opongo un proyecto de país", cerró.

Ante la pregunta previsible, acerca de si había persuadido a Fein para que lo vote, más allá de la posición del Partido Socialista, Scioli, Berni y Zannini sonrieron: "Yo respeto el rol institucional de la intendenta, y a través de lo que escuché de ella, interpreto que coincide con lo que yo le planteé", dijo el presidenciable entre dientes.

Cuando ya no había visitas, ni amarillas ni naranjas, Fein se esforzó por guardar equidistancia entre unos y otros. Perseveró en no confesar su voto el próximo 22 "por respeto a ambos candidatos que han tenido el gesto de venir y asumir un compromiso con los rosarinos, compromiso que les haré cumplir". Y destacó que la respuesta de Scioli y de Michetti "habla a las claras de la importancia de Rosario en el país".