La fábrica de autopartes Paraná Metal cerró su planta en Villa Constitución, y así terminó la fuente de trabajo de 120 operarios, según el acuerdo al que arribó el grupo Indalo, propietario de la metalúrgica, y la UOM Villa Constitución. No obstante, desde la propia comisión interna se planteó resistir la decisión empresaria sobre la que intuyeron una especulación política: el titular del grupo, Cristóbal López, había prorrogado la definición por treinta días, apenas pasara el ballotage presidencial.

La factoría de piezas que inició en 1957 y que fue principal abastecedor de Ford en Latinoamérica, con récord de producción en 2004, cerró sus portones anteayer, al expirar el último plazo de suspensión de los 160 telegramas de despido que se habían emitido en agosto pasado. El cierre iba a operar en octubre, pero la patronal dispuso un mes más de prórroga. "Fue una jugada siniestra: llegado el momento de negociación en el Ministerio de Trabajo, a quien se le había prometido la continuidad, se definió que la charla fuera en la sede de la UOM, y ya no hablaba de anular los telegramos sino de suspender por treinta días, justo después de la segunda vuelta", entrevió Leandro Del Greco, miembro de la comisión interna.

Fabián De Souza, ejecutivo del grupo Indalo, persistió en la decisión de cerrar pese a la intención obrera de buscar una salida con la planta activa. La patronal alegó que hay poca demanda, que se frustraron contratos con Ford, Toyota y ferrocarriles.

Cuarenta empleados acordaron su desvinculación en este lapso de prórroga. Quedan 120 trabajadores que percibirán su indemnización en tres pagos durante los próximos 45 días.

En tanto, de una asamblea convocada ayer desde la CTA, con delegados de Acindar y de otros talleres metalúrgicos de la región, se llamó a "estar alertas y resistir incluso hasta el cambio de gobierno, para el que llegue diga algo, porque el que se está yendo se hace el desentendido. Vamos a resistir para recuperar el trabajo", concluyó Del Greco.