CIUDAD › EL POLICíA GUSTAVO PEREYRA ES QUERELLANTE EN UNA CAUSA JUDICIAL
Dice que Ana Viglione y Andrés Ferrato lo mandaron a investigar a la brigada de Judiciales y a narcotraficantes. "Gula" Pereyra terminó procesado y detenido acusado de brindarle información a la banda Los Monos. Asegura que es víctima "de falso testimonio".
El oficial de la policía provincial Gustavo "Gula" Pereyra, procesado por brindar información a la banda de Los Monos, se presentó como querellante en una causa por falso testimonio que tienen abierta sus ex jefes directos en la secretaria de Delitos Complejos de la provincia: Ana Viglione y Andrés Ferrato. "Ana Viglione me pidió que investigara a la brigada de judiciales" aseguró Pereyra, y le reprochó que sus jefes negaran haberle pedido investigaciones sobre narcotráfico: Desde el Delfín Zacarías hasta la casa quinta de Los Monos asegura Pereyra que pasaron por sus manos, siempre a pedido de ambos. Por eso dice ser "víctima de falaces declaraciones" en la causa de Los Monos, la 913/12, que instruyó Juan Carlos Vienna. Hace 15 días, cuando Pereyra recuperó la libertad tras acceder a la prisión domiciliaria en el marco de la causa en la que fue procesado, sus defensores solicitaron ante la Cámara Penal que citen a Viglione para que aclarar contradicciones. Esas diferencias dieron pie a que, el juez Juan Carlos Vienna separara copias de las testimoniales y el 18 de septiembre de 2014 abriera el expediente Nº 48 ante un posible delito de falso testimonio.
Los abogados defensores de Pereyra, Sergio Larrubia y Alberto Tortajada, sostuvieron ante la Cámara Penal al solicitar la morigeración de la prisión, que incluso en la computadora de su cliente se encontraron 17 mails donde se acredita que reportó información a sus superiores sobre el movimiento de bandas y fotos de personas sospechadas de manejar búnkers de drogas. Con eso consideran que Viglione y Ferrato vertieron declaraciones falaces para beneficiarse en perjuicio de Pereyra deslindando sus responsabilidades.
Es más, 14 días antes del procesamiento del policía, dictado por la jueza Alejandra Rodenas, los abogados presentaron un escrito en el juzgado donde solicitaron una serie de medidas entre las cuales se encontraban la citación de la funcionaria en el marco de la causa Nº 48 para que aclarara esa circunstancias.
El ex comisario Pereyra pretende también que se cite a declarar a algunos de ex compañeros que nunca fueron citados. "Nuestro grupo de trabajo estaba formado por la comisario Betina Gobernatori, la que nunca fue a declarar, el sargento Juan Maciel, el sargento Erik Toro y la agente Cintia Morrone".
-¿Qué tareas le encargaba Viglione?
-El trabajo que se nos daba eran de diversa índole, eran como ser carreras ilegales, y trata de personas y venta ilegal de estupefacientes. Hicimos varios trabajos como en un búnker de Pueyrredón al 2700, donde la doctora Viglione me hizo poner en contacto con un comisario mayor Gambandé de Santa Fe de Asuntos Internos, porque me dijo que a los de acá no les tenía confianza. Fueron los primeros días de diciembre de 2012. Este comisario mandó una brigada que sacó fotos y filmó y todo se judicializó. Al poco tiempo se hizo presente el subsecretario de Seguridad Comunitaria Angel Ruani con una topadora y lo derribó argumentando que el búnker no estaba activo. Habían pasado menos de diez días desde que lo había informado como activo. En ese momento pensé que algo raro había.
-¿Qué otros trabajos ligados al narcotráfico hizo?
-Fuimos con la doctora Viglione a Granadero Baigorria a una serie de lugares que funcionaban como bunkers, que pertenecían a Thierry Polus, que fue un traficante que lo tumba la Policía Federal en la ciudad de El Dorado, en Misiones. Sobre este tema Andrés Ferrato me encarga a nuestro grupo si podríamos averiguar sobre un hombre conocido como el Polaco y otro como el Francés, que resultaron ser la misma persona, Ferrato estaba equivocado. Ese operativo lo hice por los datos que me dio un civil. Esto fue en febrero de 2013. Luego pasé e un quiosco de calle Cristal 7200 en el barrio Tío Rolo, que estaba frente a un jardín de infantes. Y pasó allí un hecho curioso, había un vehículo particular con tres personas de sexo masculino. El quiosco no estaba activo, y cuando lo hablo a Ferrato me dice que eran de la brigada IX de Drogas de Rafaela. Me quejé con Ferrato, porque no nos podía enviar a otras brigadas de otros lugares, porque podríamos haber terminado a los tiros, por no conocernos. A los diez días me pusieron a investigar si estaba activo nuevamente ese lugar, lo detecté y lo documenté y se lo envié a Ferrato. También pasé los datos de la casa quinta de los Cantero en Pérez, esa que tenía la pileta con la forma del Ratón Mickey, les doy la forma de llegar y Ferrato me pidió que consiguiera los números de partida del Impuesto Inmobiliario. Gracias a policías en actividad retirados y civiles, consigo todo y se lo paso a Ferrato. También hice otra serie de investigaciones sobre Claudia Paiva, que tenía un búnker en zona noroeste, donde había existido un problema con un patrullero. En ese caso Ferrato y Viglione me preguntaron la diferencia entre bunker y kiosko, porque no lo sabían. El quiosco era una construcción simple, mientras el búnker era más fortificado para evitar las mejicaneadas, algo que ocurría seguido.
-Usted fue denunciado por pasarle datos de la Brigada de Judiciales a Los Monos.
-Ana Viglione me pidió que investigara a la brigada de judiciales. Sobre este tema quiero aclarar que lo ocurrió primero es que un alto jefe de la unidad regional me pidió que le preguntara a Viglione quien los había nombrado, porque este jefe sabia bien el pedigre de cada uno. Le doy los nombres a Viglione, y ella me pide los informes de esa brigada operativa.
-Esos son los informes por los que usted está acusado de haberselos entregados a la banda de Los Monos.
-Eso es absolutamente mentira. Esos datos se los paso a la doctora Viglione. Investigué a Lotito, Ramonda, Quevertoque y Saccone. Esos datos los saca la comisario Gobernatori, y me los pasa vía email a mí y a Ferrato. Los datos que me envían era donde trabajaban y donde habían prestado servicios.
-¿Y que hizo con esos datos?
-Se los pasé a Ferrato. Le informe que por ejemplo Cristian Romero había estado 15 años en Drogas Peligrosas, de donde lo echaron y después lo reciclaron y lo trajeron de nuevo, algo raro había. Además después de 29 años de policía, todos sabemos quién es cada uno. El único que no encajaba en el grupo era el comisario Saccone, porque nunca había andado en nada raro. Después el tiempo me dio la razón, porque al grupo de Judiciales lo terminaron removiendo después que mandaron a un country de Pilar a tres efectivos en una investigación tomada de los pelos. Después los filmaron con el Dani Juré a varios de ellos recibiendo dinero, después también se les escapó Juan Domingo Ramírez, que era de la segunda línea de Los Monos.
-¿Para qué cree que llegaron estos cinco hombres a la brigada de Judiciales?
-Eso lo tendría que explicar la doctora Viglione, y por eso mis abogados piden que lo haga.
-¿Qué podría explicar Viglione si ella no los nombró?
-Tiene que explicar porqué mintió cuando dijo que nunca me dio a investigar hechos de drogas. Yo tengo 17 emails en mi computadora que prueban mis informes enviados a ella y Ferrato.
-¿Qué pasó con esas investigaciones?
-También hay siete bunkers de Los Cantero, con fotos sobre los cuales informé a Viglione. Ella quería iniciar una investigación con las Tropas de Operaciones Especiales. Cuando termino de sacar esas fotos, se produce mi detención, por lo cual toda esa investigación no se llevó nunca a cabo. Tampoco entiendo porqué Ferrato y Viglione siguieron negando las investigaciones de narcos: en abril o mayo de 2013 yo mismo les pasé el dato de Rivero, un narco importante de Pérez y Soldini, y días después Drogas hizo el operativo.
-¿Pero a usted nunca le llamó la atención que no había ninguna orden de la justicia federal para actuar?
-Pero yo les pasaba el dato a mis jefes, y cumplía con mi deber. Después no sabia que hacían ellos con esos datos.
En tanto los abogados Tortajada y Larrubia solicitaron que se realicen careos entre Pereyra y sus jefes y que, de persistir la conducta "mendaz y contradictoria", sean indagados ya que de por sí esa conducta constituiría el delito de "falso testimonio".
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