La investigación por la muerte de Matías Ratari, el joven de 22 años acusado de un presunto hecho de robo en Cochabamba al 300, dio un giro que tira por tierra la versión que inculpa a su acompañante. Esa noche, el pibe salió con un amigo, en su moto, y la muerte lo encontró en la vereda del edificio donde un grupo de chicos aseguró que ambos intentaron robarles, que luego empezaron a discutir y se oyó el disparo. Sin embargo, en las últimas horas, la fiscal Marisol Fabbro confirmó que la bala provino desde lo alto de un edificio. "Ingresó, desde arriba, por la clavícula de la víctima", aclaró ayer. Con ese dato, el domingo se allanó el departamento donde se festejó el cumpleaños al que asistieron las presuntas víctimas del robo, y se halló un arma calibre 9 milímetros con punta teflonada azul, que coincide con la bala extraída del cuerpo del chico. Ahora, se esperan pericias para ratificar que el proyectil partió del arma secuestrada en el departamento de una joven visitadora médica que festejaba el cumpleaños de su novio, con los jóvenes que denunciaron el robo como invitados. La familia de la víctima se presentará hoy como querellante. "Mi hijo no necesitaba ir a robar. Fue un homicidio en el que hubo unos diez disparos. No se pueden cazar pajaritos desde un tercer piso y quitar una vida así", lamentó Luis Ratari (foto), el padre del muchacho.

La versión que circuló el sábado, por parte de las presuntas víctimas del robo, afirmaba que dos chicos y dos mujeres estaban en la puerta del edificio de Cochabamba 329, entre las 4.30 y 5 de la mañana, esperando un taxi, cuando fueron abordados por dos chicos en una moto Tornado, quienes les exigieron, arma en mano, que les entreguen sus pertenencias -un celular y un reloj-. Siempre según esa versión, los chicos que bajaban del departamento del tercer piso, donde se celebró un cumpleaños, indicaron que los dos supuestos ladrones comenzaron a discutir y ellos aprovecharon para tocar timbre y volver a entrar al hall del edificio. Desde allí, dijeron oír disparos. En su relato, dieron a entender que el cómplice mató a Ratari.

En cambio, la familia de la víctima negó desde el primer momento que Matías haya ido a robar y cuestionaron que su propio amigo le haya disparado, ya que lo primero que hizo, tras huir del lugar, fue ir a la casa de Matías a relatar lo sucedido, entre lágrimas. "Dijo que fueron varios tiros provenientes de lo alto de un edificio".

En el trascurso de las horas, la primera versión se desvaneció con la llegada del informe de autopsia que le indicó a la fiscal Fabbro que el disparo "fue efectuado desde una altura de 3 metros. El chico muere por un disparo en la clavícula izquierda y le perforó los pulmones hasta que se alojó en la espalda", indicó. Es una bala calibre 9 milímetros, teflonada de punta azul. "Con esos datos y dándole un tinte de veracidad a una de las versiones, se ordenaron allanamientos al departamento de donde salieron las presuntas víctimas del robo. Si bien el domingo no había nadie, se secuestró un arma 9 milímetros con numeración limada y un proyectil idéntico al que se le extrajo a la víctima", señaló.

Fabbro aclaró que ahora deberán realizarse las pericias que confirmen que la bala partió de arma en cuestión y dijo que "está identificada la persona que vive en ese domicilio, pero hasta el momento no hay detenidos".

En principio, la fiscal descarta que haya sido un caso de legítima defensa. En las próximas horas se tomarán declaraciones y hay medidas en curso. Un dato llamativo es que aunque Fabbro llamó a los testigos -víctimas del presunto robo-, nadie le contestó.

Más tarde, el padre de la víctima, ex dirigente del Club Central Córdoba -que se presentará como querellante con el abogado Paul Krupnik-, habló con Rosario/12: "Mi hijo era un monotributista que tiene un taller de motos conmigo. Estamos tapados de trabajo y él no necesitaba ir a robar. Somos gente de clase media, de laburo. Queremos esclarecer todo esto. Hay muchas dudas. Mi hijo, por las locuras de su edad, pudo cometer un error, pero no lo creo".