Familiares, vecinos y amigos de Fabricio Zulatto se autoconvocaron ayer a la tarde en la puerta de los Tribunales provinciales para reclamar justicia. La movilización comenzó en Balcarce y Moreno, y desde allí marcharon hasta el Parque España y luego hacia el Monumento a la Bandera. La convocatoria se viralizó vía twitter y otras redes sociales, y se materializó en una nutrida columna, compuesta, en gran parte, por jóvenes y adolescentes que pedían el total esclarecimiento del crimen.

Fabricio Zulatto apareció muerto con varios tiros en la cabeza el pasado jueves, en el pozo ciego de una vivienda precaria en la zona de Empalme Graneros, luego de permanecer desaparecido dos días.

Por el crimen hay, hasta ahora, un imputado, acusado de ser el autor material del hecho y se busca intensamente a un probable cómplice, a quien una cámara de seguridad tomó dejando el auto del joven y bajando del mismo. Según la línea de investigación que se sigue, este último sería el posible autor intelectual del homicidio.

Rosario/12 publicó el domingo pasado que se trata de "Andrés", un dealer local, quien habría ordenado el asesinato. "Andrés" sería además quien en persona dejó el Gold Trend negro estacionado en Suipacha entre Santa Fe y Córdoba, después de retirarle su patente delantera. El prófugo es un muchacho de unos 30/35 años, robusto, de un metro setenta y cinco, delgado, y en la captura de la cámara de seguridad se lo ve bien vestido, con su pelo prolijo, bien peinado. En la grabación se lo ve tranquilo, y se revela gran parte de su fisonomía. La fiscalía difundió la cinta para ayudar en la búsqueda que les permita dar con su paradero. Hasta anoche, no habían logrado detenerlo.

En tanto, en la audiencia imputativa del sábado, el juez Héctor Núñez Cartelle dictó prisión preventiva sin plazo para Omar Darío Motier, de 31 años, que es el único detenido por el hecho. Además, lo imputó de homicidio agravado por promesa remuneratoria y calificado por el uso de arma de fuego. Según la hipótesis que sigue la Justicia, el acusado habría asesinado a Fabricio a cambio de dinero.

La imputación surge del relato de José Luis Gómez, el cartonero que apuntó la responsabilidad hacia su compañero de vivienda, "Pilo" Motier.