La intendenta Mónica Fein comentó que en su recorrida por el barrio Polledo, en el extremo norte del municipio, le sorprendió los numerosos pedidos de empleo que le plantearon los vecinos. "Hay mucha gente que vive de changas, pero cuando la economía tiene menos actividad, como está pasando, entonces tiene que dedicarse a juntar cartones. Es un tema que está instalado hace mucho tiempo", dijo. Fein caminó el lunes con el gobernador Miguel Lifschitz por las calles de la zona conocida antes como Ciudad Oculta o Villa Olímpica. Es uno de los rincones más pauperizados de Rosario, que empezó con un caserío escondido a la altura del comienzo de la autopista a Santa Fe, y se transformó en un asentamiento en el que habitan alrededor de 400 familias y donde ni siquiera llegaba la red de energía ni de agua. Este año, Provincia y municipio encararon obras de urbanización en el marco del Plan Abre. Instalan la red de infraestructura de servicios, construyen viviendas sociales y abren calles para reorganizar el lugar y constituirlo como barrio. Pero las necesidades más elementales de la gente persisten. "Es impactante la necesidad de trabajo que manifiestan los vecinos", señaló Fein. El comentario remarcado de la intendenta es del mismo orden que la observación que partió hace algunas semanas desde la Secretaría de Desarrollo Social, respecto del incremento de la demanda y de la asistencia alimentaria en los centros de convivencia barrial municipales, hasta en un 30 por ciento en relación con un año atrás.