Mié 01.11.2006
rosario

CIUDAD

Echaron al policía que apareció por TV riendo mientras reprimía

Fue en el entretiempo del clásico entre Central y Ñuls. El
subcomisario Pereyra fue captado por las cámaras y con ese
testimonio se lo pasó a disponibilidad. Investiga la justicia.

Los ecos de los enfrentamientos del domingo en el Gigante de Arroyito, ocurridos durante el entretiempo del clásico entre los hinchas de Ñuls y algunos de los 1.450 efectivos dispuestos para el operativo de seguridad, continúan. Ayer, desde la jefatura policial, decidieron pasar a disponibilidad e iniciarle un sumario administrativo al subcomisario, de apellido Pereyra, quien fuera captado por las cámaras de la televisión sonriendo, mientras disparaba balas de gomas a los simpatizantes que ocupaban la tribuna popular visitante, en el sector del estadio que linda con Avellaneda. Mientras el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, confirmaba la sanción al policía, el jefe de Orden Público a cargo del operativo, Eduardo Auccar, ensayó una desafortunada defensa del oficial, al indicar que "el policía tiene una especie de tic que hace que en las situaciones críticas ante situaciones límite se ría de los nervios". Además, como consecuencia de la balacera, un particular presentó ayer una denuncia penal en los Tribunales provinciales porque su hijo, que se encontraba en la tribuna donde se produjeron los incidentes, fue herido por una bala de goma en una pierna.

El jefe de Orden Público, Eduardo Auccar, intentó explicar por qué el policía, cada vez que disparaba con su arma antidisturbios las balas de goma, se daba vuelta hacia donde estaban apostados otros policías sin poder disimular las carcajadas. "No se de qué se reía. Según me explicaron quienes fueron sus jefes se trataría de una reacción que presenta en los momentos límites", dijo Auccar, quien indicó que a Pereyra "por el momento se lo apartó de su cargo y se lo pasó a disponibilidad".

Las secuencias de los incidentes en la cancha de Central no diferían demasiado de las que se observan habitualmente, cuando los inadaptados comienzan los desmanes y la policía reprime disparando balas de goma. Claro que en esta oportunidad, las carcajadas del policía, mientras les tiraba a los hinchas de Ñuls el pasado domingo, recorrieron el país y de ninguna manera pudieron soslayarse.

Así lo entendieron las máximas autoridades de la fuerza, que ayer tomaron nota de las bochornosas imágenes difundidas el domingo por el programa "Fútbol de Primera", que se emite por la señal de cable TyC Sports, y decidieron separar de sus funciones al policía, que prestaba servicio en la Seguridad Rural, por su irresponsable actitud.

Ayer por la mañana, el ministro Roberto Rosúa manifestó en relación a la situación de Pereyra que "en primer lugar, se ha dado comunicación a la justicia, de manera que cualquier exceso, cualquier acto ilegítimo debe ser juzgado por la justicia, y en esto la policía va a actuar como debe; es decir, como auxiliar de la justicia".

El funcionario indicó que la secuencia televisiva mostrando al subcomisario Pereyra con una sonrisa de oreja a oreja mientras disparaba "es una imagen importante, que además de tipificar el hecho, puede estar señalando una actitud personal que entra en el campo de los agravantes". Para el ministro, si bien "hay hinchas que actúan bien y otros muy mal, nadie puede ignorar la ola de violencia que afecta al fútbol en todo el país. Lo cierto es que hay un disparo, una actividad, una actitud de un agente que debe ser juzgada y en el marco de las condiciones generales en que se dan la Justicia determinará el nivel de responsabilidad".

En tanto, el padre de Gustavo Yácono, un joven que resultó herido en la pantorrilla por el impacto de una bala de goma disparada por la policía durante los desmanes en el Gigante, presentó una denuncia penal ante el Fiscal de Primera Instancia en turno, Ismael Manfrín.

El expediente fue remitido al Juzgado de Instrucción número 14, a cargo de Adolfo Prunotto Laborde. El simpatizante de Ñuls primero tuvo que ser asistido en la guardia del Hospital Centenario y luego fue derivado a un sanatorio privado.

En tanto, el subjefe de la Policía de Rosario, Ricardo Ruiz, había defendido el operativo policial en la cancha de Central, al evaluar que -dentro de todo y teniendo en cuenta lo que había pasado en clásicos anteriores-, los resultados del accionar policial no habían sido tan negativos.

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