CIUDAD
La sociedad políticos-publicistas no es
siempre una garantía. Aquí, algunas
muestras de los productos que ofrecieron
› Por Guillermo Lanfranco
El bombardeo publicitario de cada elección no por reiterado se priva de aportar algunas sorpresas. Es decir, los políticos -en este caso asociados a los publicistas- no dejan de sorprender a los electores, aun antes de hacerse cargo de sus mandatos. Vayan aquí algunas perlas que formaron parte de la campaña concluida el viernes pasado y cuya eficacia conoceremos hoy después de las seis de la tarde, cuando se empiecen a contar los votos.
* Bigotes. Perfil ceremonioso y bigotes de viejo estilo mediante, Osvaldo Miatello tuvo cierto aire de candidato de otra década, incluso en su campaña gráfico y audiovisual. Como para confirmarlo, en un aviso radial recordaba que "después del abrazo de Perón y Balbín, todo cambió" y pedía el voto de "los radicales irigoyenistas y los latorristas que luchan por la autonomía". Una apelación con aire a libro de historia y a viejos alineamientos políticos, quizás solo perceptibles para mayores de 50 años. En todo caso, le faltó dirigirse a los autonomistas de Adolfo Alsina.
* Scary Movie. Ya sea por la voz grave del locutor elegido para el spot radial y los efectos de distorsión de la Marcha Peronista, o por los primeros planos junto a Carlos Menem en la pantalla de la TV, los avisos de Luis Rubeo tuvieron cierto tufo a trailer de película de West Craven (Scream I y II). Encima le tocó el número de lista 504, se sabe, un modelo que dejó de fabricarse en los `90.
* Como en el `76. El demócrata progresista Carlos Favario fue otro que metió miedo. "Los derechos humanos no son solo para los delincuentes", blandió en un mensaje televisivo, y solo le faltó decir que "los argentinos somos derechos y humanos". Eso quedará para la próxima campaña.
* Dios socialista. Si los analistas de la teoría política aun no lo han advertido, es bueno que lo sepan: el socialismo reconoció la existencia de Dios, saliéndose de las doctrinas materialistas. Por lo menos eso se desprende del aviso que se difundió reiteradamente respecto a que "Dios atiende en Buenos Aires" y Binner está dispuesto a visitarlo para defender los derechos de la provincia.
* Medicamentos truchos. Ya lo había probado en las internas abiertas. El farmacéutico Daniel Peressotti hizo publicidad después de cerrada la veda política el viernes a las 8 de la mañana. Claro que camuflada tras su cadena de venta de remedios. "Desde hace 15 años, farmacia se dice Peressotti", señalaba el comercial, para rematar con un sospechosamente proselitista: "Peressotti, mucho más para Rosario".
* ¿Sánchez? Un tal Sánchez decidió dirigir su campaña en un nicho preciso de electores. "Supermercados extranjeros no; no los dejemos pasar", fue la frase elegida para la radio. Difícilmente encuentre respaldo entre las comunidades coreana y taiwanesa locales.
* Dónde está Obeid. Agustín Rossi junto a Kirchner; Agustín Rossi junto a Reutemann, Agustín Rossi junto a Miatello. ¿Y Obeid? En un escaso afiche junto a Rossi, Peressotti y Reutemann.
* Parlante fuerte. Víctima de su apellido, el candidato a diputado nacional de Izquierda Unida, Alejandro "Cacho" Parlante, debió soportar algunos chistes fáciles. "Los centralistas lo van a votar", dijeron los leprosos, por eso de "aliento sí, parlante no".
* No vote. Entre tanto pedido de voto, la variante estuvo a cargo del Partido Comunista Revolucionario, que llamó a la ciudadanía a no sufragar o anular el voto porque "no se fue ninguno" de los políticos tradicionales. No aclararon si montarán un centro de cómputos para seguir el escrutinio.
* Telemarketing. Fue uno de los temas de los medios en los últimos días de campaña. La voz del presidente Néstor Kirchner exhortando a que voten al justicialismo, mediante llamados telefónicos a domicilios particulares, con el método de telemarketing. Si se tienen en cuenta las protestas de los oyentes, muy pocos votos le deberá el Frente de la Victoria a dicho sistema más propio de la actividad comercial.
* Los vengadores. El premio a la originalidad se la llevaron los jóvenes del ARI, que se vistieron de "urna vengadora" en una parodia de la "caja vengadora" de una publicidad de leche chocolatada. No se lo vio a Carlos Comi luciendo el disfraz en la Peatonal Córdoba.
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