CIUDAD
El propietario de un bar denunció en la justicia que un grupo de jóvenes -entre los que estaba el jugador del Barcelona- se pelearon, destrozaron vidrios y se fueron sin pagar.
El dueño del bar Club Social y Deportivo, ubicado en San Martín y Juan Canals, en la zona sur, realizó ayer una denuncia en el Juzgado Correcional Nº 6, a cargo del juez Adolfo Claverie, por los destrozos que ocasionaron en el lugar varios muchachos, luego de una discusión y posterior pelea. La noticia tomó relevancia porque uno de los acusados de protagonizar los desmanes en el bar -que está decorado con gigantografías de jugadores de fútbol- fue Lionel Messi, el astro del Barcelona, que pasó varios días en Rosario, trabajando en la recuperación de una lesión.
El episodio, que ocurrió hace dos semanas, tomó repercusión ayer, luego de la presentación realizada por el propietario del negocio. Según relató una moza del lugar, la pelea se originó entre hinchas de Ñuls y Central; quienes después de la trifulca se fueron corriendo del lugar, sin hacerse cargo de lo que consumieron, y mucho menos de los destrozos que causaron en el bar, al que el futbolista concurría habitualmente.
En el caso que fue denunciado ayer en Tribunales, nuevamente la chispa de la discordia la encendieron simpatizantes de los clubes más importantes de la ciudad. "El primero que pegó fue Messi", señaló Alicia, una de las mozas del bar Club Social y Deportivo, en declaraciones a Radio 2. La empleada relató que los hechos sucedieron en la madrugada del 19 de enero, cuando Messi, un habitué del bar, según los dichos de la chica, estaba en una mesa "con amigos y los hermanos".
"Le pegaron a un chico que venía con la novia y a chicos de la otra mesa que estaba al lado. Eran todos conocidos. Un grupo de Ñuls y otro de Central, que se venían bardeando desde la calle", narró Alicia. Tras la pelea, donde quedaron varias copas rotas y un ventanal destrozado, "Messi se fue y nadie dio la cara", señaló la moza.
Alicia indicó que en la pelea "se rompieron vasos y botellas, no sé si se golpearon con eso. Pero hubo vidrios rotos y hubo gente que se paró y se fue sin pagar". A pesar de los destrozos, no se registraron heridos de consideración.
Lionel Messi pasó varios días en la ciudad, donde realizó los trabajos de recuperación que le programaron los médicos del club catalán. El ídolo del Barcelona, cada vez que se tomaba un descanso en los trabajos físicos, aprovechaba para recorrer las calles de la ciudad. Una tarde, ante la sorpresa de los ocasionales transeúntes, Messi paseó con su auto y provocó el habitual revuelo entre la gente. Una mañana, además, se lo vio trabajando, junto a uno de los kiniesólogos del club español, en las escalinatas del Parque España.
No es la primera vez que jugadores del fútbol profesional protagonizan hechos de violencia cuando salen a divertirse en sus ratos libres. Las crónicas policiales reflejaron, más allá de su intrincadas gambetas, las peleas de Ariel Ortega cuando defendía los colores de Ñuls. Una situación similar vivieron los defensores Germán Ré y Gastón Aguirre, en un boliche de la ciudad, cuando simpatizantes de Central, que estaban en el lugar, le tiraron el contenido de un vaso a una de las mujeres que acompañaban a los futbolistas; lo que provocó la inmediata reacción de los jugadores, que se respondieron a las agresiones.
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