CIUDAD › LIFSCHITZ LANZO SU CANDIDATURA EN EL BROADWAY
"El corazón de nuestro proyecto seguirá siendo las políticas sociales y de salud", prometió el intendente en el acto en el que estuvo acompañado por Binner, Tessio y Giustiniani.
› Por Guillermo Zysman
"Nuestro proyecto no es ganar las elecciones, sino ganar un lugar en la historia. Nuestro desafío no son los próximos cuatro años, sino las próximas cuatro décadas". Con esta afirmación, algo alejada de la coyuntura y proyectada hacia el futuro, Miguel Lifschitz cerró ayer su discurso de casi una hora ante un colmado Teatro Broadway donde lanzó formalmente su campaña para ser reelecto. Allí, el intendente hizo un repaso pormenorizado de su gestión -"vaya si cumplimos nuestras promesas", dijo a modo de síntesis- y adelantó las ideas principales de un eventual segundo mandato: 290 iniciativas con acento en la integración de los barrios postergados, profundización de la descentralización y la democracia participativa, revitalización de los espacios públicos e incentivos a la producción. "El corazón de nuestro proyecto seguirán siendo las políticas sociales y de salud", remarcó. Lifschitz habló de los desafíos de la ciudad para los próximos cuatro años: "Autononmía y coordinación con el gobierno provincial, no competencia como ahora. Vienen buenos tiempos para la provincia de Santa Fe", sostuvo mirando de reojo a Hermes Binner, el candidato a gobernador del Frente Progresista.
"Vamos bien, seguimos juntos. Un voto de confianza", rezaba el afiche desplegado en el escenario. Allí subieron Lifschitz, Binner, la candidata a vicegobernadora Griselda Tessio, el secretario general del Partido Socialista a nivel nacional, el senador Rubén Giustiniani, el candidato a senador provincial por el departamento Rosario, Juan Carlos Zabalza y el primer candidato a concejal, el presidente del cuerpo Miguel Zamarini.
En primera fila estaban los aliados: radicales frentistas, el ARI (su conducción a nivel provincial con Alberto Muñoz y Alicia Gutiérrez y su líder local Gustavo Gamboa), referentes del Partido Intransigente, la Democracia Progresista, Frente Grande y Encuentro.
El teatro lució repleto: estuvieron los afiliados del socialismo, numerosos militantes de distintas organizaciones sociales -la más destacada, la kirchnerista Federación Tierra y Vivienda- e independientes.
Tras los discursos de Giustiniani, Tessio y Binner (ver aparte), habló Lifschitz, precedido de un video que reprodujo cortes de cintas, obras concretadas y logros de gestión. Dividió su alocución en cuatro ejes: un balance de su gobierno, enumeración de los desafíos que tiene por delante la ciudad, presentación de las propuestas para un eventual segundo mandato y finalmente aludió a sus "sueños" para la región y el país.
"Hace cuatro años, en un acto similar a este, lanzamos nuestra propuesta con una frase, 'Para que Rosario siga creciendo'. Vaya si lo hemos cumplido", se autoelogió el jefe comunal para después remarcar "que no sólo hubo crecimiento de la actividad económica sino de las actividades culturales, de la salud pública, del turismo, la calidad de vida y fundamentalmente de la autoestima de los rosarinos".
Luego aludió a la transformación producida en el aparato gubernamental. "Sólo en abril se hicieron a través de internet 170 mil trámites", comentó. Más tarde destacó las mejoras en el transporte, la labor de la Guardia Urbana, el desarrollo cultural y la gestión en salud. "El miércoles próximo abrimos las puerta del nuevo Heca, un gigante para que Rosario siga a la cabeza en atención (sanitaria)", anunció.
El balance lo cerró enumerando aciertos en programas de inclusión social, de tolerancia a la diversidad, de accesibilidad a discapacitados, revalorización del espacio público y vivienda, con énfasis en el Rosario Hábitat. "No hay tema o problema de la ciudad en el cual no hayamos intervenido o no tengamos una propuesta", apuntó.
El intendente reconoció que la ciudad tiene dificultades. "Rosario tiene carencias -indicó- sino no estaría en Argentina. Algunos se burlan porque nos comparan con Barcelona. No lo decimos nosotros. Pero Santa Fe tampoco es Catalunya, ni Argentina España. Pero estamos aplicando un modelo de desarrollo similar, por eso nos premió Naciones Unidas".
Al hablar de los desafíos, proyectó una mejor relación con la provincia "cuando Hermes sea gobernador". Volvió a reclamar la autonomía, solución habitacional para las 25 mil familias que viven hacinadas, un programa de integración para la ciudad y las 60 localidades del área metropolitana, un plan en materia de seguridad y otro para la educación.
Después le llegó el turno a los proyectos. En ese sentido anunció que en pocos días más estará impreso el programa completo que contiene "290 ideas que abarcan todas las áreas con eje en la integración de los barrios postergados, políticas de inclusión social y salud, además del nuevo Plan Urbano, el Plan Rector Ambiental y el de Infraestructura".
Sobre el final comentó sus sueños. "Una ciudad y un país en paz, sin violencia, abierta al diálogo y tolerante. Porque cuando desde el Estado hay prepotencia y autoritarismo se fomenta la violencia". Algunos en el teatro interpretaron esta frase como una crítica a la Nación.
Ya en el cierre, el intendente señaló: "Nuestro proyecto no es ganar las elecciones, sino ganar un lugar en la historia. Con Binner en la provincia, vienen buenos tiempos para Santa Fe".
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